
ENCUESTAS Y MANIPULACIÓN POLÍTICA
Desde años a esta parte se ha venido produciendo una suerte de encuesto-dependencia. Toda opinión, en particular política, se emite tomado como base alguna encuesta. Sus resultados se han elevado a la categoría de verdades absolutas u oráculos de opinión. Esto hace parte de una idea extendida en las sociedades modernas donde los datos estadísticos pasan a predominar sobre la capacidad analítica de observar los procesos de acuerdo a sus características cualitativas. Los números se convierten en indiscutibles. Esta es la realidad, por lo tanto el asunto es tener la capacidad de ver como se producen tales números. Es aquí donde las cosas se complican. Existen encuestas y encuestas y también números y números.
En Chile debatimos semanalmente con la encuesta CADEM- El Mercurio, lo que ya la ubica en un marco de interés político-ideológico particular dada la naturaleza indiscutible de ese medio y la tendencia política de derecha de su gerente. La otra encuesta que todo el mundo espera es ADIMARK que pertenece a don Roberto Méndez que ha sido nada menos que Vicepresidente de Renovación nacional. Resulta entonces muy obvio que, dada la adscripción política de los dueños de los datos, la presentación de los resultados de tales encuestas se construye de manera que los lectores de sus resultados observen y concluyan lo que esos directores inducen para que ocurra lo que buscan. Obvio, tal manipulación se efectúa de manera sofisticada e inteligente.
Resta referirse a las cualidades técnicas de estas encuestas. CADEM, selecciona al azar 500 teléfonos fijos o móviles sin método aleatorio estadísticamente confiable y luego, para llegar a los 720 casos de muestra , instala encuestadores en estaciones de metro de Santiago quienes preguntan a la gente al pasar. Imposible discriminar entonces si se trata de personas de diferentes estratos sociales, educacionales o culturales, etc. ¿Será posible confiar en datos obtenidos? Ciertamente no. ADIMARK es diferente. También telefónica , tiene una tasa de respuestas reconocida de solo 21%,( 80% no responde). Entonces, para llegar a los 1049 casos de su muestra , es obvio que debieran efectuar unas 5000 llamadas sin ningún procedimiento aleatorio. Es decir, a lo que caiga. Se puede concluir que la solidez básica de esta encuesta es muy precaria. Sin embargo los medios controlados por la derecha han logrado instalarla como creible. Caso especial es la “encuesta” UDD-El Mercurio que es presentada algunos domingos por el diario de Agustín. Simplemente no se trata de una encuesta, sino de un PANEL de opinión. Para esto hace un par de años se seleccionaron aleatoriamente unas 2000 personas que se comprometieron a responder periódicamente ( cada 3 o 4 meses) cuestionarios específicos que pueden llegar a contener interrogantes electorales. Esta técnica que se denomina “panel de opinión” sirve para ver como evolucionan o cambian las opiniones de ese grupo que actualmente está reducido a unas 1200 personas. Diferente es el caso de CEP y MORI que son encuestas cara a cara, donde los entrevistados son seleccionados territorialmente de manera aleatoria de acuerdo a variables probadas en los datos de CASEN y del INE. En la encuesta CEP la tasa de respuesta es del 79% y para sustituir al no declarante se pasa a la vivienda vecina. Estas dos encuestas son, desde el punto de vista técnico, las más creíbles en sus resultados.
Como conclusión entonces no se trata de definir cual de todas las encuestas es la más confiable por su “pureza” técnica. Lo relevante es la utilización que hacen los medios y los grupos políticos de sus resultados para influir a la opinión de acuerdo a sus intereses. Juzgue usted entonces.
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