Editorial. El futuro está cada vez más cerca

En 2015, 165 de los 193 países que integran las Naciones Unidas más numerosas organizaciones de la sociedad civil, aprobaron una “Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible”. Se trata de un compromiso sobre un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad.

Las naciones adheridas a este esfuerzo común, teniendo plena conciencia de los graves problemas que enfrenta el porvenir de la humanidad, definieron una hoja de ruta lo que les significaba abordar simultánea y solidariamente los puntos más críticos que afectan y amenazan nuestro futuro.

Para tal efecto, definieron 17 objetivos específicos que deben ser detallados para una adecuada comprensión del tema. Tales son:

01.- Fin de la pobreza:
02.- Hambre cero;
03.- Salud y Bienestar;
04.- Educación de calidad; 
05.- Igualdad de género;
06.- Agua limpia y saneamiento;
07.- Energía asequible y no contaminante;
08.- Trabajo decente y crecimiento económico;
09.- Industria, innovación e infraestructura;
10.- Reducción de las desigualdades;
11.- Ciudades y comunidades sostenibles;
12.- Producción y consumo responsables;
13.- Acción por el clima;
14.- Vida submarina;
15.- Vida de ecosistemas terrestres;
16.- Paz, justicia e instituciones sólidas; y
17.- Alianzas para lograr los objetivos.

Por supuesto, cada uno de estos puntos es un mundo en sí mismo y exige su abordaje mediante políticas públicas audaces e innovadoras.

Al cumplirse el primer lustro de los tres determinados al aprobarse la propuesta, el puntaje de cumplimiento sitúa a la cabeza, como era de esperar, a tres países nórdicos – Finlandia, Suecia y Dinamarca – en tanto que Chile queda en el lugar N° 30. Si se efectúa un análisis por cada uno de los puntos, nuestro país se encuentra en camino al cumplimiento del objetivo, en materia de igualdad de género, agua limpia y saneamiento, y alianzas para lograr las metas. Con nota roja (retroceso), aparece en cuanto a vida de ecosistemas terrestres y reducción de desigualdades y en nivel de “estancamiento” en Acción por el clima. Todos los demás objetivos – 10 de los 17- registran avances más bien moderados.

La nómina antes transcrita pudiera ser el lugar de partida para los diversos programas de gobierno pero ninguno de los postulantes la ha tomado como punto de referencia.

El compromiso asumido por el Estado chileno ha quedado a cargo, entre otros organismos, de los ministerios de Relaciones Exteriores, de Economía y de Desarrollo Social, debiendo este último actuar como Secretaría Técnica.

Sin embargo, transcurrido este primer quinquenio resulta fácil constatar que los modestos progresos habidos hasta ahora constituyen una manifestación evidente de las inercias burocráticas, y del desinterés y la desidia de los poderes Ejecutivo y Legislativo. 

Precisamente, cuando se trata de dar un paso clave que nos permita saltar desde el mero crecimiento para asentarnos en una fase de verdadero desarrollo humano se hacen notorias las ausencias de voluntad de quienes ejercen la autoridad. Ni en los mensajes presidenciales anuales ni en los centenares de proyectos presentados ante el parlamento tanto por congresales como por el mismo gobierno, pueden encontrarse alusiones a esta Agenda. Para los medios de comunicación de todo tipo, este es un tema banal o simplemente inexistente.

Las agendas pro desarrollo sustentable no solo tienen destinatarios pasivos a los cuales puedan llegar diversos beneficios para atender sus mínimos de subsistencia, sino que requieren para su éxito el compromiso real, efectivo, de la ciudadanía toda para participar activamente en esta cruzada transformadora que releve los valores fundamentales de una cultura diferente.

Los años del futuro ya están aquí y no nos podemos permitir el lujo de dejar que el transcurso del tiempo se nos vaya como el agua entre los dedos.