UN PEQUEÑO PATIO
Desde Castelar, Argentina
Un pequeño patio.
Guardando amorosamente arrayanes y otras especies.
¿Dónde?
En Chile.
Allí, en el medio de una superficie poblada de otras formas de vegetación.
Extrañas formas que nada tienen que ver con la exultante belleza de no
demasiados metros cuadrados.
Esos que albergan en una cierta retaceada luz del sol románticas especies que
hablan desde sus troncos, hojas y flores
de una Madre Tierra que se acomoda para seguir dándoles vida.
Gozo de comprobar como las raíces soportan la prueba y no ceden
en su propósito de vida.
Las trepadoras no se quedan atrás y en su
desplazarse por la pared realizan dibujos surrealistas
que solo ellas saben su significado.
Rincones umbrosos llenos de misterio
esperando una semilla que germine y como un acto de magia
estalle un pimpollo de increíble color a penumbra.
Silencio y suave brisa.
Diálogo entre las plantas cuando al anochecer ven encenderse en ese extraño
paisaje que las rodea cientos de luces imitando estrellas.
Un universo raro.
Desde esas formas duras, rígidas, que se abren y se cierran.
Parte de cuerpos inmóviles inexpresivos
carentes de sensibilidad.
Como muertos.
Cemento.
Propiedad horizontal.
Pero el milagro está y se perpetúa en el patio… pequeño bosque de la casa de
mi amigo.
Intuyo manos verdes detrás de la magnificencia.
Gladys Semillán Villanueva
Argentina
Marzo 28, 2024
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