«La corrupción no se combate solo con buenas leyes, también con buenas escuelas y buenas universidades».

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Coronavirus: y la charla de Bill Gates

Mario Bustamante Conejeros

Profesor de Historia y Geografía Miembro del Directorio Fundación Educacional Cristo Rey Arzobispado.

En 2015 el cofundador de Microsoft, Bill Gates, subió a un escenario en la ciudad de Vancouver, Canadá, empujando en una carretilla un gran barril negro con los sellos del Departamento de Defensa de Estados Unidos. El barril, explicó, era lo que muchas familias guardaban en el sótano de sus casas cuando él era niño y estaba lleno de comida enlatada, agua y otros artículos necesarios para sobrevivir a la gran amenaza de la época: una guerra nuclear. Pero en esta ocasión, Gates no venía a hablar de un apocalipsis atómico sino de lo que él vaticinaba sería el próximo gran riesgo de una catástrofe global: una pandemia causada por un virus altamente infeccioso que se propagaría rápidamente por todo el mundo y contra el cual no estaríamos listos para luchar.

Esa es precisamente la situación en la que nos encontramos ahora, una amenaza “no de misiles, sino de microbios”, dijo Bill Gates en el 2015.

A través de la Fundación Bill y Melinda Gates, el multimillonario empresario y benefactor estuvo vinculado muy de cerca con el brote de ébola, concentrando su inversión y esfuerzos en desarrollar nuevos diagnósticos, tratamientos y vacunas contra una epidemia que tenía una alarmantemente alta tasa de mortalidad. En el proceso le quedó claro que el problema no fue que el sistema contra la propagación de la epidemia hubiera funcionado mal, sino que “no teníamos sistema alguno”.

Transcribo este fragmento de un extenso artículo de la BBC para tocar un tema que me parece relevante.

Crisis es un problema y una oportunidad, al menos así lo entienden los chinos. El problema no lo vamos a describir porque es el Coronavirus ya está suficientemente conversado, pero la oportunidad si merece una reflexión.

Biología y Política. Parece que ambas palabras no tienen una capacidad de integración, así como es político-social o político-económico. Pero política y biología no, al menos en occidente, en el Oriente sí. La política ayuda a cuidar el cuerpo humano. Muchas políticas públicas están orientadas al cuidado de la biología del cuerpo humano, como por ejemplo: la prohibición de hacerse tatuajes, de fumar, de darse la mano, abrazarse y besarse al saludar, usar mascarilla cuando alguien tiene una dolencia o enfermedad menor, porque es una señal a la población circundante; comer en la calle, mantener el aseo en lugares públicos, lavarse las manos con regularidad, etc. Lo establecen normas políticas.

Otra vinculación es la supeditación de la política a la biología del cuerpo humano. No solo en tiempos de epidemia, sino siempre. Es lo que nosotros llamamos políticas de Estado. Son políticas que no tienen gran discusión, todos están de acuerdo en que se debe cuidar el cuerpo humano.

En Chile hay una centralidad de la política, todo se supedita a aquello. En plena crisis sanitaria la oposición pelea internamente por la conducción de la Cámara de Diputados, todo un espectáculo que refleja el subdesarrollo social. Políticos de todas las corrientes discuten y ponen en tela de juicio las orientaciones de las autoridades sanitarias, como si a través de este gran problema se puede obtener una pequeña ventaja político electoral.

No hay políticas de Estado. Chile en ésta y la anterior generación, no ha vivido en guerra y por tanto no hay Política de Estado para defender los intereses nacionales; en situaciones de crisis naturales (terremotos, inundaciones, erupciones, aluviones, inundaciones, sequías, plagas, tsunamis) se levanta la voz para criticar a la autoridad (quién sea su color político) y no para buscar soluciones consistentes, estables ¿Por qué? Porque la centralidad es la política y no el ser humano.

Por ello es valiosa la conducta de Bill Gates y su esposa, Melinda Gates. No preguntan el color político del gobernante en problemas, sino que crean sistemas estables para salir del problema. No corren a apagar un incendio, se anticipan y generan condiciones para prevenir dificultades.

Bill Gates será de izquierda, centro o de derecha, no se sabe, sólo se sabe que pone delante al ser humano sin importar raza, color, ideología.

Chile tiene una clase política mediocre. Uno podría imaginarse que todo el parlamento genere comisiones para anticiparse a otra calamidad similar a esta, anticiparse a la crisis por la sequía, por la extinción de especies bentónicas, por el aumento del consumo de drogas, de cigarrillos, de la delincuencia juvenil, de la evasión tributaria, de la indisciplina social y la permisividad generada por las leyes vigentes. Nada. El centro es la actividad política y no la centralidad del ser humano.

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