El pintor y arquitecto Juan Martínez Gutiérrez

Académico e investigador, Facultad de Arquitectura y Urbanismo,
Universidad de Chile.

Don Juan Martínez no es muy conocido como pintor dado que fue su labor como arquitecto la que dejó obras relevantes para el patrimonio chileno. Nació en Bilbao al norte de España el 8 de Febrero de 1901. Desde muy temprana edad se avecindó en Chile dado que su padre y familia se trasladaron a este país por motivos laborales.

Entre 1917 y 1922 estudió arquitectura en la Universidad de Chile, plantel en que más tarde fue profesor agregado en la cátedra de Composición Decorativa. Paralelamente a sus estudios de arquitectura, estudió pintura en Bellas Artes, con el maestro Juan Francisco González. Como técnica prefirió la acuarela en vez del óleo. Su obra pictórica fue más bien desconocida hasta 2013, año en el cual se efectuó en el Instituto Cultural de Las Condes una exposición de las acuarelas, dibujos , bocetos y fotografías que  realizó en sus viajes por Europa.

 Como arquitecto, dejó obras notables y magistrales edificaciones institucionales como el edificio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile el que se inauguró en 1938. La obra, de 9.000 m2 y con capacidad para 1.600 estudiantes, fue realizada en hormigón y con rellenos de albañilería de ladrillos. A él pertenece también el edificio de la Escuela Militar en Las Condes, Santiago , y la edificación de la Facultad de Medicina de la U. de Chile. Se agrega a lo anterior, la edificación  del pabellón de Chile para la Exposición Universal de Sevilla, en 1927. También Juan Martínez realizó el diseño del Templo Votivo de Maipú, ganado por concurso en1943. De 90 metros de altura, el conjunto esta formado por el templo y áreas de ceremonias.

Juan Martínez Gutiérrez ganó varios concursos públicos asociados a sus obras más importantes. Según sus biógrafos (Recordón y Prieto Casanova), su arquitectura se identifica con sus sólidos principios que fueron la verdad, la autenticidad, la corrección, la Hidalguía, el desinterés, la abnegación, la rectitud. Esa fue su escuela sin la cual la arquitectura se malogra.

Además de la docencia y la arquitectura, dedicó horas a la pintura con la cual se identificó siempre. Sus acuarelas fueron premiadas con una de la pocas medallas de oro de la Sociedad Nacional de Bellas Artes. Fue un eximio pintor, pues tenía aptitudes naturales para este arte. Quienes lo vieron pintar afirman que casi no usaba el lápiz, iba sobre el soporte directamente con el pincel. En la Facultad fue maestro de maestros y gran amigo de sus discípulos. Inteligente y culto, académico del taller de composición arquitectónica de la U. de Chile, en la época  en que se enseñaba el funcionalismo de una planta de arquitectura, zonificando y marcando las circulaciones. En más de una ocasión afirmó: “Una buena planta debe dar siempre un buena fachada”.

Sus antecedentes biográficos señalan que los 18 años ingersó a la Escuela de Bellas Artes. Según el historiador y critico de arte Ricardo Bindis Fuller: “ fue común que los arquitectos tuvieran una buena formación artística”. En otra publicación, afirmó: ”los arquitectos quedaron fijados por años con la técnica de la pintura al agua como lo es la acuarela, que precisaban para colorear sus proyectos. Pensamos que el mejor arquitecto-pintor que hayamos conocido fue Juan Martínez”.  El pabellón de Chile para la Exposición de Sevilla le brindó la oportunidad de quedarse en Europa, deambulando por tres años. En dicha estadía, utilizó la acuarela para registrar y hacer perdurar las experiencias vividas en ese entonces. Conoció a diversos artistas y concurrió a las exposiciones del momento. La obra de Wasily Kandinsky lo deslumbró. Los años europeos corresponden a un Martínez pintor con unas 130 o140 obras. Después, como hombre casado, retornará a la arquitectura sin dejar tiempo para el arte pictórico. No firmó sus obras dado que prefería que se mantuvieran en su hogar. Según Ricardo Bindis, pintor y crítico de arte,: “técnicamente fue un pintor de gran producción y oficio en la línea de Raoul Dufy, pero más profundo, sin intentar halagar al público. De mano y trazo seguro, a pesar de poseer mucha academia en el dibujo de desnudo, tuvo el inapreciable don de la espontaneidad, siendo la acuarela un croquis coloreado y, quizás por ser un arquitecto, sus perspectivas son perfectas, en sus aguadas es igualmente notable, en sus paisajes urbanos y personajes, con una simplificación única y un gran don de síntesis”. Sus contemporáneos, como los artistas Carlos Pedraza y Fernando Morales Jordán, apreciaron y valoraron su pintura y quedaron atónitos al saber que había más de cien obras guardadas, varias de las cuales fueron expuestas en el Museo de Arte Contemporáneo de la U. de Chile que presentó una retrospectiva post mortem.

 En su arquitectura también encontramos viviendas unifamliares como por ejemplo la vivienda de Carlos Mori en Almirante Latorre Nº 455,  de 1936; la vivienda de Francisco de Amesti en Carlos Antúnez Nº 2048;  la vivienda  de Manuel Martínez en Algarrobo ,Camino las Tinajas Nº 2865.

En el año1959 fue decano de la Facultad de Arquitectura de.la U. de Chile y  en 1952, presidente del Colegio de Arquitectos. En1969 obtuvo el premio de honor del Colegio de Arquitectos de Chile. El 31 de enero de 1976 falleció en Santiago.

Como cierre de este artículo recordemos una de sus notables frases: En más de alguna ocasión dijo “que se sentía más pintor que arquitecto”.-