¿Quo vadis Argentina? [*]
Varios hechos, unos más recientes que otros, unos más vistosos y otro no tanto, me han ido haciendo poner mi atención en nuestros vecinos del Este, que acá no están separados por ninguna cordillera, lo que establece particularidades en nuestra relación muy distintas a las del resto del país, y que, en una medida importante, se cobija bajo el paraguas de lo patagónico. Esa misma cercanía y hechos que los mayorcitos vivimos, hacen que algunos miremos esto con atención.
El nuevo gobierno de Argentina pretende tomar posiciones que de algún modo recuerdan el fallido eslogan de “Argentino Potencia”, que alguna de las dictaduras acuñó por allá por los 70’s del siglo pasado, y que no es aventurado desembocó en los desaguisados de 1978, y en el yerro de apuntar hacia Falkland Islands en 1982 (por ahora mantienen su nombre y dominio británico), en lugar de volver a encaminarse hacia este lado.
Hay señales, sin embargo, que deberían llamarnos a una mesurada pero preocupada atención, porque querámoslo o no, podrían devenir en acciones que afecten nuestra tranquilidad y pacífica convivencia, y aquellos más relevantes vienen a continuación:
EJERCICIOS MILITARES
Si bien los ejercicios de guerra son un entrenamiento insoslayable para cualquier cuerpo militar, pueden ser vistos también como mensajes de política interna y externa, dependiendo de las circunstancias y ámbitos que los motivan en cuanto dimensión y efectos, por lo que no es menor que la Tierra del Fuego de más al sur, haya sido escenario de grandes ejercicios multidisciplinarios en menos de un año, tras bastante tiempo sin que se efectuaran a esa escala. No es un detalle menor, el que este territorio austral, sea el que estuvo a punto de desencadenar una guerra de verdad, y que los pactos que lo evitaron, para algunos están pegados con engrudo, ello sin mencionar que quedan un par de asuntos por resolver, en que las posiciones son muy discordantes e inciden sobre recursos naturales y geopolíticos de importancia.
LA ANTÁRTICA
Como sabemos, el territorio antártico es objeto de un tratado internacional que lo ha mantenido al margen de propiedades exclusivas desde su entrada en vigencia en 1961, pero puede modificarse en cualquier momento por la unanimidad -que no es fácil- de sus 29 “miembros consultivos” o habiendo pasado el plazo de intangibilidad de 30 años, podría modificarse por la mayoría de los 56 miembros asistentes a una conferencia que se cite al efecto. No requiriéndose unanimidad, el juego de intereses puede resultar en cualquier cosa. De 2048 en adelante, cualquier miembro consultivo puede solicitar revisiones y modificaciones, que se aprobarían por mayoría relativa. Como detalle interesante, el garante del Tratado es EE. UU., y la sede de su organización está en Buenos Aires.
Como no escapará al conocimiento de mis lectores, los asuntos de relaciones exteriores son construcciones de largo plazo, que a veces se venden o compran “en verde”, por lo que aquello que se acepte o rechace hoy, puede resultar en un precedente importante en el futuro, y en ello juega un rol complejo, el hecho de que nuestro reclamo territorial antártico, se solapa con los de Argentina y Reino Unido.
LA BASE MILITAR DE USA
Es también en ese ámbito, en el que puede inscribirse o al menos debería observarse la al parecer ya en marcha instalación de una base militar de EE. UU. en territorio fueguino. Es el propio Milei quien hace innecesaria cualquier perspicacia al declarar que ello “es el mayor acto de soberanía de los últimos 40 años (…) Al hacer una base militar en Ushuaia, nos avala el reclamo sobre la Antártica […] “el primer paso para empezar a pensar en la recuperación de Malvinas”.
No deja de ser curiosa la estrategia de Milei, en que ceder territorio a un poder militar extranjero sea un gran acto de soberanía (la experiencia en algunos otros países en que no hallan como echarlos, dice otra cosa). Tampoco para mi neurona activa, queda muy claro cómo es que una base militar de EE. UU. le va a ayudar a restarle territorio a la madre patria de EE. UU., y que es lejos su mayor aliado europeo y mundial.
LOS F-16
Tampoco es menor que los vecinos hayan comprado 24 aviones de combate F-16 a Dinamarca, los que vendrán provistos de misiles aire-aire y aire-tierra de última generación, suministrados por USA. No es que cada país no tenga derecho a mantener sus fuerzas de defensa lo mejor posible, pero si ello se inscribe dentro de lo escrito más arriba, no se puede ignorar, y no es aventurado pensar en carreras armamentistas descaradas o encubiertas.
LA OTAN
Aprovechando la gira de compras, Milei instruyó a su ministro de Defensa a solicitar la incorporación de su país en calidad de “socio global” de la OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte), a la que a estas alturas hace rato le sobra la N, y que como todo el mundo sabe, es otro de los brazos armados de EE.UU, nacido para enfrentar al desaparecido “Pacto de Varsovia”, y que tras la desaparición de éste, contrario a lo que se esperaría, no ha dejado de crecer y crecer, y armar boche donde sea que se pueda probar y vender armas. Obviamente esta incorporación no es de un rato para otro, pero para la OTAN/EE. UU. es tremendamente atractivo poder hacerse del control del Atlántico austral, más aún si como que no quiere la cosa, el ministro les dice que eso les permitiría controlar el Estrecho de Magallanes que, hasta ahora, resulta que es de soberanía chilena.
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES
No es que sea costumbre privativa de nuestros vecinos, eso de que los gobiernos echen mano al patrioterismo y el manoseo de la bandera, cuando la cosa interna se pone brava: lo hizo Videla y ya vimos lo que pasó, lo hizo Galtieri, y ya vieron lo que pasó.
El gobierno de Milei probablemente pase a la historia, el asunto es por qué. Una cosa es que lo haga porque cumplió las expectativas de la mayoría que lo eligió, y dejó una Argentina digna de los años 40’s pero sin Perón, o por el contrario que lo haga porque la gente que lo votó se dé cuenta que los F-16 no reemplazan al bife chorizo, y ni siquiera a las facturitas, y lo eche a patadas como a De la Rúa, mientras vuelven a faenar becerros en la carretera a Ezeiza, lo malo es que en este caso, antes de irse, en otro manotazo de ahogado de los que hemos visto, podría recurrir al patrioterismo grandilocuente del que hace gala, y buscar alguna distracción con nosotros.
El ingrediente novedoso y peligroso aquí es el de los inquilinos EE.UU./OTAN, toda vez que el primero, aunque pase piola como el adalid de la paz mundial, es el país que por lejos tiene más guerras e intervenciones militares en todo el mundo, a partir de su guerra de independencia de 1775-1783, que suman más de 120 sin contar su participación en golpes de Estado como el de Chile y la propia Argentina. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, nunca han tenido un año sin estar metidos en algún baile.
Ese es el allegado que se está trayendo el vecino, tiene el gasto militar más alto del mundo por lejos, con casi 800 mil millones de dólares anuales, es decir más de tres veces el de su seguidor China (MMMUS$ 270) y casi 10 veces el del tercero que es Rusia (MMMUS$ 83) y es casi tres veces Todo el PIB de Chile, es decir lo que obtenemos de la minería, el agro, la pesca, servicios y demás que producimos en un año.
La base a instalarse en Tierra del Fuego argentina, vendría a engrosar el conjunto de una 750 instalaciones -algunas con poder nuclear- desplegadas por Usa en todo el mundo para “mantener la paz” a toda costa, apoyándose además en varias flotas con submarinos y portaviones, aunque debe procurar también que su industria armamentista, la más grande del mundo con unos 620 mil millones de dólares en ventas anuales, que representan por sí solos el 40% de las ventas de armas militares en el mundo, no se quede acachada y con sobre stock, así es que habrá que gastar material en algún lado, obviamente en nombre de la paz.
No es tampoco menor el hecho de saber en carne propia que cuando se trata de sus intereses, el nuevo allegado de Argentina no trepida en validar cualquier cosa, incluyendo avalar la expansión territorial ilegal de Israel en Palestina, sancionada muchas veces por la ONU, y que hoy le regala al mundo una matanza que incluye miles de civiles incluyendo niños, o cualquier cosa que pueda lesionar lo que consideran sus intereses directos o vía “amigos”. Para ello no vacila en usar sus instalaciones militares desperdigadas por el mundo, vender armamento, y de paso garantizar los derechos humanos como en Abu Grahib o Guantánamo.
No sé a qué árbol nos arrimaremos, pero no me veo en eso de andar gritando “¡Viva la libertad, carajo!”, al menos no la de la OTAN y los Estados Unidos de Norteamérica.
ACC
21/04/2023
[*] Esta columna fue publicada en El Magallanes (Punta Arenas) el 21.04.2024
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