
RENACER
Hace algunos años en las vísperas de la primavera recibía una rosa.
Y como una ilusionada mujer la noche anterior a este renovado
misterio de la naturaleza
me preparaba no solo para recibir la rosa sino para tratar de descubrir que cambio se había realizado en mi persona.
Los cambios estaban, se iban dando día tras día, aprendiendo, creciendo, descubriendo, iniciando
nuevos caminos.
No era nada mágico, era la VIDA o quizás sí ella disimuladamente me reservaba alguna sorpresa.
Ingenuamente para ese día preparaba una vestimenta especial, un peinado distinto y entre los rulos colocaba una pequeña flor roja, que apenas se notara pero que representara lo que sentía.
RENACER.
Emprendía la jornada con una última mirada al espejo y sonreía.
Me esperaban fuera de casa otras vidas que también por su juventud estaban alborotadas, alegres.
Acaso inspiradas por esos apenas perceptibles brotes de algunas plantas pues el invierno se había prolongado un poco y se manifestaban tímidos.
En esta parte del planeta la tierra comenzaba a estirar sus bracitos despertando de un largo sueño
de una noche demasiado extensa para nuestras inquietudes.
Ese año la rosa no llegó ni tampoco las siguientes primaveras pero comprendía que no podía oponerme a la voluntad divina, aceptaba pues también sabía que el dueño de esa rosa ya no sufría.
Ahora después de varios años me llegó una rosa en las VÍSPERAS como repuesta a mi pensamiento sobre el sentimiento de «QUERER»…algo tan maravilloso que se expresa de múltiples maneras, que eludimos decir
pues tenemos temor a que se confunda la intención…y negamos un TE QUIERO…
hasta que llega el momento en que el arrepentimiento nos domina y nos reprochamos porque no lo dijimos cada vez que lo sentíamos,
y es demasiado tarde.
Tal vez ahora que por esta circunstancia en que vivimos aterrados por un virus solapado que está perturbando al mundo…confundiendo a las sociedades y abriendo paso al oportunismo de algunos nos damos cuenta.
Hemos tenido que rozar la mano de la muerte para saber que un…TE QUIERO …es salvífico,
que asombra a quien lo recibe y a uno le llena de PAZ el alma.
Un ABRAZO un TE QUIERO…por estos días son tan necesarios…y porque no detrás del barbijo una mirada tierna, sostenida, ya que el abrazo está impedido,
cuanto expresamos de afecto por el otro y hacerlo sentir
reconocido, valorado.
Seamos capaces de entregar ese gesto como si fuera UNA ROSA para aliviar soledades, que ayudemos a los otros a renacer, a demostrar que no todo está perdido.
Demos un profundo sentido a esta primavera…más allá de los brotes, cada hombre cada mujer, cada niño son la vida que nace, se perpetúa, sigue la trayectoria de la naturaleza.
Pero no en soledad y mucho menos en indiferencia. Seamos portadores de la mejor noticia…la VIDA recomienza…MAÑANA.
Estoy ilusionada porque creo que esta misma ROSA me llegará en la próxima PRIMAVERA.
Argentina, 20/09/2020.
Déjanos tu comentario: