Ilusiones o falacias de la educación superior chilena, desnudadas en la defensa de bajar los requisitos de ingreso a pedagogía.

Dr. Hernán Peredo López

Mg. Ed. - Profesor Titular ® Universidad Austral de Chile

Cada vez que me solicitan apoyar o participar en una demanda o solicitud colectiva, el subconsciente se activa automáticamente por aquello de “dime con quién andas y/o “quién se acuesta con niños, siempre amanece …”. En el caso de la carta abierta de rectores y rectoras mostrando su desacuerdo en aumentar los requisitos de admisión en las carreras de pedagogía (1), que ya están bastante cuestionadas, me cuesta entender que no se hayan activado muchos subconscientes frente a una postura que parece más comercial que académica, ya que se privilegia la cantidad más que la calidad del ingreso.

Tampoco se activaron por aquello de “dime con quién andas …” dado que desde un punto de vista académico estricto, buena parte de las instituciones no cumplen con el requisito fundamental –The undertaking of research that leads to new knowledge and original creative endeavour and research training are fundamental to the status of a higher education provider as an ‘Australian University’ (La realización de investigaciones que den lugar a nuevos conocimientos y a una labor creativa original, así como la formación en investigación, son fundamentales para que un centro de enseñanza superior sea considerado una «universidad australiana») (2)- para ser consideradas universidades serias y formales, no sólo en Australia, también en los países extranjeros serios (3). Si me apuran por un ejemplo, la Universidad SEK tiene una acreditación por tres años (agosto, 2021 – agosto, 2024) otorgada ilegalmente (Ley 20.903 de 2016) por el Consejo Nacional de Educación (CNED) que es un ente político no especializado en acreditaciones, ante un requerimiento de la Universidad por el rechazo de su acreditación por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), que es el único ente técnico nacional legalmente responsable de las acreditaciones en la educación superior chilena. A mayor abundamiento la acreditación revocatoria e ilegal del CNED es en Gestión Institucional y Docencia de Pregrado, que claramente no corresponde a una universidad en serio a nivel internacional, el desparpajo máximo es que, por esta acción ilegal, se convierte en una universidad AUTÓNOMA, y esto no creo que suceda en los países OCDE. Inentendible es, además, que esta universidad opine sobre el acceso a Pedagogía, si su máxima oferta formativa en este ámbito es Técnico de Nivel Superior en Educación Parvularia y Primer Sub-Ciclo de Educación Básica que implica sólo 4 semestres lectivos (práctica incluida).

La tercera no activación de los subconscientes que me preocupa, se relaciona con los detentore(a)s de los cargos de Rectora y Rector entre los adherentes a la carta pública, pues no todo(a)s tienen el mismo proceso de elección y requisitos académicos para optar al cargo, que en el contexto internacional de las universidades más tradicionales, tienen como condición básica para optar a la elección, el ser miembro del claustro de profesores titulares, como en el ejemplo de la Universidad de Salamanca (4) y la gran mayoría de las universidades europeas, muy parecido además al de varias universidades tradicionales latinoamericanas y nacionales.

La disminución de requisitos de ingreso a las pedagogías forma parte del clásico contrasentido nacional de nivelar hacia abajo y luego presumir de ser los líderes de Latinoamérica, que no es comparable con las estrictas exigencias de ingreso en Finlandia (5), en donde además el ejercicio de la profesión es muy bien considerado profesional, social y monetariamente hablando.

Otro aspecto importante en este paralelo con uno de los tres mejores sistemas educacionales del mundo es la cantidad de programas que forman profesores en ambos países, en Finlandia no pasan de 15 las universidades que forman profesores de muy buena calidad y en Chile la cifra es, no sólo abismante por la cantidad, sino alarmante por su calidad cuestionable, que en muchos casos es dudosa, ¡¡509 carreras, aunque Ud. no lo crea!! (6). En cuanto a la calidad certificada de ellas, sólo un 64% (319) se encuentra acreditada y luego aparece rampante la ‘pachotada’ nacional, pues 19% (96) no están acreditadas y 17% (87) simplemente no se han sometido a acreditación, a pesar de ser ésta obligatoria para las pedagogías desde el año 2016. Hasta el momento no ha pasado nada con la obligatoriedad de la ley, como en gran parte de los ámbitos nacionales. Personalmente, además, tengo la certeza de que no existe en el país la cantidad acreditada en serio de profesores formadores para responder con la calidad requerida a la demanda de las 509 carreras de Pedagogía, lo cual es respaldado por la CNA, aun cuando lo hace en forma anodina, pues tergiversa la falta de profesores calificados y dedicados exclusivamente a la Pedagogía, no discriminando por tipo de institución. Las universidades chilenas en serio, sí tienen plantas de jornada completa que además de enseñar investigan y publican, lo que no hacen las que presumen de ser universidades.

Otro aspecto importante por el cual me parece inoportuna la actuación pública de lo(a)s rectore(a)s es la calidad objetable y variable en la formación de los profesores nacionales: en una muestra puntual de profesores de enseñanza primaria en la zona central del país con más de 10 años de experiencia, se detecta que tienen problemas para interpretar y explicar gráficos sencillos (7). La Evaluación Nacional Diagnóstica 2021 del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) muestra que considerando la Prueba de Conocimientos Pedagógicos Generales (PCPG) y Prueba de Conocimientos Disciplinarios y Didácticos (PCDD) en conjunto, en Biología el 50,0% de las instituciones se concentra en el cuadrante bajo los promedios nacionales en ambas pruebas, en Lenguaje y Comunicación un 77,4% de las instituciones se distribuye tanto bajo como sobre los promedios nacionales en ambas pruebas, en Historia, Geografía y Ciencias Sociales el 60,0% de las instituciones se concentra en el cuadrante bajo los promedios nacionales en ambas pruebas, en Matemáticas el 53,1% de las instituciones se concentra en el cuadrante bajo los promedios nacionales en ambas pruebas y Química hace la excepción, pues el 53,3% de las instituciones se concentra en el cuadrante sobre los promedios nacionales en ambas pruebas. Acá tampoco se hace este análisis separando las universidades en serio de las que pretenden serlo, lo que distorsiona significativamente los resultados (8).

Si se quiere mejorar en serio la calidad de la educación nacional, se debe dejar de lado la anomia reinante en el país en este ámbito social y tomar algunas decisiones drásticas, pero necesarias y urgentes, la primera de ellas bloquear clara y definitivamente la atribución ilegal y contraproducente del CNED al reponer las acreditaciones rechazadas por la CNA, única institución legalmente autorizada para acreditación. Lo segundo es el cierre temporal inmediato y en serio, sin opción de matrícula encubierta, de las 183 carreras no acreditadas o que están descaradamente fuera del sistema, a lo cual agregaría las 2 carreras acreditadas por 2 años, que desde mi punto de vista es no estar acreditada, las cifras están basadas en el último informe de la CNA al respecto (2018) y pueden haber variado, pero el criterio se mantiene. En estas instituciones debería bloquearse en forma inmediata, efectiva y conocida públicamente la opción de aportes del Estado para alumnos.

Por último, si queremos pedagogías de mejor calidad en nuestras universidades creo que su acreditación mínima aceptable a partir de ahora debiera ser de cuatro 4 años, que es donde finaliza la forma legal de su formación mínima, la Licenciatura.

Bibliografía