REFLEXIONES

Sin querer aburrirlos con palabras melosas, nos hemos permitido plasmar algunas ideas, en forma de versos, sin grandes pretensiones de poetisa, que representan nuestro sentir frente a fuertes emociones vividas en los últimos tiempos. Son sentimientos que han hecho sangrar nuestro ser, y aún no tenemos curaciones para esas heridas. Agradecemos su lectura de antemano, ya que consideramos que los lectores son un incondicional apoyo para nuestra recuperación del alma.

          BRILLO EN TUS OJOS Y LUZ EN LOS MIOS

Está ahí

Ese brillo que da vida a tus ojos.

No se esconde

Tras los velos que enturbian tu mirada.

Es verdad

Que no puedes evitarlo.

Pero trata,

Trata porque debes doblegar

Las manos

De las parcas que te acosan.

Aún no,

No es tiempo que te lleven.

No puedes

Ni debes dejarme sola en esta arena,

Sin consuelo, sin pisadas

Para seguir rutas de escollos

Que a ambos nos esperan entre llamas.

Porque luego esparciremos las cenizas:

Las tuyas, las mías, las de ambos

Entre malezas bajo los castaños.

Adiós, amor, nos diremos

Para irnos tomados de las manos.

                              ATADURAS

Un día cualquiera me viste pasar.

Parece que te gusté porque me buscaste.

Búsqueda que resultó en cadenas

Que me ataron a ti en esta vida de locura.

Esas ataduras ya quieren abrir el nudo que las cierra.

No importa cuánto tiempo duren apretadas.

No seré yo quien las desate

Ni serás tú quien lo desee.

Porque así ha sido el lazo que nos une

Hasta que el Hacedor lo quiera.

Nos ha juntado por días y por meses

Cuando ya se suman años, décadas y más de medio siglo

En un amor que jamás

Tendrá un final sin vida.

                              CONSUELO ALADO 

(para Rafaela, una nieta excepcional de 9 años)

Podrías ser alguien pequeño

Alguien mediano o gigantesco.

Pero eres una personita inquieta,

Flexible y ágil como el viento.

Saltos, bailes y acrobacias

Doblan tu finísima silueta

En dos, en tres y en cuatro pliegues

Y no dejas que el ritmo te amilane

Eres tú quien sigue la corriente

De notas altas, bajas, semitonos

Que mueven tu cintura, hombros, pies y manos

En un vaivén que no termina

Con las notas musicales,

Siguen su propio ritmo cadencioso

Con tus manos y tus pies.

Finalizando en piruetas en el suelo

Que perfilan tu cuerpo en movimiento

Y tu mente sumida en melodías.