TRES LIBROS FUNDAMENTALES

Por Fernando Arriagada  Cortés

Investigador y escritor.

Dentro del amplio mundo de la cultura, los libros representan signos básicos para el desarrollo del ser humano. Tan importante es esto, que saber leer y escribir, es un objetivo fundamental de cualquier sistema educacional formal de nuestro planeta. En los índices de desarrollo de una sociedad, estos son elementos muy importantes a considerar. Libros hay muchos y para todos los intereses. Desde los textos escolares y los libritos de cuento, hasta complicados y robustos manuales de alta especialización, en más de un idioma.

De todo ese amplio mundo escrito, estimo que hay tres obras fundamentales que todo hogar, por modesto que sea, debería tener, porque ellos representan lo más elemental de la vida formativa de una persona, entendida como un proceso de conocimiento y crecimiento permanente.

En primer lugar invito a esta cita al diccionario, porque ahí están “las amadas palabras” al decir del poeta Jorge Teillier, con su significado y correcta ortografía. El diccionario, cualquiera sea su tamaño o calidad, es un libro de consulta que todos debiéramos de tener siempre a mano, pues ante la duda en el uso de una palabra, es una ayuda inapreciable.

Otro digno libro presente en nuestra casa debe ser, como buena familia chilena, nuestra historia patria. Ahí se encuentran los fundamentos de nuestra nacionalidad, narrados desde sus orígenes hasta nuestros tiempos. La Historia de Chile nos entrega muchos elementos de juicio que nos ayudan a comprender los extensos procesos que ha vivido o sufrido nuestra patria. También nos entrega antecedentes para ir conociendo nuestra identidad mestiza y campesina.

Un nuevo e importante libro aunque para mucho debe ser el primero, es el Nuevo Testamento, porque ahí están las raíces cristianas de nuestra fe mayoritaria para occidente. El texto de inspiración divina, es un valioso material de uso y práctica de los más importantes valores legados a nuestra humanidad. Saber extraer el mensaje de Jesús y sus aplicaciones en la vida cotidiana, es una tarea permanente para la vida.

Si usted, amable y generoso lector de estas crónicas, cuenta en sus haberes con estos tres libros y los consulta a menudo, le aseguro que muchas otras lecturas le pueden resultar prescindibles y con ellos empaparse de sólidas bases para hacer más llevadera su vida y la de quienes le rodean. Desde el valle del río Chillán, reciba mi saludo y agradecimiento por su tiempo al leer estas crónicas.