
Techos verdes y cambio climático
Es una realidad que las personas prefieren vivir en ciudades, así lo indican las cifras a nivel mundial y en forma más acentuada en Chile donde cerca del 90% de la población es urbana, lo que sin dudas les entrega beneficios, sin embargo, deben sobrellevar numerosos problemas en ciudades excesivamente extendidas, contaminadas y en ocasiones con insuficiente dotación de áreas verdes accesibles y de calidad. Situación que se ve incrementada con la crisis climática que se está viviendo. Así se evidencia en numerosas investigaciones ambientales en el país en torno a los centros urbanos, que muestran como el crecimiento de las ciudades ha provocado un incremento del deterioro ambiental y en la calidad de vida de muchos de sus habitantes (Figueroa & Lazzoni 2018)[1]
Si bien los efectos del cambio climático se observan en todo el territorio, son los habitantes de los centros urbanos quienes lo perciben de forma más severa, lo que es fácil de entender al comprobar que las áreas urbanas están sobre pavimentadas, donde la vegetación apenas cubre un tercio de la superficie total, a diferencia de las áreas rurales en que cubre de 75% a 95%. El cambio climático es una realidad instalada muy difícil de combatir si la población no modifica sus hábitos en forma rápida. Mientras tanto, se debe hacer frente a las lluvias torrenciales en épocas no esperadas que hacen estragos en diversas localidades, como la lluvia del 30 de enero de 2021 que dejó aislada a numerosas familias con graves daños en viviendas, puentes y caminos en el sector del Cajón del Maipo de la Región Metropolitana.
Las islas de calor son otra consecuencia de los cambios vividos, en esto hay estudios en la Región Metropolitana (Romero y Opazo, 2017)[2] que muestran aquellos sectores que registran temperaturas extremas inusuales que no presentan una distribución homogénea en el territorio, hay sectores y comunas desfavorecidas que se ven expuestas a situaciones térmicas nefastas para la salud y el bienestar humano y de otros seres vivos. Frente a este escenario es urgente buscar medidas que ayuden a mitigar estos efectos, aquí aparece el rol que puede tener el fortalecimiento de la infraestructura verde, que incluye los techos verdes.
En la propuesta de soluciones, desde el Ministerio del Medio Ambiente y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo se han desarrollado estrategias y planes de acción con fines de atenuar los efectos antes mencionados, dentro de los cuales se propone fortalecer la Infraestructura verde urbana, que se entiende como una red interconectada de áreas verdes multifuncionales a diferentes escalas conectando las ciudades con el entorno rural y que proveen de múltiples servicios ecosistémicos. Dicha red a nivel urbano está integrada por las tradicionales áreas verdes (parques, plazas, jardines) y otras alternativas más recientes como las ofrecidas por las cubiertas vegetadas y en especial los techos verdes que ofrecen grandes posibilidades y resiliencia frente a los nuevos y cada vez más frecuentes eventos climáticos.
En la actualidad se cuenta con numerosas experiencias extranjeras exitosas en techos verdes, que combinan la aplicación de tecnología e incentivos para su construcción. Como resultado muchas superficies de azoteas nuevas y antiguas (infraestructura gris) han sido construidas y otras tantas transformadas en superficies con vegetación (Infraestructura verde), captadoras de aguas lluvias, provistas de alta biodiversidad que aportan a la regulación térmica de esas edificaciones y embellecen el paisaje urbano.
Para nuestro país se presenta una oportunidad para mejorar y transformar las superficies grises y sin vida por hermosas cubiertas de variadas texturas, colores y sobre todo resilientes frente a los drásticos efectos del sol y copiosas precipitaciones en breves períodos de tiempo. Esta oportunidad está siendo favorecida por la creciente sensibilidad ciudadana y de instituciones públicas y privadas, para apoyar la implementación de techos verdes. Esta sinergia se refleja en el decreto 58 del Ministerio de Vivienda y urbanismo (2019) que permite incrementar las superficies utilizables de las azoteas y en la elaboración y publicación de la Norma Chilena para Techos Verdes NCh3626 (2020), que entrega recomendaciones para que los techos sean bien construidos y sustentables
La oportunidad existe, falta solamente la voluntad y el compromiso para hacerlo realidad.
[1] Figueroa JA, Lazzoni I. (Editores) 2018. Biodiversidad urbana en Chile: Estado del arte y los desafíos futuros. Edición Universidad Central de Chile.
[2]https://www.researchgate.net/publication/313262817_Ondas_e_islas_de_calor_en_Santiago_Avance_de_Investigacion
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