No puedo callar

Gladys Semillán Villanueva

Embajadora por la Paz de las Naciones Unidas por la Letras UNILETRAS. Ave viajera de Semillas para la Juventud Primer Premio Internacional de Dibujo, otorgado por U.F.P. Argentina.

¡NO!

Yo mujer no puedo estar en silencio ante esta demencia ejercida por alguien que se cree dueño de vidas y bienes.

Que puede hacer lo que su locura, ambición y desatino lo impulsan a arremeter contra gente inocente que vivía en paz, en sus cosas cotidianas.

Con el solo deseo de desarrollar sus expectativas, vocaciones, posibilidades futuras para su bien y la sociedad en la que se desempeñaban.

Debo hablar así en pasado pues miles de almas han visto truncadas sus ilusiones y también sus vidas.

Borracho de poder ¿qué supones es una vida?

¿Desde qué lugar de tu infierno evalúas a un ser pensante amante de la libertad, los sueños, las ansias de vida de creación, de proyección?

¿Acaso desde tu propia existencia?

¿Qué fue de ti todo este tiempo?

Lo sé… una máquina… un robot… un adiestrado en el arte de la maldad, persecución, espionaje, es vox populi no digo nada que no sea cierto, el mundo lo sabe y cómo estoy en el mundo también lo sé.

Mentiste a sabiendas y una mañana atacaste con saña feroz pero no has podido aún entrar a la ciudad que te desvela, — aún no.

Los valientes la defienden de tus hordas, otras máquinas, otros robots llamados muy mal hombres soldados que cometen las más graves atrocidades con mujeres y niños.

Tu atropello se pagará, tus órdenes tendrán respuestas sobre ti mismo, no escaparás, la vida te está cerrando el círculo, ya lo vas sintiendo.

¿La guerra, de qué sirve?

¿Podrás volver a levantar lo que destruiste y mataste?

Imposible, dejaste tierra arrasada, escombros, sangre, negrura, fuiste dejando pedazos de tu conciencia en cada casa vencida en cada niño muerto en cada grito de mujer violada en cada boca que mira hacia el cielo clamando piedad en la hora de su fin.

Te atreviste a ordenar detener trenes humanitarios, a bombardear hospitales materno infantiles, escuelas, iglesias sabiendo que eran refugios

de inocentes.

Todo lo que podías desde tu cómodo gabinete, … total… era muy fácil.

¡Hagamos la guerra… ¡Vayan!,… más de uno sin desear combatir y hasta ignorando porque debía matar o ser muerto.

Porque tú también perdiste muchos soldados.

Así es el juego de miserable.

A esto tan terrible quien debía cuidar a su rebaño se quedó impasible mirando hacia otro lado ¿acaso cómplice de tal desatino?

Te acuso, te condeno en nombre de tantos sufrientes y muertos que has sembrado en tierra de inocentes cuyo único pecado era querer vivir

con libertad y se vieron obligados a emigrar para salvarse de tu ignominia

cayendo en el drama de peregrinar para buscar en otras tierras un lugar

seguro y salvar sobre todo a los hijos…parias de un exterminio.

¿Acaso sea eso también lo buscado?