«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

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Nuevas caras y nuevas ideas

Ricardo Barra Ríos

Director Centro Eula, Académico Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad de Concepción.

La mayoritaria opción por el apruebo a la nueva Constitución, que se manifestó el pasado domingo 25 de octubre, es finalmente el inicio del fin de la eterna transición a la democracia en Chile. Ahora, se espera que finalmente sean los ciudadanos quienes puedan definir el contenido de la nueva carta fundamental, que guiará los destinos de Chile durante los próximos años.

Sin duda esto se transforma en una tremenda oportunidad para repensar el Chile que queremos, estableciendo los consensos mínimos que deben representar los 155 delegados a la constituyente, que se elegirán durante el próximo año.

Esta debiera ser la elección más importante basada en contenidos, pues cada constituyente debiera transparentar su posición frente al rol del Estado, la economía, las instituciones, el medio ambiente, las regiones y el mercado.

Se trata esta vez, casi exclusivamente de problemas de fondo y no de forma. Se trata del país que queremos construir para reducir las brechas de desigualdad y deterioro ambiental, que nos han llevado al actual escenario durante los últimos 40 años, donde existe un predominio de las leyes de mercado escritas en piedra y que sólo un proceso como el que se inicia puede refundar.

La discusión de lo público tendrá un carácter especial, en particular por el periodo en que nos ha tocado vivir: crisis globales, cambio climático, estallido social y pandemia. Todos ellos escenarios impensados algunos años atrás, pero que se han instalado con fuerza en nuestra vida, por lo que cualquier situación de futuro, deberá contemplar aquellas variables.

La elite chilena debe comprender que el país es más grande, que las tres comunas de la capital donde se vive la mejor calidad de vida, con ingresos e infraestructura de país desarrollado y donde -dicho sea de paso- ganó el rechazo a la nueva Constitución por un importante margen, no estando en sintonía con lo que la mayoría de los chilenos anhela.

Hay un componente fundamental en este nuevo escenario, que espero se pueda replicar en la constituyente. Este es el rol de la juventud, que también debe tener un espacio junto a los pueblos originarios, las regiones de Chile, las distintas miradas a la economía y el Estado.

Espero que los partidos políticos, que no se han caracterizado por su elevada popularidad en el pasado y que en cierta medida no se han conectado con la sociedad, estén  a la altura de estas circunstancias. Acá necesitamos de la generosidad de ellos para abrir las puertas a nuevas caras y manos, que puedan dibujar el futuro que deseamos para el país.

No se trata de visiones maximalistas, si no de construir el piso mínimo de consensos que se expresen en la nueva carta magna que se elaborará en los próximos dos años. Todavía quedan, sin embargo, algunos aspectos que clarificar: está el tema de los independientes y como facilitar su denominación como candidatos a la constituyente, el tema de los escaños reservados y el del 1/3 de poder de veto.

Puesto que se requiere que, así como una gran mayoría de los chilenos optaron por esta opción, la convención constituyente pueda también cristalizar el diseño de una Constitución que establezca los derechos y deberes de las personas que habitan el territorio.

Quizá la elección de la constituyente sea, después de aprobar el diseño de una nueva Constitución, una de las elecciones más trascendentales de la historia de un país que quiere ser, a la luz de los resultados del 25 de octubre,  protagonista  principal de su propio destino.

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2 Comentarios en Nuevas caras y nuevas ideas

  1. Excelente opinión. Indudablemente la clase política debe ponerse a la altura y no equivocarse en su lectura. La ciudadanía quiere una constitución más justa, más igualitaria, sin privilegios y que recoja los actuales paradigmas. No puede ser que el Acuerdo por la Paz, esté lleno de privilegios que favorecen su propia elección. Si esto no lo corrigen corren el riesgo de una alta abstención para el 11 de abril.

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