EDITORIAL

Patricio Aylwin Azócar (1918 – 2016)

El martes 19 de abril,  falleció el ex Presidente de la República, Patricio Aylwin Azócar, persona que ocupó un lugar preeminente en la historia política de Chile.

Más de medio siglo de la vida de la Patria estuvo marcado por su presencia y por el papel trascendente que jugó en momentos graves y conflictivos.

Hombre íntegro y sencillo, de sólidas convicciones doctrinarias y morales, supo asumir las responsabilidades partidarias y públicas a las que fue llamado en diversas oportunidades.

Su muerte, como la de cualquier ser humano, fue la ocasión propicia para juzgar los hechos que marcaron su existencia.

Quienes en un momento dado lo juzgaron con severidad, ahora se unieron para reconocerle sus méritos.

El juicio de la Historia, sin embargo, le reconocerá el hecho de haber sabido conducir con equilibrada prudencia el proceso de recuperación de la democracia y el haber sabido restablecer el debate político respetuoso entre sectores que hasta entonces eran enconados adversarios.

Su obra sustantiva como gobernante, estará marcada por su voluntad de construir “una Patria buena y justa para todos”.

Y si una lección de su vida  prevalecerá en el tiempo, es aquélla que nos enseñará a apreciar el deber de respetar los derechos humanos como la tarea en permanente construcción de una sociedad en que predomine la amistad cívica por sobre las odiosidades vociferantes y la búsqueda irrestricta del bien común por sobre la defensa egoísta de intereses individuales.