
ACERO CHILENO
Asistimos hoy a una situación crítica que afecta, con evidente preocupación de la comunidad regional, a la Compañía Siderúrgica Huachipato. Obviamente, su cesación de actividades afectaría gravemente no sólo al ecosistema productivo regional y nacional, sino que produciría graves consecuencias sociales por la pérdida de empleos propios y de varios miles asociados a micro y pequeños contratistas y a clientes secundarios afectados.
Es cierto que vivimos en un escenario global en que los tratados de libre comercio han buscado ser instrumento para garantizar accesos de productos a otros mercados sin salvaguardias especiales. Esta economía abierta, sin embargo, debe convivir con la necesidad de mantener nichos productivos estratégicos nacionales por su impacto en el empleo o por el acervo científico y tecnológico que representan. Las grandes potencias han demostrado que pueden convivir en estos mercados abiertos, pero adoptando, cada vez que lo estiman necesario, medidas de protección, eventualmente temporales, para permitir el desarrollo, la innovación y la actualización de sus propios productos.
Es lo que creemos debe hacerse con la Compañía Siderúrgica Huachipato que representa un patrimonio científico y tecnológico relevante para el desarrollo del país. Se requieren medidas urgentes en el corto plazo que permitan la viabilidad de esta industria nacional que ha demostrado ser capaz de producir aceros de composición y propiedades de alto estándar, ciertamente superiores a los que provienen de algunos de sus competidores extranjeros. Sería deseable, establecer mecanismos permanentes en el tiempo que actuaran de forma automática para evitar la repetición cíclica de estas crisis que impiden que una empresa pueda planificar su desarrollo con innovaciones tecnológicas, con energías cada vez menos contaminantes y con procesos y productos cada vez más amigables con el medio ambiente.
Desde su creación, por lo demás, Huachipato ha requerido de capital humano de alto nivel formado en la Universidad de Concepción. Al comienzo fueron sus Ingenieros Civiles Químicos y, a partir de la década de los 60, fueron principalmente sus Ingenieros Civiles Metalúrgicos. Dada la orientación preferente hacia la minería del cobre de estos profesionales, el equipo de investigadores especializado en la metalurgia física de metales y aleaciones, con particular atención al acero, crea en 2004 el Departamento de Ingeniería de Materiales (DIMAT) e inicia la formación de Ingenieros Civiles de Materiales.
Estamos seguros de que, en el mediano plazo, una alianza estrecha entre el DIMAT y la empresa en comento permitirá, con foco en la innovación y desarrollo de nuevos tipos y nuevos usos del acero, convertir a nuestra región en un centro de referencia latinoamericano.
Dr. Pedro Vera Castillo
Profesor Asociado DIMAT
Universidad de Concepción
Debemos estar de acuerdo con lo expresado por Pedro Vera. No es posible echar por la borda todo lo aportado por la siderúrgica Huachipato al desarrollo nacional, industria reconocida como escuela formadora de verdaderos posgrados de sus ingenieros y por los grandes mejoras a procesos, eficiencia energética, desarrollo de aceros especiales, etc,, aportados por sus trabajadores y directivos a lo largo de su historia.
Es hora de resolver de modo definitorio la situación por la atraviesa por la competencia desleal del acero chino.
Cabe agregar, que si sumamos a lo planteado las pérdidas económicas ocultas provocadas por la mala calidad de aceros chinos (también de otros orígenes), —v.g.: aceros “inoxidables” que no lo son y aceros al carbono de calidad inferior a la del acero nacional—, los perjuicios se acrecientan.