
¿Y AHORA, …IREMOS POR EL EXTERMINIO DE LOS SALARES?
La Red Plurinacional de Humedales de Chile lleva varios años desde que se creó en 2017 [1] trabajando con denuedo por la protección de los humedales de todo el territorio chileno, entre Arica y Magallanes, incluyendo los que han quedado encerrados por la trama urbana de los planes reguladores comunales y metropolitanos -que están teóricamente protegidos por la Ley N°21.202 de Protección de Humedales Urbanos [2] -, las turberas y los salares. Ahora viene un nuevo frente en la gran batalla en la defensa de la naturaleza y de las comunidades: los salares amenazados con la minería del litio.
Los tecno-optimistas nacionales y los extractivistas transnacionales están obnubilados con el litio, abundante mineral que se encuentra disuelto en los salares altoandinos cordilleranos y altiplánicos de Argentina, Bolivia y Chile; concentran más de la mitad de los 40 millones de toneladas que conforman las reservas probadas de litio en el planeta [3]. Aún cuando Bolivia tiene el yacimiento más grande en el salar de Uyuni, Chile con la segunda reserva del mundo en el salar de Atacama es en la actualidad, junto con Australia, el principal productor internacional.
¿Cuál es la razón de tanta codicia? La razón es que el litio (de símbolo químico Li) podría ser un componente fundamental para el sustituto de los combustibles de origen fósil, en franca declinación desde el “peak oil” o ‘cénit del petróleo’. Entre 2005 y 2008 la producción convencional de petróleo comenzó a ser menor que su consumo: se alcanzó la tasa máxima de extracción global de petróleo a partir de la cual la producción entró en un declive terminal. Es por esto que en aquellos años comenzó a hablarse de la escasez del “petróleo barato” [4].
Aparece entonces una suerte de salvavidas para la tendencia que se niega a sucumbir: la de la “huida hacia adelante” de la corriente pro crecimiento ad aeternum con un cambio tecnológico que reemplazaría los automóviles y vehículos de transporte a gasolina y diésel por la “electromovilidad”, vale decir, móviles accionados por electricidad almacenada en baterías. Así, el principal uso del litio en la actualidad está en la fabricación de baterías eléctricas recargables para vehículos a propulsión eléctrica y sistemas de almacenamiento energético en baterías de ion-litio.
“En la actualidad, los autos convencionales son del orden de 1.300 millones, de los cuales aproximadamente un 40% han sido fabricados en el siglo XXI. Todo indica que existe un gran mercado para reemplazar esos vehículos y, si se suman los nuevos autos proyectados, se alcanzaría un total de 2.000 millones para 2050. Desde el punto de vista ambiental, el buen sentido nos indica que esto puede convertirse en un tremendo desastre” [5]. Cabe recordar que el magnate Elon Musk, durante la presentación del Tesla 3 realizó una importante declaración: “para producir 500.000 vehículos al año, básicamente necesitamos absorber toda la producción de litio del mundo”. El anuncio de Musk es una declaración de intenciones dirigida hacia todos los productores de litio del mundo [3].

La otra fuerte tendencia en cuanto a movilidad es la que promueve un mundo sin autos que privilegia el transporte público de calidad y la bicicleta. Ya hay varios casos de ciudades con transporte público gratuito. “No debemos olvidar que un auto particular pasa el 90% del tiempo estacionado, y que, desde esta perspectiva, podríamos sostener que el futuro, estará dominado por el no-auto”. Como dice Gerardo Honty:
No es el sistema de transporte, ni las personas, ni el planeta quienes necesitan 2 mil millones de automóviles eléctricos. Son las corporaciones industriales y mineras, los accionistas empresariales y financieros quienes lo necesitan. Son las redes de corrupción política enquistadas en el negocio extractivo las que lo necesitan. Es la teología del crecimiento económico la que requiere nuevos negocios -independientemente de las necesidades de las personas y del planeta- para seguir convocando feligreses a su iglesia [6]. |

Los salares no son yacimientos mineros, lo repito, con la esperanza de que las autoridades y los políticos lo entiendan: son humedales, ecosistemas complejos indispensables para la continuidad de la vida y su biodiversidad, tanto en las comunidades como en la fauna y la flora. Los chilenos no necesitamos litio, lo que necesitamos, es respeto y dignidad, «hasta que la dignidad se haga costumbre».
«DEJEMOS EL LITIO EN SU LUGAR: EL SALAR»

Fuentes de figuras:
Referencias:
[1] https://laventanaciudadana.cl/ii-encuentro-nacional-de-humedales/
[2] https://humedaleschile.mma.gob.cl/humedales-urbanos/
[3]https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Para-que-sirve-el-litio-20161207-0144.html
[4]https://laventanaciudadana.cl/crisis-energetica-cuando-se-sobrepasa-otro-limite-planetario/
[5] COLAPSO – Cuando el Clima lo Cambia Todo¸ Manuel Baquedano, Ed. Cuarto Propio, 2019, Págs. 94 – 97
[6] http://energiasur.com/el-auto-electrico-la-nueva-pesadilla/
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