EDITORIAL. Los peligros de la democracia en el mundo

Un gran número de países en el mundo goza de regímenes esencialmente , todos los cuales lamentablemente están experimentando las amenazas internas y externas que ponen en duda su estabilidad. Al tiempo que estas democracias esperan, a lo menos la solidaridad de sus pares, ven con preocupación que muchos actores importantes flaquean en sus convicciones actuando conforme a sus intereses sin reconocer los costos que ello significa para la causa moral y política de los derechos humanos.

Los Estados Unidos, autoproclamados como los campeones de la libertad a nivel planetario, sufren hoy las vicisitudes propias de la gestión de un  mandatario, impulsivo, demagógico, .populista, y pragmático  como Donald Trump.

Es difícil que la historia olvide el inusitado asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 que dejó decenas de víctimas, putsch alentado porl el propio Trump como lo ratificara su generoso indulto a 1600 culpables de los hechos. Al Gore habría tenido en su momento más razones para protestar tras el cuetionable escrutinio de Florida que lo privó del triunfo ante Bush.

Pero, el conato golpista ya es cosa el pasado,  aunque sea una mancha imborrable en la historia poítica los EEUU.

Los defensores de la democracia ven con sobresalto la extraña relación del nuevo  gobierno estadounidense con las dictaduras de Vladiir Putin y de Kim Jong – Un, a lo que se suma la insólita  visita de Richard Grenel como enviado especial a Venezuela para negociar con Nicolás Maduro, no    para manifestar su apoyo a las fuerza democráticas del país sino para negociar precios del petróleo y volúmenes a adquirir, echando por tierra las ilusiones democráticas y dando a entender que no habrá presiones de ningún tipo para   incomodar a las dictaduras de Cuba y Nicaragua, borrando así años de tradición política.

Por otra parte, es sorprendente que el vicepresidente Vance, luego de una breve visita a la Unión Europea haya formulado declaraciones claramente intrusivas sobre las elecciones parlamentarias de la República Alemana, manifestando su simpatía por las candidaturas de la extrema derecha y obteniendo el férreo rechazo del líder de la Democracia Cristiana germana, quien finalmente triunfó al tiempo que los extremistas auspiciados por Vance veían. diluirse sus expectativas.

En síntesis, aunque no lo digan, el gran paía del Norte ha djado de ser un aliado confiable en materia de democracia y derechos humanos para la Unión Europea. Los valores han pasado  a segundo plano menospreciando una construcción humanista e más e ¾ de siglo. Las débiles demoracias latinoamericanas ya saben a qué atenerse para lo futuro. Las aventuras populistas de extrema derecha contarán con el aliento generoso del Imperio peligro que deben conocer y sopesar los movimientos progresistas de centro-izquierda.