«El Antropoceno nos obliga a repensar no solo nuestra tecnología, sino nuestra ética y nuestra política.»

Bruno Latour.

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EDITORIAL (08-04-2016)

Debate Ciudadano

 

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer escribió: “Por regla general, la gente lo toma a mal cuando uno no es de su opinión. Y, en ese caso, debería mejorar la presentación de la opinión de forma que sea aceptada. Pero, de hecho, las disputas nos dejan un sabor, sobre todo, de disgusto, porque en ellas se muestra no sólo la incapacidad intelectual, sino, también, la falta de probidad moral que aparece, tan frecuentemente, en la deslealtad del proceder en una discusión”.

En Chile, cada día observamos la molestia de muchas personas ante la forma en que se reacciona frente a determinadas informaciones o frente a opiniones que no compartimos. Los “comentarios” que aparecen en las  redes sociales a continuación de determinados textos reflejan no sólo la pobreza ortográfica y de redacción de sus autores sino, lo que es peor su miseria valórica y espiritual. Para discrepar, se injuria, se ofende, se denigra, se falsea, se inventa, ocultándose con cobardía tras nombres supuestos o seudónimos que pretenden ser jocosos o ingeniosos.

Pareciera ser que la facilidad práctica que nos brinda internet  para digitar una frase, fuese la autorización para desmadrarnos irresponsablemente. Se ha podido constatar que incluso académicos de selectos planteles de educación superior, han utilizado estos canales para echar afuera sus pasiones, sus odiosidades, sus xenofobias y racismos, su clasismo y, paradojalmente,  otras expresiones de lo más inhumano de algunos seres humanos.

Todo esto es grave. Muy grave. Nos muestra una sociedad que pretende ser civilizada pero que no ha aprendido a convivir con las diferencias en todo sentido.

Sin embargo, peor nos parece la forma en que se da el debate ciudadano en los canales institucionales (Parlamento, lugar de hablar, deliberar, discutir) y en los medios de comunicación social pretendidamente más serios y formales.

La sesión de la Cámara de Diputados en que se votó el proyecto de ley sobre despenalización del aborto en tres situaciones especiales, será recordada, sin duda, como uno de los hitos más vergonzosos de la historia de nuestro Congreso. Ver a nuestros representantes transformados en energúmenos vociferantes,  violentos y enceguecidos, lanzando diatribas e insultos es peor, mucho peor, que verlos enzarzados en una agresión física.

Por otro lado, los medios de comunicación social, no pueden eludir su responsabilidad en el clima que se vive. Bajo las apariencias de una corrección casi inmaculada, muchas veces se esconden actitudes sibilinas que aportan más de un grano de arena a la destrucción de la amistad cívica. Es frecuente que se deformen las posiciones y argumentos de las personas cuyas opiniones y tendencias el medio no comparte; que la sección “cartas del lector” sea manipulada dejándola en manos de poco más de una decena de opinantes permanentes para crear la sensación de que lo que ellos escriben es la opinión pública mayoritaria y generalizada; que el desmentido a informaciones tendenciosas desplegadas a toda página sea publicado semioculto en la sección cartas sin reconocer el error o la deliberada falsedad violando normas legales y principios éticos; que se dé protección a ciertos actores sociales, gremiales y políticos que para un determinado medio son intocables.

Las primarias estadounidenses nos han dado una lección de periodismo maduro. Diarios importantes han asumido editorialmente una definición política.

La candidatura y eventual presidencia de Donald Trump son consideradas negativas para la sociedad de ese país y eso lo manifiestan, no solapadamente, sino de cara a sus lectores y a los ciudadanos. Ello no los priva ni de la veracidad ni de la objetividad de sus informaciones, pero cuando hay que opinar y definirse, estos medios lo hacen sin temores ni medias tintas.

Nuestro naciente medio, “La Ventana Ciudadana”, busca hacer un aporte a la calidad del debate en Chile. Por el solo hecho de visitarnos, opinar, criticarnos, nuestros lectores nos están haciendo una contribución  invaluable.

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