
LA RENOVACION QUE NECESITAMOS
Estoy siguiendo una serie danesa de televisión titulada “Borgen”, palabra que viene a significar algo muy parecido a “La Moneda”. O sea, es una serie de corte político, muy bien hecha y que lleva ya cuatro temporadas con bastante éxito.
En esta serie se muestra un aspecto de la alta política de Dinamarca, con sus aciertos y sus vicios, con sus líderes y sus ideas, con sus artimañas, trampas y negociaciones. Es una realidad ficticia, pero muy cercana a lo que ocurre en aquel país escandinavo.
Pese a la lejanía geográfica danesa, en la serie se presentan muchos aspectos muy similares a lo que ocurre en la política nuestra. Porque los liderazgos personalistas, las políticas cupulares y las maniobras que buscan componendas para ganar poder, incluso los arreglines, se hacen sin contar con las militancias de los partidos y, menos aún, sin la participación ciudadana. O sea, política cupular, mezquina y basada en los intereses menores de partidos y personas.
Lo he comentado reiteradamente en mis columnas periodísticas o videos en mi canal de youtube. La gente está cansada de aquella forma de hacer política. Los ciudadanos se restan de participar en las elecciones y la abstención es más que un mensaje, es una manifestación de repudio.
Cuando los ciudadanos no aceptan esas formas, las rechazan y salen a protestar. Acusan a tal sistema de la grave situación de inequidad, de abusos, de corruptelas. Y es la democracia la que se resiente.
Estamos en un año electoral, que está más que condicionado por un estallido social, por manifestaciones masivas en las calles, por protestas en todos los tonos y por una situación peligrosa que puede desembocar en una violencia incontrolada. Por lo tanto, es necesario elevarse un poco y ver el panorama en todo su contexto. Porque la “chuchoca politiquera” no puede seguir ocultando los vicios que nos han llevado a esta situación.
No se puede seguir designando a dedo a políticos gastados, no se debe seguir potenciando liderazgos entre cuatro paredes. La gente busca ideas nuevas, rostros nuevos y manos limpias. Y eso se puede apreciar con claridad en cada proceso electoral que tenemos.
El valor de lo que afirmo viene avalado por los resultados. Poca participación de los ciudadanos en los procesos electorales y elección de candidatos nuevos, alejados de los partidos tradicionales.
Es importante, en consecuencia, que la democracia sea recuperada en toda su esencia, que el sistema se transparente, que los partidos abran puertas y ventanas para que entre el aire fresco y limpio de la renovación.
El pueblo pide cambios profundos. La mayoría aplastante de la población ha dicho basta en todos los tonos. Es la hora en que la política y los políticos, escuchen y se renueven. La crisis social que actualmente enfrenta nuestro país debe ser superada con amplia participación ciudadana, utilizando la inteligencia que se nos presupone, abriendo canales para su expresión, con generosidad, con tolerancia, pero también con transparencia.
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