El día en que se acabó la comida [*]

Nada en esta historia se refiere al mundo real. A menos que quiera pensar que sí.

Como ciudadano occidental, tal vez nunca pensó que los alimentos podrían escasear. La ciencia moderna encontró nuevas formas de producir alimentos abundantes y ahora las hambrunas son cosa del pasado; como aquellos campesinos medievales que rascaban el suelo con arados de madera, o de agricultores exterminados por los comunistas en la Unión Soviética, o de fanáticos religiosos que rezaban por la lluvia. Cosas que le ocurren a esa masa de gente de piel oscura que usa caftanes y turbantes, gente que odia nuestra libertad y se niega a aceptar las reglas de la democracia liberal. Para usted, en cambio, la preocupación es que tiene demasiada comida y …sobrepeso. Su esposa tiene el mismo problema. Ambos tienen que hacer dieta, aunque no importa lo que hagan, parece que siguen ganando peso. Pero ese es el precio de la prosperidad. 

Sin embargo, no todo está bien, en verdad. Ya se dio cuenta de que algo andaba mal cuando el flagelo del COVID arrasó el país. Afortunadamente, la ciencia encontró una solución con vacunas avanzadas y ahora la peste es cosa del pasado.

Pero algo siniestro está sucediendo de nuevo. Como occidental de clase media, la comida nunca representó una gran fracción de su presupuesto, y el aumento de los precios sólo hizo una pequeña mella en sus ingresos disponibles. El problema es que los precios de los alimentos siguen aumentando. También nota que la calidad de los restaurantes de comida rápida está empeorando. La hamburguesa es cada vez más pequeña. Huele mal y se necesita de muchas salsas raras para comerla. Intenta discutir eso en las redes sociales, pero los verificadores le dicen que está difundiendo noticias falsas y su publicación es eliminada.

Entonces se produce el cambio. La escasez de alimentos se convierte de repente en el centro de las noticias. Palabras como “hambruna”, “desnutrición” e “inanición” ya no son tabú. El presidente aparece en la TV y anuncia que se necesitan medidas drásticas para luchar contra la nueva amenaza al bienestar de los occidentales. La causa es, principalmente, esos “Verdes” que querían destruir la agricultura para dejar espacio a la naturaleza que les gusta más que a los seres humanos. Intentaron matarnos de hambre para ganar poder, como se sabe que hicieron los comunistas en el pasado. Ahora están recibiendo su justa recompensa. Sus líderes están en la cárcel, incluida esa extraña chica sueca que resultó ser enemiga de la humanidad.

El presidente también dice que el gobierno está revocando las regulaciones mal concebidas que impedían la tala de árboles. Necesitamos más espacio para la agricultura y el arrasar con los bosques también resolverá el problema de los incendios forestales. Los abrazadores de árboles no impedirán eso. Si se necesitan métodos duros para deshacerse de ellos, se utilizarán. La verdadera solución, sin embargo, vendrá de nuevos alimentos genéticamente modificados en los que nuestros científicos están trabajando arduamente. Desarrollar estos alimentos llevará algún tiempo, pero harán que la hambruna sea cosa del pasado para siempre.

El presidente añade que los malvados extranjeros que desprecian nuestra libertad están dificultando que sigamos recibiendo el suministro de combustibles fósiles que necesitamos. Necesitamos aumentar el gasto militar para luchar contra esos extranjeros allá, de modo que no tengamos que luchar contra ellos aquí.

Mientras el gobierno trabaja en soluciones, los ciudadanos deben hacer su parte. En la TV se repite una y otra vez el concepto de que es necesario “ahorrar calorías”. Debe quedarse en casa, evitar viajes inútiles, minimizar el tiempo de compras y no visitar más a amigos y familiares. Las escuelas cierran; también es una forma de ahorrar calorías. Su oficina le dice que cerrará por un tiempo; nuevamente, es para ahorrar calorías. Seguirá recibiendo su cheque de pago y ni siquiera necesitará trabajar en línea: el trabajo se reiniciará cuando termine la crisis. Está prohibido hacer ejercicio corriendo en la calle y los gimnasios están cerrados por decreto gubernamental. Los aparatos de gimnasia en casa también deben desecharse y la policía puede confiscarlos tras una inspección. “No te mueras de hambre, abuelita” es el eslogan favorito en la televisión y en Internet.

Los cupones de alimentos alguna vez fueron solo para los pobres, pero ahora todos los tienen en formato de “Certificado de Alimentos” electrónico, una aplicación que se ejecuta en su teléfono móvil. Le proporciona una ración limitada de pan, verduras, frutas y un poco de carne para un total de 2.000 calorías por día por persona. Todavía puede comprar alimentos más allá de su asignación, pero los precios se están disparando rápidamente. Los supermercados ahora almacenan la comida “extra” en estantes parcialmente cubiertos, tan altos que son difíciles de alcanzar, tal como se hacía antes con las revistas porno.

Los restaurantes de comida rápida están en su mayoría cerrados y los que aún están abiertos solo sirven hamburguesas vegetales. Huelen incluso peor que las hamburguesas de carne que servían antes. Cuando se encuentra al otro lado del cerco, sus vecinos le dicen que los restaurantes elegantes todavía están abiertos para los ricos, pero no tienen publicidad ni son visibles desde la calle. Hay que tocar un timbre para entrar y mostrar una identificación especial que sólo tienen unas pocas personas. Si intenta mencionar eso en las redes sociales, su publicación se bloquea y le avisan que está difundiendo noticias falsas.

En la esquina trasera, cerca de los supermercados, aparecen figuras sombrías. Venden chuletones y pastrami a precios altísimos. El gobierno reacciona imponiendo duras sanciones contra el mercado negro. Finalmente, se toma una decisión drástica: se abolió el efectivo y se permitirán sólo las transacciones bancarias únicamente utilizando el Certificado de Alimentos, que ahora se llama simplemente «el Certificado».

El gobierno da 48 horas para que las personas conviertan el efectivo que guardan en casa en un formato electrónico permitido en bancos. Se ven largas colas frente a los bancos, con personas tratando desesperadamente de ahorrar su dinero. Dicen que algunos de ellos, especialmente los ancianos, colapsaron por el cansancio y el estrés. Pasas varias horas haciendo cola para uno de esos cajeros que fueron modificados para aceptar efectivo. Cuando está allí, ve cómo sus billetes desaparecen en su interior. Sabe que su dinero se sumará al saldo de su cuenta corriente, pero de alguna manera tiene la sensación de que nunca podrá gastar ese dinero. Si intenta discutir el asunto en las rr. ss., le dirán que su publicación va en contra de los estándares de la comunidad.

A continuación, el gobierno tomará medidas enérgicas contra el acaparamiento de alimentos. Aquellos que se quedan con más de lo que reciben son esos horribles “preparadores”, enemigos del bienestar de los ciudadanos. La policía ahora puede entrar a su casa en cualquier momento para verificar lo que guarda en su cocina y refrigerador. Puede ser castigado por ser un “preparador” con sanciones severas, incluida la desactivación de su certificado por el tiempo que ellos decidan. Durante ese período, no puede comprar nada en ningún lado y depende completamente de la benevolencia de sus amigos y familiares para su comida. Pero tienen que tener cuidado porque, si le ayudan, también podrían ser acusados ​​de ser “preparadores”. Su vecino le cuenta que un conocido le regaló joyas a su familia a cambio de un sándwich. Si informa eso en las redes sociales, los verificadores de datos lo borran inmediatamente.

Cree que podría tener un huerto en su patio trasero. En la televisión dicen que está permitido, pero tiene que declarar lo que está cultivando en forma especial y podrá quedarse sólo con una fracción de lo que cultiva. El incumplimiento conlleva duras sanciones. Su vecino le cuenta que la policía irrumpió en el patio trasero de una persona y descubrió un huerto no declarado. Se llevaron a los dueños y no regresaron. Sabe ya que no sería buena idea mencionar eso en las redes sociales.

Aparte de tener que declararlo, la idea de tener un huerto en el patio trasero no parece funcionar tan bien. ¿Dónde encuentra las semillas para empezar? ¿Cómo se hace exactamente? Intenta esparcir semillas de tomate en el suelo varias veces, pero no crece nada. Quizás la tierra no sea buena, quizás las semillas no sean buenas, quizás sea otra cosa. Además, hay que ahorrar agua. Está disponible en cantidades limitadas y está estrictamente prohibido regar el jardín.

Los tiempos son especialmente duros para los ancianos, a pesar del lema “No te mueras de hambre, abuelita”. Su vecino al otro lado del cerco le cuenta que escuchó que una pareja de ancianos murió de hambre, ambos juntos en su cama, y ​​que sólo fueron descubiertos cuando el hedor de sus cuerpos se hizo perceptible. Ni siquiera intente mencionar eso en las redes sociales.

El gobierno anuncia que los parques nacionales se están convirtiendo en campos agrícolas; pronto empezarán a producir alimentos. La guerra en el extranjero está en pleno apogeo y seguramente se ganará. El trabajo sobre alimentos genéticamente modificados está en marcha y los resultados son prometedores.

Va al centro comercial más cercano una vez por semana. Hay que ahorrar gasolina; la mayoría de las gasolineras han cerrado y sólo puede comprar una escasa asignación mensual con su certificado. Se nota que prácticamente todas las tiendas de los centros comerciales han cerrado, excepto los supermercados, que ahora actúan sólo como centros de distribución de alimentos para los titulares de certificados. Las cafeterías todavía están abiertas y sirven un líquido de color marrón que sabe a café pero que ya no con el “toque” que solía dar. Pero la taza de café viene con dos paquetes de azúcar, una fuente de calorías muy necesaria. Afuera de la tienda se ven a menudo mujeres jóvenes de pie. Cuando pases por delante de ellas, le harán una señal con la mano para indicarle cuántos paquetes de azúcar quieren. Pero no puede desperdiciar su azúcar en eso.

La calidad y cantidad de alimentos que su certificado puede proporcionar parece disminuir cada día. Todavía se supone que son 2.000 calorías por persona, pero ¿es cierto? Está tentado a hacer esta pregunta en las redes sociales, pero sabe que no sería una buena idea. Los niños se quejan y, cuando no lo hacen, se quedan recostados en el sofá del salón, viendo dibujos animados en la televisión. Su esposa ya no parece estar interesada en nada. Ella simplemente se sienta frente al televisor en la cocina.

Más de una vez ve desde su ventana columnas blindadas de tanques y camiones pasando por la calle. Adónde van, no se puede decir. A veces se oyen disparos no muy lejos y columnas de humo que se elevan. Entiende que no sería buena idea que investigara en persona, ni que lo mencionara en las redes sociales.

El presidente aparece en televisión diciendo que las personas que difundan noticias falsas sobre disturbios en las principales ciudades del país serán castigadas como se merecen. Cualquier forma de disturbio será rápidamente sofocada por el ejército, si es que alguna vez ocurre. El presidente también dice que aquellas personas que acaparan alimentos o gasolina son enemigos del pueblo estadounidense y que su comportamiento no será tolerado más. En las noticias de la televisión se ven redadas policiales en las que se sacan a personas esposadas de sus casas.

Algo parece estar pasando con la gasolina: su coche no es tan viejo, pero se mueve como si fuera una vieja locomotora de vapor, resoplando dolorosamente. Debería hacerle una puesta a punto, pero todos los talleres de reparación cercanos están cerrados. Al final, el pobre deja de funcionar por completo. Obtiene un carrito de supermercado a cambio de cinco paquetes de azúcar de las mismas personas que atienden a las chicas frente a las cafeterías. De ahora en adelante, tendrá que empujarlo hasta el centro comercial y regresar. Las reglas sobre el ahorro de calorías todavía están vigentes, pero la policía no arrestará a las personas que caminan empujando carritos de supermercado para recibir su asignación de alimentos. Simplemente inspeccionarán sus bolsas para ver si contienen únicamente alimentos permitidos.

En casa pasa mucho tiempo recostado en el sofá viendo la televisión. Puede enviar a los niños arriba a ver televisión en su habitación mientras usted mira su televisor de pantalla ancha en paz. A veces su esposa se sienta junto a Ud. Ha perdido mucho peso, al igual que Ud. Había trabajado muy duro para perder peso antes y ahora lo logró. Pero no se ve mejor. Está pálida y parece mayor de lo que es. Su piel está flácida y con arrugas. Quizás Ud. se vea igual.

Entonces, un día, en la gran pantalla del televisor, aparece el presidente y anuncia que los alimentos transgénicos están listos. La noticia está en todos los canales de televisión. Las imágenes muestran camiones cargando cajas y cajas de los nuevos alimentos, y el aviso más emocionante es que se distribuirán de forma gratuita. No es necesario su certificado, simplemente preséntese en los centros de distribución y tendrá alimentos transgénicos gratis. Son alimentos buenos, son nutritivos, lo que se necesita para volver a la normalidad.

En casa, la familia por fin puede comer. La caja contiene alimentos transgénicos en forma de barras sólidas; tal vez prefiera el tipo de alimento antiguo, pero esto es lo que hay. Las barras tienen diferentes etiquetas: algunas dicen “pollo”, otras “carne” y otras dicen “maíz” o “trigo”. Parecen saber todos iguales: ligeramente dulces, con un gusto raro. Vienen con una salsa que recuerda vagamente a la antigua salsa barbacoa, y que además tiene un gusto un poco extraño. También hay latas etiquetadas como “Cola transgénica”. Algo muy dulce, de nuevo con ese gusto extraño. Pero mejor que el agua del grifo que recientemente no olía tan bien.

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Los niños están felices. No habían estado haciendo nada más que mirar televisión,

habían adelgazado y se veían algo demacrados. Ahora están más activos e incluso vuelven a jugar en el jardín. Dicen en la TV que pronto se reabrirán las escuelas. Su esposa también parece haber recuperado el ánimo. Lleva un bonito vestido y se maquilló. Ud. también se siente mejor, con más energía.

Pasan los días. Se siente saciado pero un poco extraño. La energía que creía haber recuperado parece haberse esfumado. Su casa se ha vuelto inquietantemente silenciosa. Los niños se quedan en su habitación y su esposa en la cocina, todos miran TV. Usted también lleva días sin hacer otra cosa que mirarla. ¿Qué está sucediendo?

Decide dar un paseo. Las restricciones se han aliviado ahora que ya no existe una necesidad tan estricta de ahorrar calorías. Sale a la calle; no hay nadie alrededor. Un vehículo blindado con las ventanas oscurecidas pasa raudo a su lado.

Sigue caminando. En la acera, medio escondido detrás de un arbusto, se ve un cuerpo tendido. Lo reconoce, es su vecino. Tiene la boca abierta, los ojos vítreos, mirando a la nada. El cuerpo huele a algo que no puedes identificar exactamente. Algo que se parece un poco … un poco como …

Se da la vuelta. Quiere caminar rápido, pero cada paso requiere un esfuerzo tremendo. Poco a poco consigue volver a casa, jadeando. Entra y el silencio es total; ¿dónde están los niños? ¿Dónde está su esposa? No lo sabe y no le importa. Pasa frente al espejo del salón. No había notado que su piel había tomado ese extraño tono grisáceo.

Sigue avanzando a trompicones hasta caer pesadamente sobre el sofá. La TV está apagada. ¡No! … está encendida. Presiona los botones del control remoto, pero no aparece nada en la pantalla. Todos los canales muestran solo ruido y el audio es solo un silbido. ¿Qué está sucediendo? Se recuesta en el sofá, mirando al techo. Su visión es borrosa; un gris invade su campo de visión. Gris, todo es gris. Más y más oscuro. Todo se vuelve negro.

UB

16/09/2024

Fuente: 16.09.2024, desde el substack .com de Ugo Bardi “The Seneca Effect” (“El Efecto Séneca”), autorizado por el autor.