«Aquellos o aquellas que creen que la política se desarrolla través del espectáculo o del escándalo o que la ven como una empresa familiar hereditaria, están traicionando a la ciudadanía que espera de sus líderes capacidad y generosidad para dar solución efectiva sus problemas.»

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¿Tiempos mejores?

Juan Luis Castillo Moraga

Ciudadano Independiente.

La derecha asume el gobierno en este país, con una de las características más notorias en su conducta histórica, una alta dosis de arrogancia.

Su triunfo, amplio es verdad, logrado básicamente al enfrentar a una coalición que venía rota por sus propias desavenencias y con grandes lunares de corrupción y de comportamientos repudiados por la ciudadanía, un sector político que fue, paulatina y  marcadamente abandonando conductas y valores que históricamente la caracterizaba.

Y un gobierno que a partir del caso Caval, fue perdiendo el control y la eficiencia respecto de un diseño que ofreció cambios sustanciales en la sociedad chilena y que cayó en un vendaval de errores no forzados.

Sin enemigos en el inicio de su camino,  el oficialismo de hoy, la derecha, señaló que su meta sería gobernar como mínimo ocho años y así definió una amplia agenda que tenía a lo menos tres propósitos, a saber: ahondar las diferencias en la oposición, aunar vínculos con los temas más sensibles de la población e intentar homogenizar a la distintas expresiones en la derecha forzadas a unirse, sólo por la búsqueda del poder, pero con muchas diferencias que hoy comienzan a quedar al descubierto.

Paralelamente a lo anterior, con una obstinación casi enfermiza comenzó una asonada de desprestigio del gobierno de la ex presidente Bachelet, desacreditando cada una de las obras del mandato anterior y en una suerte de competencia de logros tratando de dejar claro que en todas las áreas de gestión ellos eran los campeones y la administración anterior la culpable de todos los males.

Los tiempos mejores, comprometidos en la campaña presidencial y en los primeros meses de gobierno, comienzan sistemáticamente a oscurecerse, con nubarrones provocados por malos resultados económicos, por promesas incumplidas y por borrascosas metidas de pata de un gabinete que, en general, puede saber mucho de administración de empresas pero muy poco de gestión pública y social, mucho menos de operaciones y gestión política. Mostrándose  de modo permanente alejados del interés general del país y mucho más fieles y cercanos a los puntos de interés  dictados por el modelo neoliberal.

La observada y marcada baja en las encuesta es una doble derrota, primero porque es a costa de las promesas expresadas en la campaña, pero además porque tienen la cancha limpia, sin una oposición que se les enfrente de modo coherente y en virtud de algún diseño. Más bien el oficialismo tiene al frente una oposición dispersa, confusa y sin liderazgos.

La pasada de cuentas en las encuestas obedecen fundamentalmente a:

  • Cierre de empresas, con aumento del desempleo.
  • Fracaso en la nuevamente prometida superación de la delincuencia.
  • Disputas internas en la coalición, por cargos y diferencias en la aplicación de una agenda que no logra homogenizar al bloque.
  • La nefasta intentona de manipulación de las cifras económicas, situación desmentida por organismos de internacionales.
  • Una agenda para la Araucanía, marcadamente represiva, con pocas luces y sin contenidos sustanciales.

En el marco de todo lo anterior, aparece en el horizonte el fantasma de Bachelet, quien con su fundación pone nerviosa a la derecha en general y a Piñera en particular. Sin embargo, esta instancia no logrará mayor incidencia en el comportamiento político del país, a menos que pase de ser un referente temático capitalino y logre anidar estructuras en las regiones con clara presencia ciudadana.

Lo que resulte de la agenda temática de dicha fundación, dependerá significativamente de si la lectura temática representa los intereses de la ciudadanía y por sobre todo, si este organismo logra verdadera y eficazmente incorporar referentes sociales en su interior.

Por de pronto, los nubarrones en el futuro de la coalición oficialista tienden a aumentar y el gobierno deberá realizar grandes esfuerzos por atenuar la crisis viéndose difícil, a corto plazo atenuar la persistente caída. Pero lo que es peor y más grave aún para el futuro del país, es el acentuado  reblandecimiento que se observa hoy en nuestra endeble democracia, la que a pesar del paso de seis gobiernos que han sucedido a la dictadura, no se ha logrado solidificar un Estado realmente democrático. No hemos sido capaces como sociedad -responsabilidad especial de los parlamentarios- de crear una carta de navegación que nos conduzca hacia una nítida y firme institucionalidad que obligue al  Estado a  asegurar las garantías que la ciudadanía necesita y merece.

Lo sucedido con el fallo de la Corte Suprema de Justicia que liberó a violadores de derechos humanos (pasando mañosamente por encima de la legalidad vigente y por sobre las penas y dolores de las familias de detenidos desaparecidos), más allá de toda discusión no es otra cosa que la muestra de que un órgano del Estado, viola las leyes y acuerdos internacionales suscritos por el país.

Esta decisión tiene un complejo ‘piso’ con expresiones sociales y políticas, que se han venido manifestando cada vez de modo más reiterativo, en el parlamento, en los canales de televisión, en la voz de referentes de la extrema derecha, loas al dictador y a la dictadura. Los coros de apoyo no han dejado de manifestarse. No son escaramuzas, es sostenible la actitud de una extrema derecha que cada día asoma su cabeza en la sociedad. Los silencios de la “clase política” y lo que es peor, de la ciudadanía y de las  instituciones  del Estado son preocupantes.

La impunidad en materia de delitos que ligan a la política con el gran empresariado y ahora la que afecta a los derechos humanos, son un serio peligro para la integridad y necesaria consolidación de nuestra democracia.

En España cae un gobierno por los actos de corrupción entre gobernantes y empresarios; en Perú, las manifestaciones sociales logran derribar al máximo representante de la justicia en ese país. Lamentablemente, esos ejemplos no tienen eco en nuestra sociedad, la que cada vez más, se ve actuar influenciada por un sistema que nos hace menos sensibles a los problemas sociales y humanos y que acentúa los individualismos, los egoísmos y la ignorancia. Esto, es mucho más preocupante y lamentable, sin lugar a dudas.

Fuente de figura: https://www.sebastianpinera.cl/

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8 Comentarios en ¿Tiempos mejores?

  1. La verdad, es que respeto sus opiniones,incluso podría coincidir con alguna aseveración suya, aún cuando sean , a mi juicio, un tanto «radicales»…
    Lo que se expresa en este artículo, no es otra cosa que una mirada a la realidad política nacional, en el marco de una coyuntura.
    No defiendo los deslices conductuales de algunos entre los progresistas.

  2. Copio parte de lo escrito por el autor de este artículo:

    «La pasada de cuentas en las encuestas obedecen fundamentalmente a:

    Cierre de empresas, con aumento del desempleo.
    Fracaso en la nuevamente prometida superación de la delincuencia.
    Disputas internas en la coalición, por cargos y diferencias en la aplicación de una agenda que no logra homogenizar al bloque.
    La nefasta intentona de manipulación de las cifras económicas, situación desmentida por organismos de internacionales.
    Una agenda para la Araucanía, marcadamente represiva, con pocas luces y sin contenidos sustanciales.»

    Con respecto a esto, no hay que ser un iluminado para darse cuenta que es lo mismo visto en el gobierno anterior, con leves matices por supuesto, me parece descarado y atrevido insultar el valor de la Historia.

    Seguir creyendo en la voluntad política es de ilusos, lo único realmente valedero para ellos es alcanzar cargo y permanecer allí gozando del buen sueldo, para ello se desmarcaran, se desdoblaran, sacaran conejos del sombreo y otros tantos artilugios para mantener viva la ilusión, asegurando de paso el dinero y cierto poder que da el cargo alcanzado.

    Pretender una rejuvenecida y futurista Izquierda chilena es algo parecido a comerse un añejo y duro pan.

    Pretender que sigamos confiando en la buena voluntad de derechas e izquierdas, es algo peligroso, hasta vanidoso.

    Ambos bandos, con sus lideres y secuaces, pretenden el mismo botín, desde diferentes ópticas a veces, desde las mismas ópticas otras veces.

    No estoy para embustes de poca monta !!

  3. La verdad estoy en desacuerdo, creo que el mayor problema fue el «creer» que la izquierda sigue con el idealismo de antaño, lamentablemente, la izquierda actual esta llena de políticos corruptos que se hacen llamar de izquierda, pero legislaron durante 20 años para ellos mismos, peor que un gobierno republicano de USA. Lamentablemente, son todos unos capitalistas neo liberales, que promulgan el bienestar social y al momento de tener el poder, solo hacen crecer sus bolsillos, legislando para hacer crecer sus empresas y negocios familiares, todo avalado por los diversos partidos políticos.

  4. Me permito compartir todos y cada uno de tus argumentos querido amigo, es verdad, nos falta mucho para tener una sociedad justa y una democracia sólida.

  5. Buen comentario, hay que poner el acento, mas allá de lo coyuntural y mirar lo grave que es todo atentado a los derechos humanos, como el cometido por el ex ministro Rojas…
    Es verdad, tenemos una muy feble democracia.

  6. Tu análisis me parece justo e integrador de materias que lamentablemente hoy no se ve, no se analiza ni se entiende , sobre todo esto de que se cierne sobre la sociedad y nuestra precaria democracia, un manto oscuro colocado sobre nuestros ojos, el Neo-liberalismo y su prensa han hecho bien su trabajo.
    Los progresistas de verdad, no los corruptos, lucen por su ausencia.

  7. Certero, claro profundo el artículo.
    Felicitaciones, creo que es clave un análisis así, en nuestra comunidad política, cada vez que tengamos a la derecha en el gobierno, se acentuarán las posturas de la ultraderecha.

  8. Excelente artículo Juan Luis, realmente crítico respecto al Chile actual.
    Veo que el gobierno actual no ha cumplido las promesas realizadas durante la campaña y el lema «tiempos mejores» no es tal, ya que los problemas sociales se han agudizado. Por otro lado, el gobierno puede decir que el crecimiento económico es superior al gobierno anterior, pero de que crecimiento se habla, solo en cifras numéricas… dejan de lado el desarrollo económico que se debe ver reflejado en mejores estándares de vida de la población????????
    Saludos

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