
Surgen los monstruos
Antonio Gramsci, señalaba que la crisis no tiene un comienzo, origen único, una sola causa, sino manifestaciones que obedecen a un proceso social complejo con varias expresiones, donde se intensifican cuantitativamente algunos elementos y fenómenos, mientras que otros se han vuelto ineficaces o han muerto. En medio de ese proceso, pueden surgir los monstruos. Ahí está el caso de lo que hoy ocurre en Brasil, donde el sistema político se ha visto progresivamente afectado por la corrupción; ante ese proceso, irrumpen ciertos discursos que buscan aprovechar ese descontento social, el malestar de la población y a través de determinadas propuestas de carácter demagógico y oportunista, se busca conquistar la adhesión de la ciudadanía para erguirse como redentores sociales y políticos, es decir, ser “la solución” a los problemas del país.
En todo ese proceso de desafección de la población con los partidos y dirigentes políticos tradicionales, las propuestas de la “mano dura”, el disciplinamiento social, las medidas correctivas, el discurso antiinmigracionista, el rechazo a las minorías sexuales van poco a poco ganando terreno, pero al mismo tiempo van degradando la democracia, convirtiéndola simplemente en un mero instrumento o espejismo para impulsar sus medidas, muchas de las cuales son abiertamente antidemocráticas, ofensivas y discriminadoras, por ejemplo los comentarios y medidas racistas, homofóbicas y misóginas.
¿Sorprende este tipo de escenarios?, ¿Debe causar extrañeza la adhesión que concita este personaje?, ¿Estamos ajenos a que esto pase en Chile? Son algunas preguntas que rondan en el ambiente ante el apoyo que concita Jair Bolsonaro en Brasil; sin embargo, la fuerza con la cual irrumpe no es casualidad o un mero accidente. Como todo proceso histórico, tiene varias causas. Una de ellas es el deterioro y descomposición en que ha caído la izquierda en América Latina. Los actos de corrupción y los vínculos entre el dinero y la política han mermado un elemento clave en el discurso de la izquierda: el ser impolutos, tener las manos limpias, no ser como la derecha corrupta y que se beneficia de las grandes empresas y corporaciones o bien convertir al Estado en un “botín” en beneficio de unos pocos. Para desgracia de la izquierda y sus partidarios, ese discurso “purista” se ha venido al suelo, lo peor de todo es que ha provocado una grieta profunda entre ese variopinto mundo popular y de estratos medios y la izquierda. Esta última ya no es creíble, peor aún, es más de lo mismo y ante ese desencanto y rabia, aparecen sujetos como Bolsonaro que capitalizan ese descontento. Otra causa es el auge del mundo evangélico, fuertemente vinculado a los estratos más pobres y que electoralmente se han convertido en un factor importante a la hora de las elecciones, entregando un apoyo a sujetos que balbucean (ya que no da para ideas) y manipulan sobre el valor de la familia y la vida.
Pero atención, no se necesita mirar a Brasil para alarmarse con Bolsonaro, es cosa de poner atención a nivel nacional para escuchar a sujetos y grupos que van peligrosamente en la misma línea. Allí están, entre otros, José Antonio Kast, Manuel José Ossandon, algunos parlamentarios del oficialismo y por supuesto la mentada bancada evangélica. Políticos que todos los días vociferan, cual predicadores, los males que atentan contra los “valores cristianos”, la naturalización de lo social y los designios de su Dios.
Pongamos atención a lo que ocurre en Brasil, pero sobre todo tengamos cuidado con los ‘Bolsonaros chilenos’, esos monstruos que surgen de las crisis y que son la verdadera amenaza para nuestra democracia.
Uma excelente observação sobre alguns dos aspectos e fundamentos da ascenção de Bolsonaro à presidência do Brasil.
Cabe ressaltar que o real perigo às democracias não são figuras como ele, mas o descontentamento social que elas representam e o consequente apoio que angariam em meio à sociedades massacradas pela desigualdade social e pela corrupção que desperdiça, todos os dias, vultosas quantias de recursos financeiros advindos da pesada carga tributária paga por essa sociedade.
Bolsonaro traz consigo um projeto que ultrapassa fronteiras nacionais e que tem no Chile um de seus principais apoiadores para o sucesso e hegemonia almejados na América Latina. Cujos pilares, ao meu ver, são: um liberalismo econômico que favoreça ao capital especulativo e às elites nacionais (inclusive nas relações de trabalho), absoluto controle dos diferentes movimentos sociais e da Educação (especialmente na área das Ciências Humanas), um messianismo fundamentado no apoio de grupos evangélicos hegemônicos que tem claros projetos de poder político e econômico, e ainda, na perigosa proximidade com as FFAA buscando um apoio que, se sabe, não se limita apenas ao campo político democrático (sobretudo pelo histórico das declarações do presidente acerca do período ditatorial brasileiro 1964-1985) e em uma lógica de constante temor social em relação, principalmente, ao «perigo vermelho».
Forte abraço.
E obrigado pelo excelente comentário.
Yo creo qué las «Crisis» sí tienen un comienzo y distintos factores que influyen y determinan estos fenómenos, pueden ser «imperceptibles» pero ahí están y originan el comienzo de éstas crisis.
El punto está en que cómo sus causas son multifactoriales y los procesos sociales tan complejos, no es fácil determinar cuando comienzan realmente, además que obviamente arrastran su origen en otros fenómenos en los cuales sus orígenes se enraizan.
Por ejemplo, el origen del deterioro y falta de valores de los partidos de Izquierda en Chile, comienza con el golpe de estado y la destrucción y asesinato de los mejores cuadros de los partidos, después… mil factores se suman, el central, la plata y el poder de algunos dirigentes …
Gran documento el suyo, profesor Danny Monsálvez.