«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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El Lago Chapo: gravemente dañado (Parte II)

Jorge Acuña Maldonado

Ingeniero Civil Industrial PUCV

(La Parte I fue publicada en la edición de La Ventana Ciudadana del 21.10.2019)

Resumen de los principales aspectos del problema.

El lago Chapo está ubicado a 40 km al este de la ciudad de Puerto Montt.

La cuenca del lago Chapo sufre, por treinta años, desde 1990, los efectos destructivos de un trasvase de cuenca, asociado a la operación de la Central Hidroeléctrica Canutillar, proyecto original de ENDESA, en la actualidad, propiedad de Colbún S.A.

Este proyecto no está afecto a la ley de base del medioambiente y, por ende, no tiene una RCA.

Un trasvase de cuenca es una técnica de ingeniería hidráulica que consiste en extraer agua de una cuenca y trasvasijarla a otra, obviamente, sin devolver el agua a la cuenca de origen. El trasvase de cuenca, en todas partes y tiempos en que se ha implementado, ha traído aparejado el mismo tipo de daño medioambiental.

Los trasvases de cuenca poseen marco teórico desde la primera mitad del siglo pasado. Mas aún, gran parte de lo que le pasa a la cuenca del lago Chapo, en la actualidad, fue predicho, tanto por el IFOP, como por la CONAF, antes de que el proyecto se implementara (existen dos documentos oficiales).

El principal problema con los trasvases de cuenca es que se extrae mucha más agua de la cuenca afectada (de origen), de la que extrae su río de desagüe, en condiciones naturales.

¿Qué provoca un trasvase de cuenca a la cuenca origen?

El rompimiento del equilibrio geo-mecánico (y ecológico) de toda la cuenca y esto último se traduce en un conjunto de afectaciones sobre todos y c/u de los componentes de la cuenca; zonas de playa, zona de napas, ríos afluentes, entre otros y esto ocurre, en varias dimensiones paralelas; geomorfológica, geo-mecánica, biológica, limnológica, etc., entre otras dimensiones.

El daño medioambiental que sufre la cuenca del lago Chapo

El daño MA que presenta la cuenca del lago Chapo se traduce en:

  • La degradación de los lechos de tres ríos afluentes (erosión retrógrada). Los lechos de estos ríos se destruyeron, perdiendo nivel hasta en 20 m, (eje vertical), esto último, en la zona de sus desembocaduras y esta degradación se proyectó a la zona de bosque aledaña, rompiendo las paredes laterales del cauce, en un ancho promedio de 300 m y un largo de 1 a 3 km, según el caso, todo, en dirección hacia las nacientes de los ríos.
  • La destrucción de la zona de bosque aledaña a los cauces degradados. Como expresión de la degradación del lecho del río, colapsó, tanto el suelo como el bosque aledaño. En un caso, el área de bosque destruida supera los 1.000 m de largo por 200 m de ancho. En toda esa área el bosque aún está en proceso de destrucción. La zona forma parte de un SNASPE y de una Zona de Reserva de la Biosfera. La CONAF no ha hecho absolutamente nada y peor aún, cuando, se ha denunciado formalmente el asunto, ha respondido diciendo que el fenómeno “obedece a procesos naturales”. Carta N°27/2020, Provincial Llanquihue, CONAF.
  • El agrietamiento de la zona de playas. En algunos casos, estas grietas tienen una profundidad de 2 m. En un caso, asciende a 5. Las grietas se han ramificado y unido, en el último tiempo, aumentando con ello, la destrucción de las playas, en algunos casos, dejando expuestas las piedras basales. La tendencia de este proceso, en el largo plazo, es que las playas se destruyen completamente.
  • El agrietamiento de las playas se ha proyectado a la zona de pradera. En los últimos años, algunas de estas grietas se han proyectado a la zona de pradera contigua, haciendo que el terreno colapse y como expresión de ello, se formaron agujeros y socavones que, evidentemente, ponen en riesgo la seguridad de las personas. Este proceso destructivo está en pleno desarrollo.
  • La desaparición de un humedal “tipo Valdiviano”. Hasta 1990, en la zona norte de la cuenca, existió un humedal tipo valdiviano de extraordinaria belleza, que era visitado como sitio de anidamiento por flamencos, cisnes, patos, hualas, coipos, etc. Dicho humedal comenzó a secarse el primer año de operación de la Central Canutillar y con ello, a desaparecer toda presencia animal en la zona. En la actualidad el humedal no existe. Además, en el área, hay tocones de alerce milenario, los cuáles no poseen ningún tipo de protección y en el último tiempo han sido diezmados por las propias personas que concurren al lugar.
  • La depresión de la zona de napas. Las napas, a nivel de playa, se ubican a 40-50 m de profundidad y como consecuencia de ello no existen lagunas de invierno ni arroyos en gran parte de la ribera de la cuenca. Antes de 1990, esto no era así.

Observación 1:

El daño medioambiental que sufre la cuenca del lago Chapo es dinámico y se ha acelerado en los últimos tres años, debido a razones desconocidas. El daño está abierto y en proceso.

Observación 2: La Central Canutillar opera sobre un triple trasvase de cuencas. Los ríos Lenca y Pangal fueron “pinchados” y parte de su agua, extraída y dirigida a través de un túnel subterráneo de 9 km de largo que atraviesa el parque Alerce Andino y es trasvasijada en la cuenca del Lago Chapo (1° trasvase). Simultáneamente, al río Chamiza que antes nacía en el Lago Chapo -su desagüe natural- se le impidió su nacimiento, al emplazar en su lugar, la barrera del mismo nombre (2° trasvase). Al mismo tiempo, en la zona del nacimiento del Chamiza, desviaron el río Blanco, afluente del primero, en dirección del lago Chapo. Como consecuencia, toda el agua proveniente de los ríos Lenca, Pangal, Chamiza y Blanco fue reunida y embalsada en el lago Chapo y extraída, a través de otro túnel subterráneo de 7 km de largo, que también atraviesa el parque Alerce Andino y, finalmente, trasvasijada en el estuario de Reloncaví (3° trasvase). Por si esto no fuera suficiente, “pincharon” el río Canutillar, afluente del estuario del Reloncaví, para propósitos que no están del todo claros.

Observación 3: La operación de la Central Canutillar pasa por la intervención de cinco ríos, un lago (el Chapo) y toda la cuenca asociada a ese lago. Posee derechos de agua cuyo caudal total, solamente, respecto de los cinco ríos, supera los 70.000 l/s.

Observación 4: Entre el año 2000 y 2018, se trasvasijaron al estuario del Reloncaví, proveniente del lago Chapo, convertido en embalse, en promedio, 1,6 BILLONES DE LITROS DE AGUA AL AÑO.

Observación 5: Endesa, y en la actualidad, Colbún S.A., en el marco de la gestión e implementación del proyecto Canutillar, agotaron el recurso hídrico de toda la cuenca del lago Chapo, lo que implica que nadie más puede solicitar derechos de agua, aunque sea de un río menor que no figura en ningún mapa, da igual que tenga o no asociada una bocatoma.

Para apreciar mejor el daño medioambiental que presenta la cuenca del lago Chapo, ver las fotografías que se adjuntan:

Valle del río Negro en 1982 – Escuela de Geografía Universidad Austral de Chile

El año 1982, el principal afluente del lago Chapo tenía un aspecto “sano”, la erosión del río era mínima y su canal era estrecho. Se podía entrar en bote bien arriba y según testimonios, “era como navegar en medio de una alameda flanqueada de árboles”.

Valle del río Negro en 1998 – Escuela de Geografía Universidad Austral de Chile

En 1998, ocho años después de iniciadas las operaciones de la Central Canutillar, la parte baja del cauce está rota (degradada), las paredes laterales encajonadas (eso no se aprecia en la fotografía), el canal pasó de tener 10 metros a tener de 100 a 200 m; se aprecian varias grietas en la zona de playas.

Valle del río Negro en 2021 – Google earth

En la actualidad, todo lo apreciado en 1998, ha aumentado: las incisiones, el encajonamiento, la degradación del cauce, el ancho de la zona de praderas/bosque, aledaña, desaparecida y las dimensiones de las grietas en la playa. Lo peor: el proceso de degradación se ha proyectado a zonas aguas arriba. Observe el aspecto de la zona en círculo rojo y compárela con el aspecto que tenía en 1998.

Valle del río Pitote en 1982 – Escuela de Geografía Universidad Austral de Chile

 Valle del río Pitote en 1998 – Escuela de Geografía Universidad Austral de Chilev

Valle del río Pitote en 2021 – Google earth

El mismo análisis hecho para el cauce y valle del río Negro se puede hacer respecto del cauce y valle Pitote. Nótese que en 1998 la forma de la pared lateral en la zona baja era lineal y en la actualidad es circular. La zona en círculo rojo, respecto de 1998, se ha ensanchado. En esa zona, el ancho del cauce supera los 300 m en algunas partes, mientras el río fluye en un ancho que no supera los 10 m. En esa zona existe un “cementerio de árboles” como prueba de la destrucción del bosque aledaño al río.

“Cementerio de árboles” en el río Pitote, Vista área, 2019 – Lago Chapo Libre

No es normal ver tantos árboles muertos a un lado de un río. ¿Cómo sabemos que esto no es natural, como sí afirma la CONAF? Porque las paredes laterales del cauce son verticales, no en la forma de “uve” de un río glaciar; el talud está expuesto y con derrumbes recientes, la densidad de material leñoso por metro cuadrado supera los niveles observados en los ríos monitoreados; los árboles yacen sobre suelo rocoso degradado, que a todas luces no es el cauce del río sino los restos del suelo de un bosque antiguo.

(En una próxima edición se publicará la Parte III con datos inéditos de este conflicto socio-ambiental).

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