MALES DE ALTURA.
(De Anapurnas y Avernos.)
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Los ocho miles
de gloria congelada
son loable meta para otros.
Yo soy pollo de nido bien caliente.
¿Pesada carga a cuestas
– bigote y cojones congelados -,
atrofiar el instinto y las pasiones
hollando alturas impolutas, desvirgar
Anapurnas y su cohorte de avalanchas
para rascar el cielo con los dedos
o hibernar eterno en frío nido…?
No quise, no quiero, ni querría
desafiar mi puta suerte.
*
Me retosté los pies
haciendo ocho miles en reversa
a medida que bajaba a los infiernos;
vi la fea cara a Belcebú
y no presumo por ello.
Para una voluntad apenas acerada
naufragando por su peso
el centro de la tierra es un magneto.
Tras ascenso nada fácil
alcanzada del mar la cota cero
y abandonada la carga en el averno,
reacio de alturas de añiles celestiales
y, como todos, en la cuerda floja
escarbo el camino intransitado
y persisto, zahorí sediento,
las frescas aguas
que harán mi desierto florido,
asoman en cualquier momento.
*
ROCOMAR, febrero 2025
Fuente de imagen:
https://www.desnivel.com/expediciones/annapurna-sur-en-alpino-y-en-solitario/
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