«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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HACIA UN NUEVO FUTURO

Miguel Ángel San Martín

Periodista. Especial para La Ventana Ciudadana, desde Madrid, España.

Especial para La ventana ciudadana, desde Madrid, España

Me conmueve el hecho de que tengamos en Chile a mucha gente comiendo en ollas comunes. Me entristece tanta pobreza.

Los datos que me llegan desde mi Chillán original, son dramáticos. Más de dos mil personas acuden cada día a los lugares donde se realizan ollas comunes, con el fin de comer algo que les mantenga con vida.

Y esas ollas comunes son organizadas y mantenidas, en gran medida, por vecinos solidarios, por entidades de bien público y por reparticiones de la administración pública.  Es conmovedor cómo la fuerza de la solidaridad humana permite sacar adelante una acción tan importante, tan urgente, tan necesaria.

¿Y por qué hemos llegado a esta situación?  Es incomprensible que Chile, hace muy pocos años, era mostrado como un ejemplo de avance, progreso y desarrollo. ¿En qué se basaban esos informes que nos hacían aparecer como los campeones de Sudamérica?

Está claro que las cifras macroeconómicas, manejadas bajo un sistema neoliberal, conseguían tapar la lacerante realidad. Cifras que permitían decir que Chile era ejemplo de prosperidad. Palabras dichas por otros que manejaban el sistema desde fuera de nuestras fronteras, cautelando sus intereses dominadores.

Sin embargo, el sol no se puede tapar con un dedo. La realidad salió a flote impulsada por el drama que significa para las grandes mayorías nacionales, aquel sistema que pretende perpetuarse.  Las injusticias, los abusos, las inequidades, la insensibilidad de los gobernantes y la corrupción existente en las altas esferas de la política y de los empresarios, fueron –y siguen siéndolo- el detonante para que aquellas mayorías griten ¡basta!.

Muchos le han llamado  “estallido social”. Otros lo han calificado como una “revuelta”, tratando de minimizar las razones del descontento masivo. Lo cierto es que se trata de un movimiento social que se alzó de pronto, decidido a exigir los cambios profundos del sistema que nos rige.

La primera consecuencia fue el plebiscito sobre una nueva Constitución. La respuesta en las urnas, absolutamente mayoritaria, fue contundente y sin fisuras para conformar una Convención Constituyente, cuyos integrantes deben ser elegidos por todos los ciudadanos. Y, además, que dicha Convención sea paritaria entre hombres y mujeres, lo cual es un hecho sin precedentes, admirado por las democracias de todo el mundo.

Pero eso no es todo. En un año cargado de elecciones, no me cabe duda de que el panorama va a ser parecido, porque los ciudadanos están muy claros en la necesidad de cambios. Y que el proceso democrático de las elecciones, será la gran puerta para que avancen las ideas de una transformación profunda del sistema de convivencia  en nuestro país.

En las cuatro primeras elecciones, a efectuarse en mayo, se presentan más de 18 mil candidatos, cifra también sin precedentes en nuestra historia. Muchos de ellos son jóvenes, en gran medida independientes y muchas son  mujeres.

Esto nos permite concluir que la juventud está comprometida con el proceso de cambios, que no se fían de los partidos políticos y que confían en la democracia como sistema de convivencia social en paz.

Es buena señal de que la juventud capta el mensaje de las grandes mayorías y que está dispuesta a enarbolar las banderas que conduzcan a construir una sociedad más justa, de mayor progreso, más solidaria y más digna. Sobre tales soportes construiremos, entre todos, un Chile nuevo, donde no existan el hambre y la miseria que tanto nos duelen.

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1 Comentario en HACIA UN NUEVO FUTURO

  1. Gran Artículo M. Ángel.
    Usted devela una realidad que se da en cada rincón de nuestro maltratado Chile…

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