
MÁS ALLA DE UNA DERROTA
“Los socialistas le dan la espalda a Ricardo Lagos”. Así tituló en primera plana el diario El País al dar cuenta de la decisión del Comité Central que provocó la renuncia del ex Presidente a su candidatura a la presidencia. En el mismo tono lo informaban BBC Mundo, The NY Times, La Nación de Buenos Aires, Le Monde, Tiempos de Bogotá y muchos otros. En el medio local las reacciones han sido variadas, desde aquellas que la interpretan como una “derrota definitiva del neoliberalismo”, a las otras que muestran estupor y acusan de incoherencia o deslealtad al viejo Partido, hasta los que pensamos que fue un gravísimo error de visos estratégicos que nos señala que el pragmatismo despolitizado sentó sus reales en el CC del Partido Socialista. La organización política base del actual Gobierno y que pretende serlo también del próximo, no decide ya en función de un programa -Lagos lo tenía-, tampoco de parámetros ideológicos, sino que toma decisiones de acuerdo a lo que marcan ciertas encuestas de dudosa relevancia. Aunque también surgen dudas a este respecto si nos atenemos al silencio ominoso o las evasivas con que Alvaro Elizalde ha respondido a las reiteradas preguntas periodísticas demandando las razones por las que una aplastante mayoría del CC se pronunció en contra la candidatura del ex Presidente. El voto secreto tras el cual los miembros de ese Comité Central escondieron su preferencia quizá lo diga todo. Ese voto en la sombra nada tuvo de expresión democrática, como lo defendió Elizalde ante la prensa, sino que esconde la cobardía, la felonía cuando no la traición pura y simple.
Ricardo Lagos presentó al país una batería programática importante. De esta manera buscó dar una respuesta seria y realista a los problemas del país y por ese camino comenzar a tratar de recuperar la confianza que la sociedad ha perdido en las instituciones y en la política. Sin embargo, quizá no se dio cuenta y tampoco quienes le apoyamos, de que el proceso de despolitización que afecta a los chilenos había calado tan profundo que afectaba también a la gran parte de la militancia del Partido Socialista y a la mayoría de los miembros de su CC. No podía suceder de otra manera cuando dos o tres alcaldes de Santiago incorporaron a los registros partidarios a miles de modestos pobladores a los luego acarrearon como borregos a votar en la última elección. Sucedió también en otras partes, Lota y Coronel por ejemplo. Son estos capitostes de escasa monta quienes actúan hoy como controladores del Partido de Allende.
La derrota de Lagos es dramática, pero más dramático es que un Partido con una larga y rica historia política de ideología progresista se hunda en el abismo de la búsqueda del poder por el poder. En el Pleno del CC que crucificó a Lagos se encontraron Judas y Brutus en un páramo de ideas sin documento alguno, ni tesis antineoliberal, ni siquiera un discursito que instalara un marco político a la traición, nada de eso. Pura y simple “operación política”. La implicancia de esto es grave por cuanto es expresión de que en el Partido se ha enterrado la ideología de izquierda para dar paso al pragmatismo puro y simple, sin proyecto.
Tony Judt en Pensando el Siglo XX sostenía “…la delgada línea que separa el realismo político del cinismo moral es muy fácil de cruzar, y el precio de hacerlo, con el tiempo acaba pagándose con un espacio político corrupto”. Esa delgada línea fue traspasada por los 67 miembros del CC del Partido que desconocieron el Programa y el liderazgo de Ricardo Lagos siguiendo el dictado de dudosas encuestas. El secreto de un voto no les servirá de excusa.
Dr. Ariel Ulloa.
Sin Lugar a dudas Ricardo Lagos es una figura emblemática para el P.S. Y para la política Chilena, sus oportes son de blanco y negro, de rulo y de regadío…
Pero, el gran pero, es que la gente no lo quiere, no está dispuesta a votar por el, hoy necesitamos un candidato que supere a Piñera. Sólocon Guillier lo podemos lograr
Da verguenza que el PS no haya podido hacer una elección con argumentos políticos para decidir su candidatura presidencial.
Tengo un gran respeto por el ex Presidente Ricardo Lagos, pero me llama la atención que la UDI lamente tanto la bajada de Ricardo Lagos, hasta pareciera que ahora tienen dos ídolos «Jaime Guzman y Ricardo Lagos. Como diría el Bombo Fica «sospechosa la w…». Creo que el Partido Socialista, mi Partido, en esta oportunidad escuchó a la ciudadanía y la Derecha y los que defienden el conservadurismo están temblando.