«Lo que le ocurra a las bestias, pronto le ocurrirá al hombre. Todas las cosas están relacionadas.»

Jefe Seattle.

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Editorial. Ha llegado una carta.

Equipo laventanaciudadana.cl

Periodismo ciudadano.

El martes 5 de julio de 2022, la mesa directica de la Convención Constituyente hará entrega al Presidente de la República de la Propuesta de Constitución Política de la República de Chile 2022. Se cierra, así, un proceso de un año durante el cual 154 representantes elegidos democráticamente se abocaron a la tarea de elaborar un proyecto de carta fundamental que será sometido a la calificación – aprobación o rechazo – de la ciudadanía,

El desarrollo y cumplimiento de este trabajo no ha sido muy ejemplar ya que desde sus primeros pasos el comportamiento de varios de sus integrantes no mostró la seriedad, responsabilidad y sentido común que una actividad de esta naturaleza requería. A partir del escándalo que suscitó la actitud de un convencional que fue descubierto habiendo inventado un cuadro clínico que hizo posible su elección hasta la grosería ramplona y reiterada  de una integrante del organismo para referirse a sus pares, se registraron diversas conductas que – bien acogidas y destacadas por la prensa conservadora – dañaron gravemente la imagen institucional.

Como las acciones tienen consecuencias, hoy no debiera sorprender a nadie el hecho de que luego del pronunciamiento categórico del 25 de octubre de 2020   mediante el cual un 78,3 % de los votantes expresó su voluntad favorable a una nueva constitución, nos encontremos en una situación incierta respecto al resultado final del referido plebiscito “de salida”. Sin embargo, resulta pueril a todas luces explicar o justificar lo anterior achacando responsabilidades a “las fuerzas del mal” y evitando la asunción de las propias culpas.

El proceso ha estado bastante alejado de la aspiración idílica de alcanzar la construcción de “una casa de todos” y ha dejado plantada una serie de hitos que sin lugar a dudas serán fuente de prolongados cuestionamientos y generarán conflictos difíciles de resolver a la hora de su aplicación práctica. Ninguna opción estará privada de dificultades y llegará el momento en que sea indispensable un elevado nivel de voluntad para alcanzar mínimos acuerdos políticos para lograr que el país salga positivamente hacia adelante.

Debemos tomar conciencia de que la armazón de un “estado social y democrático de derechos” no puede ser resuelta mediante la mera proclamación verbal de ciertas afirmaciones sino que requiere sobre todo de una voluntad colectiva tendiente a configurar los elementos políticos, económicos, sociales, culturales y morales que configuren una convivencia solidaria.

El instrumento que deberá ser plebiscitado dentro de dos meses contiene elementos valiosos y significativos que recogen las aspiraciones de las grandes mayorías nacionales. Constituye una respuesta, una obra de erradicación de los nudos establecidos durante la dictadura gremialista – militar que pretendió dejar atado y bien atado un orden institucional excluyente proclive a la perpetuación de una sociedad de privilegios y de libertinaje económico y social inaceptable.

Sin embargo, se hace necesario tomar debida conciencia de que la fractura social está ahí, y estará siempre presente por largo tiempo manteniéndose las tensiones que genera. Las carencias e imperfecciones de una sociedad débil en justicia, débil en solidaridad, débil en cuidado y resguardo de su patrimonio humano y ecológico, no se superarán mientras no seamos capaces de entender que estamos llamados a vivir una vida responsable y respetuosa con los demás seres que configuran nuestro entorno.

Hay quienes creen que este es el momento de impetrar a los demás buscando arrastrarlos a definiciones de apruebo o rechazo.  El tiempo pre – plebiscitario será clave para que hagamos un análisis detallado del documento que tendremos entre manos, para que evitemos dejarnos embaucar por eslóganes y falacias inconducentes. Ninguna opción que el ciudadano escoja, será perfecta. A fin de cuentas, todo el peso de nuestras decisiones personales estará fundado en el nivel de confianza que tengamos en la capacidad que puedan tener quienes triunfen de reconocer errores y abrirse a perfeccionamientos indispensables.            

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