«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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Difícil, muy difícil

Andrés Cruz Carrasco

Abogado. Doctor en Derecho (Universidad de Salamanca). Magister en Filosofía moral (Universidad de Concepción). Magister en Ciencias Políticas, Seguridad y defensa (ANEPE). Máster en Política Criminal (Universidad de Salamanca).

Difícil que se acceda a la presidencia cuando se designa al candidato sobre la base de la “encuestocracia”, y no fundándonos en un relato,  principios y un programa. Más difícil cuando levantamos una figura por ser nueva, pero que aparece junto con los que han detentado parte del poder por tanto tiempo, que representan esas prácticas siniestras relacionados más bien con el acomodo, ubicar a los suyos y permanecer anquilosados en algún cargo público, que se han construido sobre la base del clientelismo. Más complejo se torna cuando se invoca el apoyo de una coalición en ruinas, permanentemente sumida en disputas por carecer de claridad en torno a cuales son sus objetivos, mirando nostálgicamente hacia atrás, en lugar de ofrecer algo nuevo a un ciudadano con poca formación, preparado para ser un buen consumidor, para tener y hacer, para competir (en la medida de los posible) y no para convivir, y cuyo civismo es equivalente a lo que le pueda entregar un matinal o un “reality”. Muy dificultoso resulta pretender acceder a ser gobierno cuando se hacen gárgaras con la participación ciudadana para permitirles a los votantes decidir sobre sus futuros candidatos, pero se opta por no realizar primarias, que mejor decidan los mismos de siempre entre sus cuatro enmohecidas y oscuras paredes, dejándole un enorme espacio a los adversarios para que puedan mostrarse ellos y sus propuestas, asumiendo una arrogante postura de ningunear a los opositores. Más difícil, si se presentan dos candidatos representando al mismo agónico conglomerado, mostrándose como antagonistas absolutos. Más peliagudo se torna el asunto si no se presenta un programa, que puede ser que nadie lea pero que al menos se sabe que existe y del que se desprende que se sabe donde se quiere ir y que se quiere hacer. El embrollo se hace más grande si en la segunda vuelta se radicalizan las posturas, no se enfrenta adecuadamente la campaña del miedo y en lugar de mostrar a un voluntarioso candidato como referente, se le deja solo, en contraposición con el contendor que se transforma en la figura de autoridad que aglutina incluso a quienes en algún momento aparecieron como sus más enconados adversarios, confiriéndole algo que tanto le gusta al elector nacional: un conductor o caudillo que da más aval de seguridad y estabilidad.  Más difícil, cuando se invoca un profundo sentido de regionalismo, pero se siguen celebrando construcciones de líneas de metros en Santiago, y no son capaces de terminar un puente (cuya construcción demoró menos cuando se hizo a mano hace varios años por un puñado de sacrificados obreros), se fraccionan regiones con criterios populistas y luego se pretende ser apoyado invocando ser continuadores de quienes adoptaron estas decisiones. Si, todos somos generales después de la batalla, pero también siempre se cosecha lo que se siembra.

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2 Comentarios en Difícil, muy difícil

  1. En realidad es mucho más difícil de lo que uno se crée, el asunto relacionado con elegir un candidato a la presidencia nacional, y este artículo, escrito por una persona con un doble Magisterio: Filosofía Moral, y Ciencias Políticas, cosas que le faltan totalmente al presidente electo, nos re-educa a todos los chilenos.

    Felicito al abogado Andrés Cruz Carrasco, por haber tenido la valentía de presentarnos un material tan importante en La Ventana Ciudadana, que verdaderamente ha tocado exactamente donde él se lo propuso. Y es de esperar que esto sea una gran lección para la ciudadanía chilena, y así no vuelva a caer en la misma trampa del populismo en una nueva elección presidencial.

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