«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

Mucho más que malezas

María Gabriela Saldías Peñafiel

Ingeniero Agrónomo- Paisajista. Investigadora y docente, Escuela Arquitectura del Paisaje, Universidad Central de Chile.

Por su injusta reputación, hablemos de malezas o hierbas silvestres. Aquellas que crecen de manera espontánea sin necesidad que se las cultive y cuide, generalmente no deseadas por considerarse perjudiciales.

Ya sea por sus flores, frutos o particulares formas, es posible reconocerlas fácilmente en los bordes de caminos y retazos de suelo no construidos de las ciudades. Para muchos han sido compañeras de juegos de la infancia e integrantes comunes del paisaje cotidiano al que se le presta escasa atención. Sin embargo, a pesar del tiempo, siguen ahí acompañando y enverdeciendo el gris urbano.

Una buena cantidad de estas plantas se encuentran en los catálogos de malezas de Chile y de otros países también, ya que suelen ser cosmopolitas con capacidad de colonizar en los más diversos ambientes. Traspasando fronteras han ingresado al país en forma intencionada o camuflada entre semillas de interés agrícola, forestal u ornamental. Cada año se hacen visibles después de las primeras lluvias otoñales ya que los “bancos de semillas” del suelo las albergan esperando el agua necesaria para su germinación; y se anuncia su presencia en el verde de los cerros y bordes de caminos. En su mayoría son hierbas anuales foráneas y según el nivel de alteración del sitio pueden acompañar también hierbas perennes y anuales nativas. En ambientes urbanos el porcentaje de nativo es bajísimo y en ciertos casos inexistente.

Claramente para los agricultores son especies no deseadas que compiten con las especies cultivadas y afectan negativamente la productividad y por tanto se las combate, poniendo obstáculos para su ingreso y directamente controlándolas con manejo mecánico y químico con todas las consecuencias negativas de este último método para la salud de los ecosistemas.

Pero, ¿qué ocurre al interior de las ciudades? ¿Por qué también se las combate con tenacidad si lo que entregan es siempre positivo?. En primer lugar cubren y  protegen el suelo desnudo, evitando que quede expuesto a los factores climáticos como la lluvia y el viento con riesgo de erosión, especialmente en terrenos inclinados. No solamente lo cubren también le aportan materia orgánica y favorecen la actividad microbiana y la vida del suelo, base de la biodiversidad a diferentes niveles de organismos.

Más aún, estas hierbas silvestres proveen de alimento, refugio y lugar para reproducirse a una gran variedad de insectos, aves y reptiles cumpliendo un rol importante. No se puede dejar de mencionar la liberación de oxígeno y captación de dióxido de carbono de la atmósfera, aportando en regular temperatura y aminorar los efectos del cambio climático.

Como si lo anterior fuera poco, una buena cantidad de estas hierbas son comestibles y/o medicinales, lo que deja en evidencia que en jardines y sitios con baja contaminación podrían ser aprovechadas como alimento y medicina. Antecedentes al respecto existen ya que los habitantes rurales reconocen sus propiedades y las aprovechan. En el libro Malezas comestibles del cono sur y otras partes del planeta[1] se presenta una amplia cantidad de especies con estas propiedades entre las cuales se pueden mencionar algunas muy frecuentes como: diente de león (Taraxacum officinale), ortiga (Urtica urens), malva (Malva nicaeensis), alfilerillo (Erodium cicutarium), yuyo (Brassica rapa) y verdolaga (Portulaca oleracea), entre muchas otras.

En base a las cualidades anteriormente descritas sobre estas interesantes hierbas, el término clásico de malezas no es el más justo y exacto. En las ciudades y otros espacios no cultivados son francamente buenezas que además nos conectan con el paisaje y cambios estacionales.


[1] MALEZAS_COMESTIBLES_DEL_CONO_SUR_Y_OTRAS.pdf

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