«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

De complejos y síndromes

Ana María Pandolfi Burzio

Docente Inglés, Alemán. Traductora Inglés-Español. Magister en Arte c/ Mención en Lingüística.

En nuestras lecturas nos hemos encontrado con una serie de este tipo de fenómenos que, más que nada, tienen que ver con la ciencia de la Psicología. Tomamos, por ello, las definiciones ad hoc que nos presenta el Diccionario de la Lengua Española (DLE) en su última edición del año 2014. Para “complejo” explica el DLE  en su sexta acepción (op.cit., pág. 586), referida a comportamientos psicológicos: “conjunto de ideas, emociones y tendencias generalmente reprimidas y asociadas a experiencias del sujeto, que perturben su comportamiento”. Explicita el DLE complejos como “el complejo de castración” que tiene su origen en el temor de verse privado de sus órganos genitales. También aporta otros casos de complejos que son  “el complejo de Edipo” y  “el complejo de Electra” que apuntan hacia la” fase del desarrollo psíquico y sexual, durante la cual los niños sienten amor por el progenitor del sexo contrario y celos por el del mismo sexo” (op. cit., misma página). Ambos nombres corresponden a personajes míticos griegos, recogidos por Sófocles y Eurípides en sus universalmente conocidas tragedias.

Otros medios impresos han aumentado los tipos de complejos manejados en la actualidad por los hablantes o creados para designar situaciones conflictivas de  índole emocional. Tenemos que “el complejo de la Edad de Oro” se remonta a varios siglos atrás y podría equipararse a nuestro aforismo que dice que “todo tiempo pasado fue mejor”; es decir, nada sirve como ejemplar en el hoy que vivimos, sino que nos aferramos a aquella época, en la que florecieron las artes, letras y el intelecto. ¿Tendrán razón? Sería materia de análisis, ya que “toda moneda tiene dos caras”.

Un complejo muy conocido es aquel que se conoce como “el complejo de Superioridad” y su antónimo “el de Inferioridad”, que como sus nombres lo indicen claramente, el primero caracteriza a  un sujeto que se cree el mejor en todas las actividades que ejecuta, aunque realmente no lo sea ni destaque en ningún campo de su quehacer. El otro trata propiamente de lo opuesto; el sujeto no confía en sí mismo ni en sus potencialidades: cree ser incapaz para cualquier tarea que emprenda. El primero es prepotente, sábelo- todo, despectivo hacia sus congéneres. El segundo es “acomplejado”, no tiene fe en sí mismo, y piensa que todo lo hace mal porque no posee capacidad alguna: “de todo hay en la viña del Señor”.

Mucho se habla del “complejo de Fealdad”  en  aquellas personas poco agraciadas, terriblemente disminuidas en su físico y poco atractivas, principalmente entre sus iguales del sexo femenino. Este estado emocional puede llevar a un ser humano a situaciones limítrofes en su vida, incluso hasta el suicidio, pues el “bullying” aumenta cada vez más, no sólo entre los niños, sino también en adolescentes y adultos.

Un complejo frecuente que se relaciona con el antes mencionado es “el complejo de Obesidad”; la persona – hombre o mujer – se obsesiona con la gordura, cree que es obeso/a y tiene la peor opinión de su propia imagen. Por lo general, este complejo produce un comportamiento errático y desemboca en la “anorexia”, que es el rechazo a la comida por temor a subir de peso. El sujeto usa entonces innumerables subterfugios para dar la impresión de que se come todo y de todo, pero luego vomita lo ingerido u oculta la comida para eliminarla posteriormente cuando no se siente observado.

“El complejo de Grandeza” – muy similar al “complejo de Superioridad”- es aquel que  hace del sujeto un ser insoportable; se cree el mejor en todo ámbito de su vida: social, laboral, personal, etc. Es una persona que cree que todos sus haberes  son los mejores del mundo, sobrevalorando  su auto, casa habitación, casa de veraneo, yate, la forma en que pasa sus vacaciones y todo lo que hace en la vida y las cosas materiales que posee, aunque la realidad sea muy otra.

En seguida, pasamos a hablar de algunos síndromes. El DLE  lo incluye como entrada léxica, con acento tónico y gráfico en la primera sílaba, siendo por tanto una palabra esdrújula, en circunstancias  que los profesionales del área médico-biológica hablan esencialmente de “síndrome”, es decir, emplean el término como grave y, por ello, no lleva acento gráfico. ¿Quién tendrá la razón, la norma o el uso?

El término es definido por el DLE en su primera acepción y dice así: “conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado” (op. cit., pág. 2016). Menciona además como  ejemplos “el síndrome de Abstinencia” que es un conjunto de trastornos provocados por la disminución o suspensión de la dosis habitual de sustancias ingeridas por el sujeto, como en el caso del alcohol, las drogas o los medicamentos. Esta abstinencia ocasiona dependencias psíquicas y físicas.

Recuerda que puedes seguirnos en facebook:

Déjanos tu comentario:

Su dirección de correo electrónico no será publicado.

*

9 Comentarios en De complejos y síndromes

  1. Su artículo, nos obliga a mirarnos hacia nuestros «adentros» y revisar nuestras propias conductas.
    Excelente su análisis y una redacción impecable.

    Gracias Ana María.

    • Gracias,Catalina, por tu comentario. La introspección es muy necesaria en esta vida tan vertiginosa, sobre todo la juventud debe reflexionar antes de dejarse llevar por esta vorágine. La redacción es producto de mi formación académica y los largos años dedicados en mi Alma Mater (UdeC) a mis alumnos.

    • Catalina, gracias por tu comentario. La introspección nos sirve para vivir mejor y entender los errores de los demás y corregir los propios. Mi forma de escribir es producto de los largos años que llevo escribiendo. Gracias.

  2. que bien, como siempre usted señoara Ana María, como cuando dictaba sus clases en la U. de Concepción.

    • Teresa, gracias por acordarte aún de mí. Dime tu apellido porque tuve muchas teresas como alumnas y me gustaría recordarte especialmente. Otra vez te agradezco.

  3. Sus artículos siempre son de una certera sabiduría pero su redacción de una simpatía inigualable.

    • Lucía, un millón de gracias. «La práctica hace al maestro», como dicen los alemanes. Mi estilo es propio de tanto corregir exámenes, trabajos y tesinas, pero tb. Tesis de MA en Ling., y le pongo un poco de «aliño».

    • Pedro, gracias mil por tu gentileza. Pero reunir material que se usa en el estándar que hablamos, tampoco es fácil. Hasta una próxima, gracias!

sertikex-servicios-informáticos www.serviciosinformaticos.cl