«La injusticia en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes».                                        

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BRASIL, DESPUÉS DEL “DOMINGO 7” (Parte 1)

Augusto Dueñas Eriz

Desde Porto Alegre, RS, Brasil. Ingeniero Civil Mecánico (UdeC). Especialista en Gestión por la Calidad Total y Análisis de Sistemas.

Desde Porto Alegre, Brasil

 El resultado de la primera vuelta electoral en Brasil en el último domingo 7 de octubre, para muchos fue una sorpresa enorme, pero en realidad se esperaba una alta votación de la ultraderecha. Claro que el partido “Social Liberal” (PSL) de Bolsonaro (partido de “arriendo” que él usa e hizo crecer en estas elecciones, después que ese político pasó por 9 partidos de derecha) tuvo un éxito extra de 6 a 8%  sobre lo esperado, que era de un 38 a 40%, y obtuvo 46% de los votos válidos.

Los candidatos de centro-izquierda (Haddad, del PT, con casi 30% y Ciro Gomes, del PDT, con casi 13%) consiguieron los porcentajes más o menos esperados, según las encuestas previas. La “sorpresa” fue la masiva transferencia de votos para Presidente de la República de la derecha tradicional y centroderecha (Alckmin, del PSDB, Meirelles, del MDB, Álvaro Dias, del Podemos, y Marina Silva de la Rede) para la emergente ultraderecha. Eso arrastró también muchos votos para el PSL en los cargos regionales e intermediarios. El PSL, por ejemplo, tendrá más de 50 Diputados Federales, después de tener sólo 8.

En la práctica, las elites nacionales y su base seguidora, con el apoyo del gran capital, inclusive externo, ligado al área financiera, petróleo, ganadería, agro negocio, fabricación y venta de armas, grandes iglesias “neo evangélicas” con su industria de la fe, control de parte de la prensa y charlatanismo masivo, etc., concentraron esfuerzos y recursos en torno del candidato con más arrastre (en encuestas), más disfrazado de agente “innovador, purificador, defensor de la familia y con fe religiosa” y más violentamente enfático en la defensa de los intereses de las propias elites, incluyendo los negocios más corruptos, aunque sean con dictaduras, masacres y mayor destrucción ambiental (ya dicho en declaraciones de Bolsonaro), si las elites lo encuentran necesario, para “salvar al país”.

Es una campaña integrada del gran capital (interno y externo) buscando controlar férreamente al país para aplicar a fondo las tesis neoliberales y concentrar todavía más la renta nacional en su favor. Esta campaña cuenta también con apoyo y acción de parte de las FF. AA., Policía y Poder Judicial. Diversos oficiales, de reserva y activos, fueron candidatos por el PSL de Bolsonaro para cargos que van de Diputados Estatales (provinciales) hasta Gobernadores de Estado, y varios de ellos fueron vencedores con alta votación el 07/10/18, así como dos hijos de Bolsonaro, ya con algunos años participando de política, a la sombra del padre. En ese ambiente, además de la “onda conservadora” mundial y nacional, es fácil sospechar que parte de la tropa está siendo “convocada” (o presionada entusiastamente) para trabajar y votar por candidatos del PSL, sobre todo si el candidato regional es su propio “comandante”. En la elección del 07/10, una misión de la OEA acompañó el proceso en más de 390 secciones de 12 estados, y confirmó no haber encontrado indicios de fraude, ni en el proceso, ni en las “urnas” electrónicas (utilizadas ya hace más de 25 años). A la misma conclusión llegaron las autoridades brasileñas del Tribunal Superior Electoral (TSE) y del Ministerio Público (Fiscalía) Electoral. Sin embargo, Bolsonaro continúa levantando públicamente dudas y sospechas sobre todo el sistema electoral. Lo más grave es que un “juez” (Eduardo Rocha Cubas) tuvo que ser castigado (apartado) por el Consejo Nacional de Justicia, porque por iniciativa propia, quería conceder permiso al Ejército para recoger, “para análisis y verificación”, todas las urnas electrónicas del país. El mismo juez (¿golpista?) hizo y publicó un vídeo en Internet, al lado de Eduardo Bolsonaro, uno de los, ahora electo Diputado Federal.

Algunos empresarios (generalmente con diversos procesos por fraude y evasión de impuestos) han adherido a Bolsonaro y están presionando a sus funcionarios con amenazas de cerrar la empresa o disminuir los empleos a la mitad si su candidato no gana la elección.

La desinformación (“fake news”) y la violencia han crecido en todo el país desde el inicio de la campaña electoral, principalmente ahora, para la segunda vuelta. Los medios oficiales, y también el Face Book han desactivado centenas de cuentas generadoras de mentiras con aplicativos específicos (la mayoría ligada a partidos de derecha), principalmente en la telefonía celular (WhatsApp). Existe un equipo de personas ligado a la familia Bolsonaro, con recursos avanzados y dedicación intensa a la guerra de las mentiras. Antes ya hubo desactivación exigida por ley de miles de cuentas controladas por un grupo de ultra-derecha llamado “Movimiento Brasil Libre” (MBL) que ahora fue en gran parte integrado al partido derechista “Demócratas”. Todos partidarios de Bolsonaro. Circula la información de que grupos como el MBL reciben ayuda de fondos internacionales (tipo “ONG”) controlados por poderosos grupos económicos como el de los hermanos Koch de los EUA. La violencia física se ha manifestado con frecuencia en todo el país. En Porto Alegre, días atrás una joven de 19 años fue agredida por tres matones porque vestía una camisa con la frase “Ele Não” (contra Bolsonaro). Los marginales le dibujaron a cuchillo una cruz suástica en el abdomen, lo que fue ampliamente divulgado en la prensa nacional.

Quién es el Jair Bolsonaro y su “disciplina militar”.

 El candidato presidencial de ultraderecha, Jair Messias Bolsonaro, 63 años, nacido en el interior del Estado de Rio de Janeiro en 1955, era militar de carrera (Ejército) en su juventud. Se especializó en Artillería, Paracaidismo y Educación Física (desde 1977 hasta 1983) y en 1987 cursó en la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales. Documentos del Ejército en la década de 1980, algunos firmados por superiores de Bolsonaro, como el Coronel Carlos Pellegrino, lo calificaron como “dueño de una excesiva ambición en realizarse financiera y económicamente, con permanente intención de liderar a los oficiales subalternos, en lo que fue siempre repelido, tanto en razón del trato agresivo dado a sus camaradas, como por la falta de lógica, racionalidad y equilibrio en la presentación de sus argumentos” (publicación de la Ficha Militar hecha por el diario “Folha de São Paulo” en 16/05/2017).

En 1986, como Capitán de Artillería, Bolsonaro hizo declaraciones a la prensa (la derechista revista “Veja”) reclamando contra bajos salarios de los militares y criticando al alto mando del Ejército por ocultar y mentir sobre el problema salarial. Fue preso por 15 días pero recibió solidaridad en telegramas de varios militares ligados a la dictadura militar, como el General Newton Cruz, ex jefe del Servicio Nacional de Informaciones (SNI) en el gobierno militar de João Figueiredo. Fue absuelto de ese delito. En 1987, siempre apoyando aumento de sueldos militares, Bolsonaro de nuevo recurrió a la “Veja”, enviando informe a una periodista sobre la operación militar ilegal llamada “Callejón Sin Salida” (Beco Sem Saida). El objetivo era protestar por los sueldos explotando bombas en baños de la Villa Militar, en la ciudad de Resende, y en algunos cuarteles militares, además de una bomba en la Aductora de Guandu, abastecedora de agua potable para la comuna de Rio de Janeiro. Bolsonaro hizo el croquis para el atentado en la Aductora.

La revista entregó el material al Ministro del Ejército, que después de 4 meses consideró verdadera la denuncia e inició un proceso contra los capitanes terroristas. Bolsonaro iba a ser expulsado del Ejército perdiendo su cargo y grado, pero el caso fue para el Tribunal Superior Militar, donde aceptaron la tesis de la defensa de que no había pruebas suficientes en el análisis  caligráfico del croquis. Así el reo se salvó de una mayor condena y fue enviado a la reserva con grado de Capitán.  El laudo de la Policía del Ejército fue desmentido meses más tarde por la pericia de la Policía Federal que confirmó, en el croquis de la bomba, la caligrafía de Bolsonaro.

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3 Comentarios en BRASIL, DESPUÉS DEL “DOMINGO 7” (Parte 1)

  1. Feo es ver a ciertos personajillos de la política entusiasmarse tan rápido con el Bolsonaro antes de observar qué va a hacer como presidente. No vaya a ser cosa que se pisen la huasca.

  2. En Chile los fascistas bailan Samba, celebrando la tragedia social que vive Brasil…Celebran la profunda herida que le han asestado a la democracia. La que venía debilitada y ahora, además queda herida e infectada de fascismo.

  3. Esta es una gran tragedia para Brasil, América Latina y El mundo…
    Triste y lamentable el costo que los pueblos tendrán que pagar con el ascenso del Neo-Fascismo.Esto puede ser muy grave si se extiende por la región…
    Mas grave aún que los partidos que ayer se decían de Izquierda y Progresistas, hoy no son capaces de hacer una real auto-crítica y un cambio conductual, expulsando públicamente a quienes corrompieron la política y defraudaron a los ciudadanos.

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