España: Pactos para satisfacer apetitos sin ética

Estamos diciendo desde hace semanas a través de esta “Ventana”, que la política española ha entrado en un terreno nuevo, inexplorado por los líderes de este país y que provoca el “desnudamiento” de alguno de ellos. Aquí se acabó el sistema de gobierno monocolor, el de las mayorías absolutas. Y ya no son dos las fuerzas predominantes -Partido Popular (PP derecha) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE izquierda)- que se iban alternando el poder cada cuatro años.

La gente, los ciudadanos comunes y corrientes, han decidido no seguir soportando esto, que daba pie -según muchos- a que la corrupción irrumpiera en el mundo de la política y la ensuciara hasta la extenuación. Entonces, con el poder de las urnas, se dividió el voto, sumando a dos nuevas fuerzas políticas -Ciudadanos (CS centro derecha) y Podemos (izquierda/izquierda)-, que obligan a los dirigentes a entenderse entre sí, mediante acuerdos, pactos, diálogos, consensos…Una práctica nueva para muchos y que deja en evidencia las verdaderas intenciones de otros tantos.

En las últimas elecciones, el PSOE fue el partido que recibió mayor cantidad de votos. No sólo en las elecciones generales, sino también en las municipales, autonómicas (regionales) y en las europeas. Pero, para gobernar, debe alcanzar las mayorías absolutas sumando las fuerzas de otro u otros partidos. Su aliado natural, Podemos, no alcanzó a aportar los votos suficientes.

Por el otro lado, el PP sufrió un descalabro electoral importante. Pero su aliado natural, CS, tampoco logró una cantidad significativa como para alcanzar entre ambos un pacto de gobierno.

El PSOE debe buscar, entonces, apoyos en pequeñas fuerzas políticas de carácter regional para conseguir la presidencia de Gobierno. Parece ser que lo está consiguiendo y Pedro Sánchez podrá ser investido Presidente del Gobierno para la nueva legislatura de cuatro años. Si no lo es en primera votación, lo será en segunda o tercera que, según las leyes, van exigiendo menos mayorías hasta conseguir una estabilidad gubernamental.

Pero, dónde los problemas se han agudizado, ha sido en la conformación de mayorías para los gobiernos municipales y regionales. Y aquí comenzó el “striptease” de algún líder político. Principalmente, en la derecha. Y me explico. Ciudadanos quiere desbancar al PP como el conductor del bloque de la derecha española y, ambiciona, gestionar el mayor poder posible. El PP quiere conservar tal primacía, para lo cual se alía con el partido de la ultraderecha franquista, VOX, que ha conseguido una pequeña representación en todos los estamentos en votación, suficiente como sumarle mayoría a la derecha -a cambio de algunos puestos claves- en algunas ciudades importantes, como es el caso de Madrid.  Entonces, Ciudadanos pacta con el PP, el que a su vez pacta con Vox. El líder de CS, Albert Rivera, que ha pregonado en muchas ocasiones su vocación liberal y anti ultraderechista, ha buscado mediocres argumentos para justificar el apoyo que recibe de la ultra derecha. “Nada para Pedro Sánchez”, dicen en Ciudadanos, tratando de confundir a los ciudadanos con argumentos personalistas poco políticos.

Desde el parlamento europeo le han notificado con decisión. Emmanuel Macron, Presidente de Francia y líder del partido La República en Marcha (LREM), ha advertido a Albert Rivera que en su grupo europeo Renew Europe, donde deben participar juntos con el CS español, no caben operaciones conjuntas con la ultraderecha. Y la secretaria de Estado de Asuntos Europeos del país galo, Amelie de Montchalin fue contundente: “Pactar con la extrema derecha no es una opción”.   

Rivera y Ciudadanos han pactado con PP y Vox para formar gobierno regional en Andalucía y lo mismo está sucediendo ahora en Madrid, donde han ganado la Alcaldía de la capital española y pretenden hacerlo en el gobierno regional madrileño. Idéntica fórmula la están utilizando en varios gobiernos municipales.

Un error muy importante de Ciudadanos, porque con sus apetitos personales le están dando oxígeno a la ultraderecha y están perdiendo en la disputa del liderazgo de la derecha frente al PP.

¿Les suena todo esto en la política contingente chilena? Está surgiendo un líder de ultraderecha pinochetista y está creando un partido político. Y según los observadores, va a captar algunos votos. Poquitos, pero suficientes como para que sean requeridos para desbancar al centro izquierda de gobiernos municipales, regionales e incluso para obtener la Presidencia de la República.  

Si no lo creen así, denle tiempo al tiempo.