SOBRE BIOLANTÁNIDOS Y CÍA.
Tan raro como el nombre me resulta el conversatorio sobre el proyecto de la empresa minera Biolantánidos (ese es el nombre singular de la empresa) convocado por Penco, territorio beneficiado o afectado, con las “conversaciones” en pantalla del alcalde Víctor Hugo Figueroa y del destacado abogado Alex Quevedo, especialista en derecho ambiental.
Raro porque el alcalde ocupó 2/3 de su tiempo en defenderse de acusaciones falsas de sus enemigos por motivos pre-electorales y después explicó -casi demasiado brevemente- su lento accionar frente a la empresa minera de “tierras raras” o lantánidos. Y luego Alex dijo venir conociendo recién el proyecto, aunque poco o nada del ya largo proceso inicial, y describió lo que podría ser el proceso minero real a la luz de lo que la misma empresa declara en el Estudio de Impacto Ambiental, aun en evaluación, el que implica objetivamente la generación de un gran impacto, así como lo que podría hacerse al respecto en relación con la autorización y/o sus mitigaciones: más daños que beneficios…Describió también las actuales bondades naturales y ambientales del territorio alto y costero de Penco que sería afectado, pues el proceso implica la deforestación ya que esa minería trabaja con las capas superficiales de tierra, y además demanda enormes cantidades de agua, que allí es de la mejor calidad existente y que estaría ya concedida.
Y he dicho raro porque ese proyecto es algo tan importante como que podría significar el deterioro global del territorio, no solo de Penco sino del territorio costero y también interior de toda la intercomuna (las concesiones mineras ya otorgadas así lo dicen), y sin embargo nadie parece dimensionarlo así. Aunque por ahora se ha trabajado experimentalmente en un predio forestal de una conocida empresa inmobiliaria y forestal penquista, se proyectan desplazamientos a grandes superficies con concesiones mineras ya tramitadas, en una muy impresionante superficie de esta región.
Raro porque la empresa comenzó su aterrizaje en este territorio hace ya más de 9 años y lleva 5 años trabajando casi sin permisos en sus faenas extractivas de prueba en Penco y a ninguna autoridad pareció interesarle; más aun, el Estado a través de la CORFO financió a la empresa con 4,8 millones de dólares, lo que apenas se supo, o a nadie que no fuera la empresa le interesó (o extrañó): raro.
Raro porque la minería de tierras raras es un negocio casi prohibido en casi todo el mundo por las consecuencias que deja donde existió o aun permanece (hasta contaminación radioactiva). No obstante es de una rentabilidad tal que, en nuestro suelo, podría significar el cambio absoluto de territorio forestal a territorio minero, y eso nadie lo piensa ni menos dimensiona (hay que ver el plano del Ministerio de Minería con la cantidad de superficies concesionadas: ¡impresionante y de no creerlo!)
Es también raro que, antes de tener la autorización para tan solo instalarse, la empresa, de conocidas firmas nacionales (Larraín-Vial), se haya vendido a una minera peruana, (que no dejó buenos recuerdos en el norte chileno) en buenas cifras en dólares (con lo cual la CORFO ya habría recuperado su plata) y suponemos que con sus pertenencias mineras e instalaciones “preliminares” y otras adherencias incluidas.
En lo general, esto es Muy Raro, por no manifestarse la transparencia necesaria, pues detrás de esta minería (y gran negocio) de Tierras Raras (o lantánidos) están expectantes las dos más vivaces y grandes potencias, las mayores del mundo hoy: China y Estados Unidos; y a nadie le extraña que aquí, si bien no hayan llegado directamente, sí estén actuando en lo que “se avecina”, obviamente muy solapadamente. Y es que esos minerales son óxidos muy escasos en la tierra que son imprescindibles para las industrias de más alta y avanzada tecnología: naves y satélites espaciales, equipos informáticos y de comunicación, armas electrónicas, etcétera…Y las tierras raras de Penco y de la costa regional ya han sido calificadas como de “más alta ley” que las de otras partes del mundo…
Raro, además, porque en el último proceso (se iniciaron las presentaciones en 2011) de análisis que lleva hace ya dos años el SEA, el Servicio de Evaluación Ambiental de nuestro país, se solicitó el procedimiento obligatorio y público de Participación Ciudadana, donde la más interesada en que ese evento se hiciera debía ser la Municipalidad de Penco, y éste casi no se hizo, o se hizo muy débilmente y casi sin difusión o invitación pública previa a la ciudadanía. Y el señor Alcalde lo justificó en que no actuó porque la gente podía pensar que su persona promovía un ‘lobby’ en pro de la empresa gestora: insólito, por decir lo menos.
En el evento que motivó este comentario primó esa especie de rareza que nubla la discusión, porque no todo lo que importa se trae al tapete en el intercambio de ideas o se transparenta débilmente. En cualquier caso, lo que ahora interesa es la toma de conciencia frente a un proyecto que yo califico de letal, y que la mayoría de la gente, de los ciudadanos, no conoce ni menos sospecha de sus alcances. Por lo demás fue positivo el acuerdo de iniciar acciones organizadas de reacción, valga la redundancia, aunque sean tardías, y antes de la anunciada entrega del proyecto por el SEA a la empresa para supuestas últimas correcciones, lo cual sería el peor escenario para nosotros, los que no queremos ese proyecto letal, como lo he dicho y reitero.
ANTONIO ZELADA ESPINOSA, Arquitecto y vecino de Penco
Penco, 06/11/2020
Fuente de figura: https://www.expreso.com.pe/economia/hochschild-compra-participacion-en-tierras-raras-en-chile/
Antonio Zelada nos entrega un relato sobre un proyecto que se debe anular lo más pronto que se pueda por haber sido gestionado de modo irregular y a espaldas de las comunidades. Gracias por el aporte.
Este análisis del arquitecto y vecino de Penco Antonio Zelada, me trae la siguiente reflexión: ya no hay solo «algunos» lugares del territorio de Chile que se han transformado en las llamadas «zonas de sacrificio» para reunir y concentrar en ellos todo tipo de industrias altamente contaminantes -como en Coronel, Quintero-Puchuncaví, Petorca (paltos), Freirina, Tocopilla, Mejillones, Huasco y tantas otras-, sino que ahora se está ampliando a «TODO el territorio» y, si vamos más lejos, a TODO el continente.