
Primero: La naturaleza, siempre. Después: Lo demás, respetando lo primero.
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Somos parte de la naturaleza, es imposible vivir sin ella. Tenemos una responsabilidad mayor: dejar mundos habitables para las futuras generaciones. El cielo, suelo, mar, glaciares, desierto, ríos, salares, bosque, lagos y su biodiversidad no pueden ser recuerdos del pasado.
Cristina Dorador, bióloga.
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Si queremos tener un Chile con un futuro vivible para nuestros hijos y nietos, debemos respetar este principio basado en “Las 4 Leyes de la Ecología” de Barry Commoner.
Barry Commoner fue un estadounidense, biólogo y profesor universitario, quien afirmaba que “Las obligaciones sociales de los científicos no sólo se refieren a la investigación y la enseñanza, sino que también han de ayudar a los ciudadanos a entender las cuestiones científicas que tienen impacto sobre la sociedad”; y como parte de su legado y siendo congruente con sus saberes, dejó las leyes de la ecología, consideradas como las primeras leyes de la ecología popular. [1]
Éstas son:
- Todo está conectado con todo lo demás, es decir, los fenómenos de la vida repercuten en los ciclos biogeoquímicos y las personas y lo que sucede en un lugar o sistema ambiental tiene implicaciones en otros sistemas y esto encuentra su justificación en que las relaciones bióticas y abióticas dentro de ellos son dependientes, interdependientes e intradependientes y, por lo tanto, la actividad antrópica tendrá un impacto en las interconexiones.
- Todo va a parar a alguna parte, basándonos en una de las leyes de la conservación de la materia, que ésta “no se crea ni se destruye, sólo se transforma”, esta segunda ley representa un recordatorio para la humanidad, de que tanto lo que se produce, como lo que se usa y se consume, ocupará un espacio y generará impactos y modificaciones en el ambiente; y por muy “lejos” que podamos enviar los residuos, éstos de alguna u otra forma regresarán a nosotros, pues las fronteras geopolíticas no existen para la naturaleza; por lo tanto, las sustancias químicas que se liberen para incrementar la producción alimentaria en una región, terminarán en el plato de comida de una familia en otras regiones.
- La naturaleza es la más sabia, la naturaleza lo sabe y lo hace mejor, es decir, no hay nada más eficiente y funcional que los procesos naturales. Así, para la restauración de ecosistemas con daño antrópico, las estrategias para gestionar impactos ambientales negativos deben basarse en la misma naturaleza; a esto se le conoce como “soluciones basadas en la naturaleza” y sólo así se puede incrementar la resiliencia de los territorios y la adaptación a los cambios. Seguramente también hemos escuchado la frase “la naturaleza y los bienes naturales comunes tienen memoria”, y el concepto de que, sin la intervención antrópica, la naturaleza puede resistir y desarrollarse por sí misma sin problema alguno.
- Nada es gratis en la naturaleza, con esta ley Commoner hace énfasis en que, en cualquier actividad o proceso, incluyendo la existencia de la humanidad, hay un costo ambiental, lo veamos o no. Este costo se hace presente siempre y, por lo tanto, es necesario crear consciencia de que debemos internalizarlo para compensar y restaurar los impactos que se generan por las diversas actividades productivas.
Estas valen para toda la especie homo sapiens, y deben tenerla presente ambos candidatos a la Presidencia de la República y, si quieren emprender un gobierno exitoso cuídense del concepto crecimiento, recordando que la humanidad ya ha sobrepasado 7 de los 9 límites del crecimiento. Ver imagen:

Además, estas 4 leyes de la Ecología pueden ir acompañadas de los cinco postulados para la sustentabilidad de la economía y la biosfera del economista Manfred Max Neef:
1) La economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía.
2) El desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos.
3) El crecimiento no es lo mismo que el desarrollo y el desarrollo no precisa necesariamente de crecimiento.
4) Ninguna economía es posible al margen de los servicios que prestan los ecosistemas.
5) La economía es un subsistema de un sistema mayor y finito que es la biosfera y por lo tanto el crecimiento permanente es imposible.
A ellos se agrega un principio valórico fundamental: “Ningún proceso o interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por encima o sobre la reverencia por la vida”.[2]
Que nos vaya bien, por Chile, por la biodiversidad y por las futuras generaciones, a las que les estamos heredando un futuro muy complejo y muy difícil.
REFERENCIAS:
[2] https://laventanaciudadana.cl/el-legado-de-manfred-max-neef/
[3] Vídeo conferencia “El mundo en rumbo de colisión”: https://vimeo.com/78813094,
2009-12-01, Universidad Internacional de Andalucía.
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Fuente de imagen: https://www.instagram.com/p/DPWhwksjXmO/







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