
Pole position
En las competencias de automovilismo y motociclismo, la pole position o primera posición es la que se asigna al corredor que tendrá un lugar privilegiado en la partida, lugar que ha conquistado en una prueba preliminar. Para las elecciones presidenciales de noviembre, la mayor parte de las veinte empresas encuestadoras, muchas de ellas con nombre gringo, lo que les da una aureola de prestigio, han dado a José Antonio Kast, esta distinción, lo que, sin embargo, no asegura nada de nada como lo demuestra lo sucedido en anteriores comicios.
De todas maneras, resulta útil para la ciudadanía informarse adecuadamente sobre este personaje.
El diario “El Mercurio”, que ha sido por décadas el cerebro ideológico del conservadurismo chileno – y, también, del golpismo – tomó definitivamente partido por José A. Kast en desmedro de Evelyn Matthei al ver que la postulación de esta marcaba cada vez menos en las encuestas. Así, el domingo 31 de agosto publicó una extensa entrevista del personaje, la que ilustró con una enorme foto en primera página del Cuerpo de “Reportajes” para dar a conocer el pensamiento político de su candidato.
La oportunidad, que cualquier político agradecería emocionado, fue frustrante si es que se quiere conocer el pensamiento y propuestas programáticas de este actor que, hoy por hoy, está en la “pole position” del proceso.
Si se desmenuza el texto, y se separan las esperadas críticas contra el actual gobierno, es poco, o casi nada lo que queda.
Por ejemplo, en salud, educación y vivienda, es cero.
Los lugares comunes en materia de seguridad, abundan. Promete construir más cárceles y encarcelar a más delincuentes y, acto seguido, plantea una de sus más radicales propuestas: los reos “tendrían que usar uniformes”, “el Estado les proporcionará alimentación” y “si no quieren comer bajarán de peso”.
¿Qué hará Kast para enfrentar el problema de la Araucanía? Respuesta: “Aplicar la ley.”
Sin argumento alguno reitera su rechazo al acuerdo por la Paz y el Entendimiento, con el simplón recurso del ataque ad hominem: “Huenchumilla va a la reelección y Alfredo Moreno es director de CODELCO”.
En la campaña anterior usted prometió derogar la ley que despenaliza el aborto en tres causales. ¿Y ahora? Respuesta: Cada tiempo electoral tiene sus características…
También usted prometió sacar a Chile de las Naciones Unidas… Respuesta: Cada tiempo electoral tiene sus características…
Consultado respecto a la urgencia de impulsar la reforma del sistema político, JAK responde: “Después de solucionar el tema del crimen organizado, del narcotráfico, del terrorismo, de las listas de espera, claro que tenemos que sentarnos a ver cómo planteamos de nuevo, algo que es evidente, que el aumento de diputados no mejoró la calidad del proceso legislativo”, es decir sine die.
Lo que parece increíble, es que un político con aspiraciones presidenciales afirme “La situación es tan crítica que nosotros definimos que el próximo gobierno debiera ser uno de emergencia. No hay espacio para las disputas políticas, para debates en áreas que son legítimas como pueden ser temas valóricos”. Como señalara críticamente el sociólogo Carlos Huneeus, en su eventual gobierno solo habrá espacio para discusiones “técnicas”. “Este es un término vago empleado por políticos e intelectuales de derecha a los cuales no les gusta la política de partidos y sin enemigos, de la democracia de partidos. Todas las disputas en los gobiernos democráticos son políticas y las decisiones que toman los presidentes y los primeros ministros son “políticas”. Si se conjugan sus términos con afirmaciones anteriores en que JAK señalaba la irrelevancia del Congreso, e insinuaba su deseo de gobernar por medio de “órdenes administrativas” recurriendo a “resquicios legales”, su ineludible simpatía por regímenes autócratas como los de Bukele en El Salvador u Orban en Hungría y con los partidos de esta tendencia, es evidente lo que esconde este caballero “bien peinado”, “delgado”, de “traje marengo, camisa blanca, corbata azul”.
Como si lo anterior no bastara, Kast se propone derogar la ley de reforma previsional que permite mejorar las pensiones, acordada con los partidos de la derecha histórica (“derecha cobarde” la motejó antes, asegurando que ningún trabajador perderá plata, pues el Estado la financiará.
Sin embargo, ha sido el paso del tiempo lo que ha hecho temblar su campaña llena de lugares comunes, tanto desde el punto de vista netamente político como ético. Hace un par de meses, su oponente Evelyn Matthei denunció ser víctima de una verdadera confabulación orquestada y manejada a través de redes sociales no identificadas (bots) atribuyéndole incluso enfermedades mentales, todo organizado por sujetos aledaños al candidato republicano. Kast, presto, declaró no tener nada que ver. Ahora, interrogado al respecto, su respuesta fue evasiva: “Cada uno elige los ejes de campaña que quiere destacar”. Horas más tarde, un reportaje de Chilevisión logró identificar a los autores de la acción difamatoria: Ricardo Inaiman y Patricio Góngora Torreblanca, este último nada menos que director de Canal 13 (de los Luksić). Góngora, negando los hechos, renunció al canal, pero ya el escándalo se había desencadenado y las mentiras y el cinismo del aspirante a La Moneda se develaron e inundaron muchos medios de prensa.
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