«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

Se nos fue el escritor chileno Antonio Skármeta Vraničić

Guilmo Barrio Salazar

Desde Georgia, E.U.A.

Antonio Skármeta Vraničić, afamado escritor chileno, se nos fue a la vida eterna. Falleció a los 84 años de edad siendo muy conocido por el gran público.

En el año 2016 recibió un doctorado ‘honoris causa’ en Filosofía y Letras en la Universidad de Puerto Rico, donde señaló: «Muy joven, tomé la decisión de ser el escritor que soy, requerido por estos dos grandes amores: la gran cultura que amaba con fervor en la universidad, y la calle. Tomé la loca decisión de no decidir, o peor aún, de decidirme a favor de ambas. Esta reforzada bigamia me condujo a ser el escritor que hoy soy».

En 2003 recibió el premio Planeta, por las adaptaciones cinematográficas de sus obras, y en particular por la película «Il Postino», o «El Cartero de Neruda»; y también obtuvo el Premio Nacional de Literatura en el año 2014. Como egresado en Filosofía y académico de la Universidad de Chile, inculcó a sus alumnos el gusto por la lectura y el amor por los libros.

Antonio Skármeta Vraničić nació en la ciudad de Antofagasta en noviembre de 1940. Viajó por muchos países, a raíz del abandono forzado de Chile como consecuencia del golpe militar de 1973 liderado por el dictador Augusto Pinochet Ugarte.

Por sus novelas escritas, como «Ardiente Paciencia» en 1983, y también «El Cartero de Neruda» –que ha sido la más famosa–, ambas llevadas a películas cinematográficas. En su memoria, hoy, por medio de La Ventana Ciudadana, le envío esta carta directa al cartero que se encuentra en el otro mundo:

“Mi recordado maestro Antonio Skármeta Vraničić,

Me dirijo a usted como maestro, porque en realidad lo es en más de un modo.  Sobre todo, por decir cosas muy serias sin fruncir el ceño y provocando sonrisas por su manera ejemplar de iluminar lo cotidiano con palabra e imagen, ritmo y color para revelárnoslo como algo extraordinario. Y no menos importante, el hacernos sentir a sus lectores y espectadores que nosotros también somos capaces de operar esa magia que usted predijo.

El hacer de cada uno de nosotros un cartero, un emisario del gozo de la vida mediante la creación de belleza, de ejercer las artes de la comunicación al servicio de esta humanidad doliente a la cual podemos devolver el usufructo del placer.

Usted no es tan solo el Cartero de Neruda, que ya es bastante, sino de encarnar tantos pasados, presentes, y futuros carteros de la caricia, mensajeros del amor, amanuenses de la justicia, abogados de la paz.

Yo sé que sus cartas continuarán arribando, su palabra alentadora seguirá acompañándonos en esta quijotesca ruta trazada desde siempre para no perdernos, cultivando la incertidumbre, sin desasosiego, con las herramientas del oficio creador. Noble tarea la suya en el magisterio de la esperanza y el aprendizaje del amor sin menoscabo del humor. Su mejor sello postal es el brillo pícaro de su mirada al bajo costo de la lectura de la palabra impresa o sonora.

El legado Skarmetiano nos enseña a escarmentar tanto en la cabeza propia como ajena. Porque en sus múltiples y maravillosas misivas nos ha hecho bailar la victoria y la derrota sin jamás perder la esperanza.

Recordado maestro, le envío esta carta sin aguardar una respuesta, porque ya la tengo y atesoro en mi corazón. 

Reciba un abrazo agradecido de su lector,

Guilmo Barrio Salazar”

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