
SIENDO UN BUEN PADRE
En la actualidad los hombres están diciendo que ellos son mejores padres de lo que fueron sus propios padres, porque ellos cuidan más y tratan mejor a sus hijos. ¿Es eso verdad? ¿Son ellos los padres «sensitivos» que realmente necesitan esos niños? Hoy, les mostraré lo que verdaderamente hay en la sociedad actual, y lo que de verdad se necesita para mejorar la nueva generación.-
Es bien difícil ser un hombre, y eso fue así también en los tiempos de mi padre, porque recuerdo que él decía en los años de 1950’s «cada día es difícil cuando tú estás tratando de sobrevivir«. De acuerdo al promedio de vida en aquel entonces, él fue un modelo ejemplar como padre, sin tener que molestarse tanto para poder mantenerme como un hijo único. Esto es solamente alguna de las formas en las que un hombre, en mi generación, tenía que redefinir su rol más allá del trabajo de sobrevivir. Por supuesto, la mayoría de los hombres todavía tienen que mantenerse sobreviviendo, así que en una generación, el ser padre o madre se ha transformado en una situación doblemente más difícil
La responsabilidad familiar fue el mayor tema en aquella época, al extremo de dejar trabajos importantes para poder tener más tiempo con sus familias. Hoy, los padres se definen en oposición a la generación que los crió, debido a la revolución industrial que separó el mundo del trabajo y el hogar. Un hijo que siente ser abandonado por su padre que prefiere el trabajo a tener que cuidarlo, va a mantener un agravio de por vida, pensando: ¿Cómo él puede ser tan ciego e indiferente a mis necesidades? ¿Acaso no se acuerda de la cantidad de veces que mi padre me dijo que me amaba?. Algo cambió en la cultura cuando estos hombres crecieron, y los sociólogos todavía están tratando de figurar exactamente qué fue. Hoy, 7 de cada 10 padres dedican más tiempo con sus hijos, de lo que sus padres hicieron con ellos; cerca de la mitad piensan que están haciendo un mejor trabajo, y sólo el 3% piensan que lo están haciendo peor.
De acuerdo con los estudios realizados sobre esta situación, los padres actuales tienen un envolvimiento de unos 45 minutos diarios con sus hijos, mientras que las madres les dedican unas 7 horas diarias a sus hijos. Los padres con menos dedicación a sus hijos diariamente, son los japoneses con un promedio de 10 minutos al día. El progreso a través del tiempo ha sido muy lento, y continúa siendo lento. Se debe comprender que la falta de atención de los padres aumenta el porcentaje en forma muy considerable de los hijos abandonando sus estudios escolares, y provoca una disminución en la prosecución de los estudios universitarios.-
Sin embargo, hay un gran beneficio gracias al envolvimiento paternal, lo que es mejor para los padres, porque les aumenta la autoestima, también aumenta la felicidad matrimonial, gracias a la habilidad de poder sacrificarse y hacerse responsables de los demás. En los año 1950’s, un buen padre pagaba las cuentas necesarias y mantenía la disciplina. Hoy, se tiene que ser más sensitivo, se tiene que involucrarse más emocionalmente, y privarse de un aumento de trabajo para ser un buen padre.
Naturalmente, a usted no le pagan por ser un padre, al contrario, como todos nosotros lo sabemos, lo que explica la persistencia del mito que es algo muy divertido, pero es muy difícil de creer, al extremo de creer que la clase de padres puede volver nuestro cerebro en unos sentimentalísmos injustificados. A pesar de todo, los padres se mudan a las áreas sub-urbanas debido a que desean que sus hijos se sientan mejor. No lo hacen para trabajar hasta más tarde en la oficina, o poder salir más seguido a comer a los restaurantes, sino para que los hijos sepan que hubo una persona que los amó incondicionalmente, y sabremos con mucha satisfacción que se hizo lo que era correcto, sin esperar ninguna gratitud por haberlo hecho.-
Déjanos tu comentario: