Chile en la COP 16 de Cali: ¿Verdadero o falso?
| “Debemos rechazar el concepto subdesarrollado del desarrollo que convierte el crecimiento tecno-industrial en la panacea de todo desarrollo antropo-social, y renunciar a la idea mitológica de un progreso que se acrecienta hasta el infinito.” Edgar Morin |
En Cali, Colombia, se está desarrollando –entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre– la décimo sexta Conferencia de las Partes (COP 16) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) de la ONU. En el evento se han reunido más de 190 países para exponer y conversar acerca del estado de la biodiversidad mundial y promover el uso sostenible de los ‘bienes naturales comunes’ [*].
Señala la convocatoria de la Conferencia que se plantean tres objetivos de diálogo, a saber:
- Conservar la biodiversidad
- Usarla sosteniblemente.
- Repartir sus beneficios de manera justa y equitativa.
Todo ello inserto en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, propuesta que busca detener y revertir la pérdida de naturaleza, en un contexto de peligrosa caída que amenaza la supervivencia de ca. 1 millón de especies.
Los programas de conservación de dicho ‘marco’ han establecido una Meta 30/30 o Meta 3, que busca proteger el 30% de los ecosistemas del planeta para 2030.
Analicemos estos guarismos. En primer lugar, como es común en todas las propuestas políticas de corte demagógico como esta, se ve muy poco probable que se pueda cumplir dicha meta porque está que fuera de toda probabilidad de cumplimiento si observamos como está aumentando el tamaño y la frecuencia de desastres provocados por la aceleración del calentamiento de la atmósfera y del mar [1] y que –entre ambos fenómenos– están alterando profundamente el clima y las corrientes marinas en todo el planeta [2].
Observemos los siguientes diagramas estadísticos del balance censal entre la fauna de mamíferos en estado salvaje y la fauna domesticada por los humanos, y la propia porción de humanos en el reparto de la torta (ver figura) [3].
De los diagramas observamos el siguiente reparto en el balance de la biodiversidad:
- Masa total de humanos: 390 millones T.
- Masa total de animales domesticados: 630 millones T.
- Masa total de animales salvajes terrestres: 20 millones T.
- Masa total de fauna salvaje marina: 40 millones T.
TOTAL: 1.080 millones de toneladas (T)
En porcentajes, tenemos:
1. Animales salvajes terrestres: 2%
2. Animales salvajes marinos: 4%
3. Animales domesticados: 58%
4. Humanos: 36%
En resumen, entre humanos y mamíferos domesticados terrestres somos, nada más ni nada menos, que el 94% del total. Y entre los salvajes terrestres y marinos está la diferencia: solo un 6% del total, es decir, prácticamente la nada misma.
La situación de Chile
La ministra de Medio Ambiente de Chile Maisa Rojas asistió a esta COP y manifestó estar muy contenta con el reconocimiento de la ONU y el nombramiento de “Champion” que le otorgaron por sus aportes al medio ambiente. Sin embargo, sus declaraciones al diario Pulso, no se condicen con los porfiados hechos. Para mostrar los avances de nuestro país en materia de biodiversidad entregó cifras de porcentajes absolutamente imposibles de ser comprobadas.
“El legado ambiental que deja el gobierno, la instalación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), permiten una gestión ambiental más efectiva”, señaló la ministra, añadiendo que, “gracias a esta iniciativa, Chile cuenta hoy con el 23% de su territorio terrestre protegido y el 42% de su zona económica exclusiva en el mar, destacando a nivel internacional” (Sic). Luego mencionó algo así como ‘los aportes a la sostenibilidad en el sector privado’ ¿.?
Las declaraciones rimbombantes, las instalaciones de servicios como el SBAP, las leyes relacionadas con temas ambientales, no llevan ‘per se’ a la protección automática de ningún ecosistema en Chile, como intenta hacernos creer la señora ministra. Para ello hay pruebas de que no hay ningún avance en protección ambiental ni en salvaguardas de la biodiversidad, sino todo lo contrario: notables retrocesos.
Vamos viendo:
Las salmoneras siguen metidas en parques nacionales haciendo ‘lo que se les da la gana’ sin que nadie las controle ni las amoneste –autoprotegidas como están por el descarado lobby desde el gobierno y la corrupción inveterada y contumaz–, destruyendo la biodiversidad de la fauna marina autóctona y eutrofizando los fondos marinos con las excretas y restos de pellets que caen desde sus balsas-jaula hacinadas de salmones enfermos y repletos de antibióticos.
Las empresas mineras por su lado, secan humedales, bofedales altoandinos y salares, extrayendo ingentes cantidades de agua para sus procesos y provocando altos niveles de contaminación con sus relaves. También invaden cuencas hídricas y destruyen glaciares, como los catastróficos casos de Pascua Lama y ahora de Minera Los Bronces, en Alto Maipo, además de los intentos de intromisión fraudulenta de la minería de oro en el Parque Nacional Patagonia y Reserva Nacional Lago Jeinimeni [4], en Aisén.
Los humedales urbanos, a pesar de su ley de protección -la Ley 21.202-, con nombramientos oficiales o sin ellos, siguen tan desprotegidos como lo estaban antes de la ley, incluso se podría decir que más desprotegidos aún (otra “ley letra muerta”), v.g.; los proyectos del MOP Puente Industrial y Ruta Pie de Monte, que está ya destruyendo el SN Humedal Los Batros, el primero, y destruiría 20 km de lagunas y humedales del pie de la cordillera de Nahuelbuta, el segundo, si no se lograse detener el proceso de licitación.
No hay para qué seguir, porque este escrito de denuncia de un ciudadano evidentemente molesto y con justa razón, sería interminable, así como también son interminables las protestas y reclamos no atendidos que nacen de las comunidades rurales agredidas por empresas transnacionales de distintas disciplinas -entre ellas las del rubro generación y trasmisión eléctrica dedicadas a la instalación de aerogeneradores, sistemas fotovoltaicos y líneas de alta tensión- y la inacción, complicidad o ‘vista gorda’ de las instituciones del Estado.
Como todas las COP, está es una reunión más de la burocracia de la Organización de las Naciones Unidas, la inefable ONU, que no llevará a ningún avance, mientras todo siga marchando hacia el derrumbe, hacia el colapso ecológico [5], hacia el Acantilado Séneca, bajo el empuje del malhadado Crecimiento.
Chile en la COP 16 de Cali: ¿Verdadero o falso?, que cada lector saque sus propias conclusiones.
“Todo seguirá igual si no cambiamos el modelo. Es el modelo, estúpidos”. (Anónimo)
N. del A.:
[*] “Bienes naturales comunes”, debe ser el concepto que reemplace definitivamente al extractivista concepto en boga “materias primas”. De este modo abandonares la connotación de rapiña que este tiene para destacar y remarcar que los bienes naturales comunes significan que son comunes o comunitarios, y que deben estar a disposición de todos los seres vivientes y no solo de los egoístas humanos.
Fuente de figura:
Referencias:
[1] https://laventanaciudadana.cl/el-calentamiento-de-la-atmosfera-y-del-mar/
[3] https://laventanaciudadana.cl/el-balance-de-la-biodiversidad-y-la-crisis-climatica/
[4] https://www.gochile.cl/es/reserva-nacional-lago-jeinimeni/
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