«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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Preguntas éticas

Sofía Valenzuela Aguila

Doctora en Bio-química. Investigadora Centro de Biotecnología. Universidad de Concepción.

La ciencia sigue avanzando a pasos agigantados, las principales potencias realizan enormes inversiones en nuevo conocimiento y tecnologías disruptivas. Ya ocurre con el grafeno, las tecnologías asociadas al litio, biomedicina, desarrollo aeroespacial, entre tantas otras. China por ejemplo, lleva la delantera en varios ámbitos, lentamente irá dominando la creación de nuevo conocimiento, la capacidad adaptativa y predictiva de la transformación tecnológica y convirtiéndose en la principal potencia tecno científica del mundo. Capitales y fondos de inversión multimillonarios apuestan en países ricos en recursos naturales y territorios estratégicos, como Chile, que ha visto cómo esta potencia extiende sus redes de influencia a través del desarrollo industrial, el comercio y grandes proyectos de infraestructura. Pero no todo el avance tecnológico cuenta con la misma percepción favorable en la ciudadanía. Ejemplos claros de esto hay varios, las mellizas nacidas en China editadas genéticamente para hacerlas inmunes al VIH, la clonación de monos también editados, esta vez para estudiar enfermedades neurodegenerativas, el uso de animales para avanzar en el desarrollo de fármacos y vacunas, entre muchas otras. Acá generalmente, nos preguntamos ¿para qué?

Una alternativa sería legislar y prohibir algunas investigaciones, pero poner un freno a la investigación legítima que lo hace por comprender un proceso más que por un desarrollo comercial, no es una solución. Es aquí donde se hace urgente el diálogo entre las llamadas ciencias naturales, ingenieriles, físicas, con las ciencias sociales y humanidades. Mantener una comunicación constante, desde el origen de la idea y durante el desarrollo de la investigación, implica enriquecer el intercambio de conceptos y visiones de un problema, hará posible tener proyectos más conectados con la sociedad, que enfrenten con más herramientas los dilemas éticos y mejoren la percepción pública de la ciencia.

Un ejemplo de este diálogo se dio durante el curso de bioética “Los desafíos de la ética en la ciencia contemporáneo”, que realizamos en enero en la Universidad de Concepción, donde participaron científicos, filósofos y abogados. Tomamos como ejemplo el traer de regreso a una paloma, extinta hace un siglo, mediante el uso de herramientas de biología sintética. Algunos del ámbito más científico apoyaban fuertemente esta iniciativa, otros se preguntaban ¿para qué?; algunos dudaban si se adaptaría al entorno, que ha cambiado en un tiempo tan corto como un siglo. Los filósofos cuestionaban, si seguirían siendo una paloma, en su esencia. Todos los puntos de vistas totalmente válidos y pertinentes, sin que lográsemos llegar a un consenso. La tecnología está cercana a lograr este hito, y si todo sale bien, podríamos iniciar un programa para recuperar miles de especies extintas por el impacto que hemos tenido sobre el planeta. Al no tener un consenso desde el punto de vista ético, si es bueno o malo, difícilmente podremos legislar al respecto. Este es solo uno de los tantos ejemplos que nos depara el avance científico en nuestras vidas. Surgen así algunas preguntas, ¿Cómo se protegerá nuestra valiosa información genética?, ¿llegará el día en que podamos seleccionar ciertas características en nuestros hijos? Más aún, así como estamos, ¿seremos capaces de enfrentar los desafíos del avance tecno científico mundial?, ¿sabremos estar a la altura de una potencia como China y su avance tecnológico?, ¿nos preguntaremos qué queremos y hacia dónde queremos llegar como país, antes de tomar decisiones que afecten nuestro futuro como sociedad?

Muchas preguntas, pocas respuestas, lo que hace más urgente acelerar el diálogo entre saberes.

Fuente de figura: https://pt.slideshare.net/carmemsmrocha/biotecnologia-e-tica-4516539

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1 Comentario en Preguntas éticas

  1. Interesante artículo, pero no es sino una raya en el agua del inmenso mar de la humanidad.
    Mientras unos pocos trabajan bajo conceptos éticos, otros pocos trabajan bajo conceptos monetarios.
    Entremedio una inmensidad de personas ajenas a todo asunto que no sea una participación dentro del show que nos brinda la «propaganda mediática capitalista», y otra inmensidad luchando por sobrevivir con lo puesto.

    Tu última pregunta creo no tiene asidero, la sociedad chilena poco y nada decide sobre su futuro, nuestra supuesta democracia es también rayas sobre el agua,
    el poder ya no yace sobre sus hombros….

    Felicitaciones, admirable tu postura, hay mucho paño que cortar aún. Veremos quien se adueña de la tijera.

    http://www.lashistorias.com.mx/index.php/archivo/la-fe-de-nuestros-padres/

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