«El Socialismo «Democrático» se está tomando el gobierno, esto, más el rechazo a la Reforma Tributaria, ¿llevará al gobierno a Cambiar los ejes de su programa?»

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AMANDA LABARCA

Miguel Ángel San Martín

Periodista. Especial para La Ventana Ciudadana, desde Madrid, España.

Hace sólo unos días, se cumplió el Centenario de la incorporación de la notable docente Amanda Labarca como Académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades, en la Universidad de Chile. Fue la primera mujer en alcanzar tal nivel profesional, lo cual significó un verdadero hito en la Historia de Chile y también en América. Demostraba de esa manera su capacidad y preparación y, a la vez, el valor de las mujeres en el concierto de nuestra sociedad.

          El 11 de noviembre de 1922, Amanda Labarca rindió un examen de conocimientos ante una Comisión Evaluadora conformada por notables académicos de la época. Su examen sorprendió a todos, con lo cual dos días después fue aceptada oficialmente como académica, recibiendo felicitaciones de todo el estamento educativo de la Universidad. Pero no sólo del citado centro de educación superior, sino también de destacados políticos que se rindieron ante la evidencia de estar frente a una Educadora del máximo nivel.

          Amanda Labarca abrió así las puertas para que la mujer surgiera como elemento importante en la Educación chilena. Pero, además, participando activamente en el movimiento feminista liberal, se convirtió en un baluarte de las organizaciones nacientes a comienzos del siglo XX.

          Su verdadero nombre era Amanda Crispina del Carmen Pinto Sepúlveda, nacida en Santiago de Chile, el 5 de diciembre de 1886. Cambió su apellido en 1910, adoptando el de su esposo,  el destacado político y educador Guilermo Labarca Hubertson.

          Fue una de las primeras mujeres que pudo estudiar en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, al cual ingresó con 17 años de edad, obteniendo posteriormente el título de Profesora de Castellano.  Más tarde emprendió viaje a Estados Unidos junto a su esposo, perfeccionándose en la Universidad de Columbia, así como también en Francia, en la Sorbonne, de Paris.

          Su carrera docente es brillante. Valentín Letelier, que fuera Rector de la Universidad de Chile; la invitó a participar en el equipo que desarrolló la Primera Temporada de Extensión Cultural. Luego fue Subdirectora de la Escuela Normal Nº3 de Niñas, Profesora de Castellano en el Liceo Nº2 de Niñas y en 1916 fue nombrada Directora del Liceo de Niñas Nº5 de la capital, llegando a ocupar cargos destacados a nivel universitario.

          Su experiencia docente, el apoyo constante de su esposo y el permanente contacto con representantes de la docencia, la motivaron para analizar los sistemas educativos de Chile. No sólo perfeccionó su cátedra, sino que además impulsó seminarios de gran trascendencia, como por ejemplo dedicados a los Problemas de la Educación Secundaria, la Educación Comparada o Historia de la Educación en Chile.  Sus escritos al respecto son muy variados y profundos, y son considerados un aporte sustancial al desarrollo educacional en nuestro país. Otro hito fundamental fue el impulso que le dio a las escuelas experimentales en Chile, proponiendo la creación del Liceo Experimental Manuel de Salas.

          Pero, además, comenzó a participar activamente en actividades gremiales vinculadas al sector docente. Se afilió a la Asociación de Educación Nacional, donde ocupó cargos de relevancia, como Secretaria General, Secretaria de Redacción y  Directora de la Revista Mensual de la organización. Más tarde participó activamente en la Sociedad Nacional de Profesores.

          Su legado es enorme. Tanto, que es considerada una de las impulsoras de las transformaciones educacionales en América Latina. Su idea fundamental se concentra en una frase más que elocuente: “La educación la impartiremos abriendo las aulas, realizando misiones culturales y crearemos bibliotecas móviles. Con todo eso, haremos más fuerte la democracia”. Sin duda, Amanda Labarca debe ser recordada, pero también estudiada. Porque su ejemplo debe seguir creciendo en la conciencia de nuestra sociedad. 

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