
¿Qué pasa con las instituciones reguladoras de la calidad en la educación superior chilena?
Las instituciones que debieran velar por la calidad de la educación superior en Chile muestran graves problemas organizativos, de interrelaciones y superposición de atribuciones. Se observa que la majamama de instituciones reguladoras de la calidad en la educación superior chilena, cohonestan su decadencia e intrascendencia al no mostrar una línea coherente en las respectivas tomas de decisiones como por ejemplo que los acuerdos de acreditación de la Comisión Nacional de Acreditación sean apelables ante el Consejo Nacional de Educación, así como también requieren su ratificación los licenciamientos y revocaciones de funcionamiento de instituciones de educación superior, que legalmente le corresponden al Ministerio de Educación. |
Si me pidieran explicar la majamama institucional que regula las instituciones de educación superior (IES) en nuestro país a colegas australianos y holandeses, por ejemplo, creo que, por decoro personal y profesional no aceptaría la petición, pues es muy difícil explicarles que teniendo ellos básicamente dos instituciones en sus respectivos países que cumplen a cabalidad el propósito de regular seriamente la calidad de su educación superior, nosotros necesitemos cuatro instituciones para cumplir el mismo propósito (1), lo cual no sólo no ha resultado hasta el momento, sino que claramente vamos de mal en peor.
En Australia y Holanda la institución técnica encargada de la calidad de la educación en todos los niveles es el respectivo Ministerio de Educación que no fue jibarizado por ninguna dictadura, no es politizado y por ende dependiente de los gobiernos de turno como el nuestro. Ambos países tienen claramente establecido en documentos formales del gobierno qué entienden por universidad, que son claramente las instituciones de educación superior que realizan investigación conducente a nuevo conocimiento en un ambiente de creatividad original, en Australia (2) y en Holanda la condición es menos tajante, pero deben estar profesionalmente orientadas y basadas en investigación (3). Ellos no necesitan lobistas privados como en nuestro país para disfrazar de universidades (¡docentes!), a aquellas instituciones que ciertamente no lo son en esencia; y la diferencia de calidad en los tres países se nota en que Australia tiene 3 universidades entre las 20 mejores del ranking mundial QS, Holanda presenta 2 entre las 100 mejores del mundo y Chile presenta 2 en el rango 100-200.
En esta majamama institucional de la educación superior chilena la más rara, inconducente y con un fuerte olor a pagadora de servicios electorales, es el Consejo Nacional de Educación (CNE) (4), pues su rol en la calidad de la educación superior está descrito muy a la “chilean way”, sin precisar nada concreto respecto a sus atribuciones y si lo llegara a hacer es traslapándose con atribuciones que corresponden a las otras instituciones pertinentes del sistema de educación superior. La descripción de su Misión deja la impresión que es ‘el contralor’ de todas las instituciones que velan por la calidad de la educación superior, pero en el clásico “Si, pero no” nacional porque principalmente “orienta” a las instituciones responsables de la educación nacional, lo que deja al MINEDUC convertido en una institución banal y abúlica que necesita orientación, además, asegura a los estudiantes una educación de calidad, ignorando o despreciando la existencia de la Agencia de Calidad de la Educación (ACE).
La Visión es igualmente anodina, pues además de contribuir al buen aprendizaje de los estudiantes, que es responsabilidad de la ACE, “influye efectivamente” en las políticas de las instituciones responsables de la calidad de la educación. Sus objetivos estratégicos son una mezcolanza de aportes, contribuciones, colaboraciones y fortalecimientos que se traslapan con las responsabilidades de las restantes instituciones responsables de la calidad de la educación (5).

La fragancia a pagadora de servicios electorales se acrecienta conociendo la composición del Consejo, pues de 10 integrantes, 7 son nombrados por el presidente de la República, 4 de ellos ratificados por el Senado que, en la actualidad claramente no es garantía de probidad. Se agregan dos representantes de las universidades y uno de los CFTs, cuya presencia en el Consejo da la impresión de defensores de sus intereses, que, no teniendo mayoría, igualmente pueden influir (6).
En la descripción de sus “atribuciones” específicas en relación con la educación superior chilena, cuesta mucho entender que su resguardo y ¡promoción, no cautelación! de la calidad de la educación superior, la haga vía el licenciamiento y revocación de funcionamiento de nuevas instituciones ¡privadas!, dado que, en los países serios, quien lo hace con plena propiedad es el Ministerio de Educación, asumiendo que la aparición de estas instituciones, que dicen ser de educación superior, en cualquier país serio no aparecen o desaparecen de la noche a la mañana. Más inentendible e inaceptable es que se constituya en instancia de apelación de “algunas decisiones” de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), sin especificar cuáles serían esas decisiones y porqué se acepta un traslapo de atribuciones tan raro con la CNA (¿intereses privados?), siendo ésta el organismo técnico que genera los indicadores para los procesos de acreditación, asigna los pares acreditadores, administra las visitas de acreditación y resuelve los resultados de ellas. Puede, además, a solicitud del Ministerio de Educación, asumir la examinación de estudiantes en actividades de titulación de instituciones en proceso de cierre. Es mucho más procedente, pertinente (¿decente?), serio y menos degradante para el MINEDUC, que estas examinaciones, si corresponde, las hagan universidades acreditadas “en serio”, y al menos por 5 años (7).
Párrafo aparte merecen otras atribuciones, me imagino autoasignadas por lo absurdo de cada una de ellas, frente a las cuales ninguna institución anómica pertinente relacionada con la calidad de la educación superior chilena siquiera ha chistado. La supervigilancia de los CFT estatales no acreditados indudablemente es responsabilidad de la CNA, que calla abúlicamente ser excluida de una responsabilidad que le es propia y además permite una prórroga de sus acreditaciones, demostrando su poca preocupación por la calidad de los institutos de formación profesional. El absurdo de sus atribuciones ¿autoasignadas? es la “supervisión” de instituciones NO ACREDITADAS, que en cualquier país serio deben cerrar y por ningún motivo seguir estafando a sus estudiantes, protegidas por una institución del Estado, que en teoría “cautela” por la calidad de la educación superior. Con este procedimiento raro y poco serio, el CNE se hace parte del negocio inmoral que engaña a estudiantes displicentes con publicidad ilusoria, asegurando la validez de títulos sin importar la acreditación de la institución que los ofrece (8).
El summum de la incoherencia institucional y legislativa es que el CNE supervise las carreras que siendo legalmente de acreditación obligatoria, no la hayan obtenido en su primer intento, degradando completamente con ello el sistema de acreditación de IES ya bastante alicaído y desconociendo sin ningún tapujo la exclusividad de la CNA en estos procedimientos (9). Tampoco el CNE reconoce que, con un solo integrante de su directorio especializado en el área médica, es absurdo y poco serio autoasignarse esta responsabilidad.
Es urgente que la ciudadanía asuma responsablemente que el resguardo de la calidad de nuestro sistema de IES debe reformarse con seriedad y responsabilidad en forma urgente y dejar de buscar disculpas para permitir la mantención y proliferación de entidades de dudosa calidad.
FUENTE DE FIGURA:
https://desdevostok1.wordpress.com/2017/12/19/las-escaleras-de-escher/
REFERENCIAS
(1)https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1118991
(2) https://www.legislation.gov.au/Details/F2022C00105
(4) https://www.cned.cl/que-hacemos
(5) https://www.cned.cl/lineamientos-estrategicos
(6) https://www.cned.cl/composicion
(7) https://www.cned.cl/educacion-superior
(8) https://cursando.cl/universidades/
(9)https://www.cnachile.cl/noticias/paginas/ACREDITACI%C3%93N-VOLUNTARIA.aspx
El artículo del Sr. Hernán Peredo es una obra magistral que destaca por su profundo análisis y su valiente crítica a la compleja situación institucional que enfrenta la educación superior en Chile. Su claridad de pensamiento y su habilidad para desentrañar los entramados burocráticos y políticos que afectan la calidad educativa son verdaderamente impresionantes. La forma en que expone las diferencias entre el sistema chileno y el de otros países ejemplares como Australia y Holanda es reveladora y demuestra un conocimiento profundo del tema.
El Sr. Peredo emerge como un verdadero genio en su capacidad para identificar los problemas sistémicos y proponer soluciones concretas y fundamentadas. Su enfoque crítico pero constructivo es un testimonio de su compromiso con la mejora continua de la educación en su país. Admirar su intelecto es inevitable, pues su análisis va más allá de la superficie y penetra en el corazón de las cuestiones más urgentes y complejas en el ámbito educativo. Sin duda, su contribución a este debate es invaluable y su legado perdurará como un faro de sabiduría para las generaciones venideras.