
SÍ, DE TERROR
Desde Castelar, Argentina
SÍ DE TERROR
Te atreves a esto.
Miro la foto y parece que me cubre el hielo.
Llevo las manos al pecho y no siento los latidos, se congeló. ¿o congelaron?
Sólo los pensamientos se retuercen furiosos.
En un arrebato tapo mis ojos, no quiero seguir viendo esa imagen
que se ha repetido a través de los siglos
Sí, porque tu maldad no es nueva.
Desde Caín y Abel la ambición de poder comenzó su juego.
Nadie se detuvo.
La soberbia y el egoísmo también vieron su oportunidad.
La indiferencia se acomodó, sopesando sus intereses.
Y fueron apareciendo otros nefastos parientes que se arrimaron
vislumbrando llevar agua para sus molinos sin importarles nada.
A nadie le importó nada.
Sus miserias recorriendo el tiempo de vida de un planeta maravilloso
pero con un hombre cargado de maldad.
Todos contra todos.
Y cada día con formas más sofisticadas de agresión, tortura,
destrucción y exterminio.
Que en eso estás ahora de forma canallesca.
Por lo menos hace un tiempo era cuerpo a cuerpo, pero igual te escondías como un cobarde.
Dabas órdenes y de tu boca partían
las palabras claves… Hagamos la guerra…
Vayan…
los otros, esos que deseaban vivir en paz, que trabajaban la tierra con orgullo, que producían el pan con el sudor de su frente y tú, mísera sanguijuela,
les quitabas todo y apenas dejabas mendrugos.
Repaso la historia y has llegado hasta acá sólo afinando el ingenio
para cómo seguir matando.
Ahora siembras otras formas de miedos.
Y pones la zanahoria delante de la boca de seres que te creen y se entregan a tu pérfido preludio de muerte.
Quiero gritar, quiero mostrar, pero el silencio atrapó mi garganta.
Sin embargo, me valgo de este medio.
Escribo.
Te muestro.
Tal lo que eres.
Siniestro…culpable.
Millones de VIDAS estarán sobre ti.
Vidas de INOCENTES.
Que un día se levantarán y te arrepentirás de haber nacido.
Eso eres hombre,
MUERTE.
Y la muerte caerá sobre ti.
Ya lo estás haciendo sobre aquellos que se creían eternos y poderosos.
Pero en sus delirios se olvidaron de algo muy importante.
La soberbia los cegó.
SE OLVIDARON DE DIOS.
Gladys Semillán Villanueva
Argentina
Abril, 2024

Déjanos tu comentario: