«La concentración de riquezas, el poder del dinero, por sobre todo, el dinero fácil, en su accionar destruye la historia, la educación, cultura , los valores de una sociedad que desee permanecer limpia y sana.»

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CONTRA LA HISTERIA, INTELIGENCIA

Miguel Ángel San Martín

Periodista. Especial para La Ventana Ciudadana, desde Madrid, España.

Desde España.

El coronavirus está causando estragos en el mundo. Ya ha sido declarada pandemia por las autoridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), eso significa que se trata de un virus que afecta a la población mundial y que, por lo tanto, es peligrosa.

En España, donde resido, mirábamos lo que ocurría en China con cierta indiferencia. Lo veíamos todo muy lejano, pero luego cuando el virus comenzó a atacar a la población europea, muchos salieron realizando acciones políticas, aprovechándose de la situación. Ahora, cuando Italia adopta medidas extremas ante la violencia del ataque del coronavirus, se desata una avalancha de histeria en la población que busca refugio en los teléfonos de emergencia, colapsándolos, y en…¡los supermercados!.

España está viviendo lo mismo que le ocurrió a Italia hace poco más de una semana: está comenzando a registrar aceleradamente el avance de los contagiados. Y la cifra de fallecimientos también crece, especialmente en los sectores poblacionales más vulnerables. Es decir, los adultos mayores y las personas que padecen de otras patologías.

El coronavirus no tiene aún un producto farmacéutico que lo combata. Los científicos de todo el mundo están estudiándolo, analizándolo y buscando la forma de combatirlo con éxito y todavía no hay resultados. Por lo tanto, no nos queda otra cosa que aumentar las acciones preventivas para evitar que la epidemia crezca imparable y afecte con mayor fuerza a los más vulnerables.

Como se trata de una pandemia, todos debemos actuar de forma unánime en la prevención. Es decir, la prevención y la lucha contra el virus la debemos hacer entre todos. No debemos perder tiempo en la banalización del tema y, menos aún, en la histeria. Debemos apelar a nuestra inteligencia.

Los expertos en esta materias nos recomiendan mantenernos en casa, lavarnos las manos muy a menudo con agua y jabón, utilizar pañuelos desechables y, cada vez que los usemos, depositarlos en envases cerrados y…lavarnos las manos. Esto es serio, tan serio que el Ministro de Salud de Alemania salió ante los medios haciendo esta recomendación: “lávese las manos con agua y jabón. Y mientras lo hace, cante dos veces seguidas el cumpleaños feliz”. Es el tiempo recomendado para eliminar cualquier vestigio del virus de sus manos. 

Según otros expertos, el virus está protegido por una sustancia similar a una grasilla. Esa grasilla se derrite con una temperatura superior a los 26 grados, con lo cual el virus queda desprotegido y muere. Por lo tanto, la ropa que se use en la calle o en los lugares de masiva concurrencia o en los medios de transporte, si no puede lavarla, es recomendable dejarla tendida al sol.

El virus ataca a los pulmones. Provoca fibrosis muy peligrosa. Por lo mismo, para prevenir el contagio, es también recomendable beber bebidas calientes. Mucho té o infusiones calientes. Con ello, el virus que se instala en la garganta es arrastrado lejos de las vías respiratorias, hacia el aparato digestivo, donde los ácidos lo destruyen por completo.  O sea, beber líquidos calientes muy a menudo.  Y consumir mucha vitamina C natural. Es decir, mucho cítrico.

Cuando una persona tose o estornuda, los virus pueden llegar hasta un metro de distancia. Primera recomendación: al toser o estornudar, taparse la boca con el antebrazo o con la parte interior del codo flectado. Pero, además, es recomendable conversar a una distancia considerable con alguna persona  que presente síntomas de resfrío.     .

En fin, hay muchas recomendaciones sencillas que podemos seguir para prevenir en gran medida, el contagio. Por lo mismo, debemos seguir los consejos de los expertos, tomarse muy en serio todos ellos. No debemos banalizar ni politizar este tema. Es muy serio para la economía de un país, para nuestra actividad cotidiana y para la vida. O sea, es necesario usar nuestra inteligencia para derrotar a un virus que no reconoce fronteras, ni clases sociales, ni condición humana. Es una pandemia.

Fuente de imagen: Juraj Varga en Pixabay.

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