Vo LAN do voy

Estudiosos de la Ciencia Política pertenecientes a las más reputadas universidades y a los más reconocidos centros de estudios de los países de Occidente, han insistido en señalar que la democracia liberal (que para muchos ha representado la culminación de un largo y tortuoso proceso de perfeccionamiento de los sistemas políticos) se encuentra en decadencia o abiertamente en crisis. Destacada por los analistas por su reconocimiento a la soberanía popular, por la consagración de la igualdad esencial entre todos los seres humanos pero al día de hoy fundamentalmente por ser el campo en el cual puede alcanzarse el más pleno ejercicio de los derechos humanos.

Sin embargo, hoy es innegable que el sistema está en crisis. Para precisarlo en términos simples, en un alto número de países se ha transformado en una “democracia de papel” en el que la esencia se encuentra en el ritual del depósito periódico de un papel en una urna, acompañado de una dosis de relativo pluralismo y de respeto a ciertas libertades, pero con nula participación efectiva de la ciudadanía en la discusión y toma de decisiones en materia de asuntos de interés público.

Paralelamente, la creciente concentración del poder económico ha llevado al control oligopólico de los medios de comunicación lo que ha permitido manipular la información incluso mediante el ocultamiento de hechos que pudieran afectar la imagen o intereses de los grupos dominantes. La irrupción de los medios digitales ha permitido develar antecedentes que, de no ser así, habrían permanecidos silenciados.

Un elemento de juicio importante para la debida formación de la conciencia ciudadana se encuentra en la constatación de la pecaminosa relación entre el dinero y la política lo que ha permitido conocer cómo se financiaba ilegalmente la actividad llegándose hasta el desparpajo de grupos económicos que dictaban el texto de los proyectos de ley a los parlamentarios que estaban a su servicio.

En los últimos días, han saltado a la luz pública un hecho notable..

El caso tiene que ver con la empresa LATAM, constituida por fusión de LAN-Chile con la brasileña TAM. Como es de público conocimiento, el mercado aeronáutico a nivel planetario pasa por graves problemas: la pandemia del COVID-19 ha reducido al mínimo el transporte de pasajeros y las grandes empresas del sector tienen a cientos de sus costosos aviones detenidos en los aeropuertos del mundo. LATAM, por supuesto, no es ajena a esa realidad.

Por esa razón, desde hace varias semanas la familia Cueto, controladora nacional de la empresa, empezó a plantear la necesidad de que el Estado chileno acudiera en su auxilio arguyendo que para el país el transporte aéreo era de carácter estratégico. Al conocerse esta inquietud, surgieron de inmediato fuertes observaciones. El ex Ministro de Hacienda Andrés Velasco planteó que toda ayuda pública a esta línea privada debería ser contra la cesión de un paquete de acciones al Estado por un valor equivalente. El CEO de Sky Airlines(de propiedad de Jurgen Paulman) planteó que este auxilio fiscal debería limitarse a los problemas de las líneas derivados de su actividad en el país, no correspondiendo ir en ayuda por sus actividades en otros países.

Mientras el eventual salvataje de las “grandes empresas” se encuentra en estudio, alguien recordó que los Cueto habían sido socios en LAN, con el actual Presidente de la República Sebastián Piñera. Y se descubrió entonces que, según consta en la memoria anual de la empresa, al 31 de diciembre de 2019, uno de sus acreedores, por la bonita suma de casi $26.000 millones de pesos, era nada menos que “Inversiones Odisea Ltda.”, emprendimiento de propiedad de los cuatro hijos del Presidente. La obligación de pago era a tres años plazo. La Memoria aludida escondía una sorpresa. Consigna, entre hechos posteriores al 31 de diciembre de 2019, que “durante el primer trimestre de 2020, la sociedad ha realizado “pagos voluntarios anticipados de deuda”, pagos hechos precisamente a Inversiones Odisea. Curiosamente, una empresa en crisis se anticipa a pagar deudas en perjuicio evidente de otros acreedores, obviamente con el fin de que no sea cuestionado el eventual auxilio fiscal por la relación Piñera-Odisea-Cueto.

Estos buenos deudores (de pago anticipado) se apresuraron en aclarar que esto sucedió antes de que se vislumbrara la crisis, desmintiendo “cualquier vinculación entre el pago de estas deudas (entre enero y febrero de 2020) y el proceso de reorganización que Latam ha iniciado” (sic, en comunicado empresarial). Pero, como dice el refrán, quien explica se complica. Latam se acogió a la ley de bancarrota en los EE.UU. el 25 de mayo pero en los noventa días anteriores ya había pagado cuantiosos honorarios a Claro & Cía por todos los servicios prestados y gastos en que había incurrido este estudio jurídico. Es obvio que este trabajo profesional se venía realizando desde mucho tiempo antes, lo que demostraría que desde los primeros días de enero se estaba preparando la cancha de aterrizaje. El total de honorarios profesionales fue de US$3.184.835.-, algo así como 270 millones de pesos, y, a partir de julio, la oficina jurídica recibirá US$250.000 más gastos, por cada mes que tarde la reorganización financiera en el país del Norte.

Hay preguntas que quedan flotando en el ambiente:

¿Por qué el pago anticipado total se hizo a Inversiones Odisea de los Piñera boys y no se consideró, por ejemplo, a un acreedor importante como Banco Estado?

¿Por qué Inversiones Odisea presta una cuantiosa suma de dinero a una empresa a la cual estuvo asociado su padre hasta pocos meses antes?

¿Qué proyectos o emprendimientos productivos ha financiado Inversiones Odisea o solo realiza actividades especulativas de dinero y valores?

¿Cuánto dinero de su bolsillo están poniendo los hermanos Cueto para salvar su empresa?