Pequeño aporte a la vida diaria: Una Conversación Inteligente

Yerko Strika Psicólogo, Psicoterapeuta

Se dice que conversar en un baile. Descubrir el ritmo del otro en el lenguaje, dejarse llevar por las palabras, tal como la música guía los pasos en la pista. Dar lugar al verbo como acción para el encuentro, materia lingüística operando en la realidad. Soltar los músculos, relajar la respiración, acomodar el cuerpo, buscar la mejor posición para dar y recibir en la comunicación. Una conversación inteligente es básicamente un espacio de respeto en constante adaptación a las señales del diálogo.

Desde esta disposición, surgen contenidos profundos que nutren la relación de los interlocutores. Así, lo que se habla, adquiere valor y sentido en el fluir de la aceptación mutua. En el encuentro abierto y  humano, cualquiera sea el tema de conversación que trasciende a las trampas de hablar lo correcto, dando paso al hablar honesto.

Es aquí, cuando una conversación se vuelve inteligente, es decir, adquiere vida propia en un flujo multidireccional, incorporando  a la emoción como motor fundamental del hacer en el habla.

En el ámbito del individuo, de la pareja, de la familia, de la organización, de la sociedad; es necesario contar con este tipo de conversaciones cuando se quiere alcanzar un nuevo nivel de comprensión y significado. Es cuando las palabras dejan de ser depositadas con cuidado o torpemente en la interacción, para dar paso a una corriente en sincronía con el otro, como la pareja que cierra los ojos y escucha la música que los lleva al justo punto de encuentro, en ese baile aprendido desde el fluir.

Si desea un nivel más humano de contacto,  involúcrese con el otro: mírelo a los ojos, atienda a sus expresiones, sienta el ritmo de su respiración, escuche sus palabras, respete sus pausas. Incluso el silencio, es un espacio del dialogar.