«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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PREVENIR LOS INCENDIOS FORESTALES

Miguel Ángel San Martín

Periodista. Especial para La Ventana Ciudadana, desde Madrid, España.

Lo hemos venido diciendo desde hace meses, años creo. Los incendios forestales debemos enfrentarlos desde el invierno y por años. Reitero las palabras que mi suegro, un sencillo y sabio campesino español, me dijo hace mucho tiempo: “los problemas del verano, se solucionan en invierno…y los del invierno, en verano”. 

          Cuando participaba en un programa diario de noticias en una radio chillaneja, comenté que los problemas que enfrentamos con el clima donde resido, en España,  se replican en Chile. Debido al evidente cambio climático, el verano pasado, en este hemisferio tuvimos un calor asfixiante. En España, hubo ciudades que llegaron a los 45 o 46 grados de temperatura. En general, fue un verano tórrido, exagerada e históricamente caluroso. Y eso trajo como consecuencia que se desatara una ola de incendios forestales de una magnitud inusitada. Se quemaron sobre 3 mil kilómetros cuadrados de masa forestal. En más de 500 incendios fueron arrasadas alrededor de 306.000 hectáreas de terreno, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales. Eso equivalió al 40% de la superficie que se quemó en toda la Unión Europea.

 Pero, los daños causados por el fuego fueron mayúsculos no sólo en los bosques y campos, sino que también provocaron estragos en muchos caseríos y poblados españoles. Provocaba un dolor compartido ver las imágenes de familias campesinas llorando de impotencia ante la voracidad de las llamas que convertía en cenizas todo lo conseguido con enormes esfuerzos.

          Hoy, las autoridades españolas han adoptado decisiones importantes y de mayor trascendencia de lo que venía sucediendo en años anteriores. Ante las nuevas condiciones creadas por el cambio climático, el Gobierno y las Comunidades Autónomas (Regiones) han ido profundizando las medidas correctoras y la lucha contra los incendios forestales ahora se desarrolla durante todo el año. Las brigadas forestales mantienen sus contratos anualmente y, en invierno, se dedican a “limpiar” el campo, mediante podas de bosques, arado de rastrojos, ampliando las redes de cortafuegos y las distancias entre la vegetación y los cables del tendido eléctrico.    

          Los presupuestos públicos destinados a estas labores han sido incrementados notablemente. Como un ejemplo, la Región de Andalucía destina a este tema nada menos que 222 millones de euros anuales.

 Mientras el Gobierno Central se preocupa fundamentalmente de los recursos superiores de lucha contra el fuego, como son los aviones y helicópteros, los Gobiernos Regionales también aumentan los presupuestos para asimilar los nuevos costos de brigadas forestales y de Bomberos, que no son voluntarios como en Chile, sino que profesionalizados dependientes de los Ayuntamientos (Municipalidades).

          Un dato importante se refiere a la legislación existente referida a los terrenos afectados por incendios forestales. Aparte de que la intencionalidad de los fuegos es castigada con severidad penalmente, aquellos terrenos afectados no pueden ser calificados como urbanizables, sino que obligan a la reforestación. Y en este sentido tampoco es llegar y replantar. Es necesario sacar la madera quemada para evitar plagas, adecuar las llamadas “pistas forestales”, y esperar un tiempo para que sanee la tierra antes de empezar a repoblar. Además, en muchos casos se estudian las nuevas condiciones del terreno para ver qué especies son las más adecuadas para reforestar.

          En Chile ya estamos sufriendo los rigores del caluroso verano con incendios de magnitud inusitada, tal como ocurrió el verano pasado en este hemisferio. Y queda en evidencia que los recursos son insuficientes, que las planificaciones de desarrollo urbano de las poblaciones no cuentan con la prevención de estos incendios y, lo que es más grave, que el origen de los siniestros en muchos casos guarda relación con intereses económicos de unos pocos inescrupulosos.

          Es tarea de todos y entre todos debemos prevenir, debemos concientizar a la población de lo que esto significa, y debemos sancionar con severidad a los responsables y a los delincuentes.

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