
Pobreza Energética en Chile. Los desafíos de una infancia en peligro.
La pobreza energética, es un desafío que en Chile no se ha sabido sobrellevar, el acceso a la energía y fundamentalmente a una energía de calidad como servicio de primera necesidad, no parece ser importante para quienes tienen la responsabilidad de velar por la calidad de vida de las personas y los niños. Son más de 30 mil familias sin acceso a la energía 24/7 en un país que se asume “líder de Latinoamérica en materia energética”. |
La pobreza energética es una situación en la que los hogares y sus moradores no pueden satisfacer sus necesidades energéticas básicas debido a factores económicos y sociales. Esto significa que no pueden acceder a una cantidad adecuada de energía para mantener condiciones de vida confortables y saludables en sus hogares. La pobreza energética puede manifestarse de diversas formas:
- Incapacidad para mantener una temperatura adecuada en el hogar: Esto incluye la dificultad para calentar el espacio durante el invierno o enfriarlo en verano, lo que puede resultar en condiciones de vida extremadamente incómodas y peligrosas para la salud.
- Gastos excesivos en energía: Cuando una parte significativa del presupuesto familiar se destina a pagar las facturas de energía, a menudo a expensas de otras necesidades básicas como alimentación, salud o educación, se considera que existe pobreza energética.
- Condiciones inseguras en el hogar: Cuando las personas no pueden permitirse realizar reparaciones o mejoras en sus viviendas para hacerlas más eficientes desde el punto de vista energético, están en condiciones inseguras o insalubres para la vida.
- Falta de acceso a servicios energéticos básicos: Esto implica la carencia de servicios esenciales como electricidad o gas, lo que limita las capacidades cotidianas para cocinar, iluminar y mantener el hogar en condiciones adecuadas. Y esta última, no tiene relación con la demanda o escasez de generación eléctrica, sino todo lo contrario, ya que el exceso de energía eléctrica que estamos produciendo, se pretende exportar a países vecinos desde el norte y centro-sur de nuestro país o mediante el vector energético hidrógeno, llamado verde, producido con energías renovables.
La pobreza energética puede ser el resultado de ingresos insuficientes para cubrir los costos energéticos, así como de la ineficiencia energética en las viviendas o la falta de acceso a tecnologías más eficientes. A menudo, las personas en situación de pobreza energética corren un mayor riesgo de problemas de salud debido a la exposición a temperaturas extremas y a la falta de iluminación y confort térmico adecuados, o al uso de calefactores a gas licuado o parafina que emiten los gases de combustión en el ambiente interior de las viviendas.
Combatir la pobreza energética implica una combinación de políticas públicas, como la mejora de la eficiencia energética, la implementación de programas de asistencia a personas de bajos ingresos, y la promoción de fuentes de energía de calidad, sostenible y accesibles. La pobreza energética es un problema complejo y multidimensional que requiere un enfoque multidimensional para abordarlo de manera efectiva.
La pobreza energética tiene un impacto negativo en la infancia y en el desarrollo de los niños. A continuación, se detallan algunas de las afectaciones que la pobreza energética puede tener en los niños:
- Salud física y bienestar: La incapacidad de mantener una temperatura adecuada en el hogar puede exponer a los niños a condiciones de frío o calor extremos, lo que puede dar lugar a problemas de salud, como resfriados, enfermedades respiratorias, alergias, estrés térmico y, en casos extremos, hipotermia o golpes de calor.
- Rendimiento escolar: Los niños que viven en hogares afectados por la pobreza energética a menudo encuentran dificultades para concentrarse y estudiar en un ambiente incómodo o poco iluminado. Esto puede resultar en un menor rendimiento académico y dificultades para aprovechar al máximo su educación.
- Salud mental: Las condiciones precarias en el hogar debido a la pobreza energética pueden aumentar el estrés en los niños y sus padres. La inseguridad en la vivienda y la falta de comodidades básicas pueden contribuir a problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión.
- Calidad de la alimentación: Cuando las familias gastan una parte significativa de sus ingresos en pagar las facturas de energía, pueden verse obligadas a recortar gastos en otras áreas, como la alimentación. Esto puede llevar a una dieta deficiente y desequilibrada, lo que afecta negativamente el crecimiento y el desarrollo de los niños.
- Aislamiento social: Las familias que luchan contra la pobreza energética suelen evitar las interacciones sociales para reducir los costos de energía, lo que puede llevar al aislamiento de los niños. Esto puede limitar su capacidad para desarrollar habilidades sociales y una vida social saludable.
- Falta de acceso a tecnología educativa: En la actualidad, el acceso a la tecnología y la conectividad a Internet son esenciales para la educación. La falta de acceso a la energía eléctrica en el hogar incide en dificultar el uso de dispositivos electrónicos necesarios para la educación, lo que pone a los niños en una desventaja educativa.

Para abordar las afectaciones de la pobreza energética en la infancia, es crucial implementar políticas y programas que ayuden a las familias a acceder a fuentes de energía adecuadas. Esto incluye la asistencia financiera para pagar las facturas de energía, la mejora de la eficiencia energética en viviendas de familias de bajos ingresos y la promoción de fuentes de energía más sostenibles. Además, es importante brindar apoyo social y educativo a las familias en situación de pobreza energética para mitigar los efectos negativos en los niños y garantizar que tengan igualdad de oportunidades para su desarrollo.
La relación entre energía, desarrollo social y pobreza ha tomado cada vez más fuerza en la agenda global y en las políticas públicas nacionales. Esto se debe, en gran medida, al reconocimiento de los servicios energéticos como factores determinantes para la calidad de vida de las personas. El acceso a energía segura y sostenible no solo mejora las condiciones de vida al interior de los hogares, sino también conduce a una mejor salud y educación, amplía y diversifica las oportunidades laborales y promueve el desarrollo productivo y cultural de los territorios.
FUENTE LEGAL:
- Presidente Piñera y ministra Jiménez lanzan el primer Mapa de Vulnerabilidad Energética que revela que en Chile 30 mil familias viven sin electricidad 24/7 | Ministerio de Energía (energia.gob.cl)
- Pobreza Energética | Ministerio de Energía (energia.gob.cl)
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