
REBROTE Y HAMBRE
Desde Madrid
Especial para La Ventana Ciudadana
La actualidad nos marca dos temas de preocupación, cuya prioridad debe ser la número uno. En primer lugar, el rebrote de la pandemia en varios países. Alemania, India, Francia, España, está viviendo los primeros índices de un rebrote del contagio, tras haber tenido éxito de controlar la pandemia mediante medidas drásticas de confinamiento de la población.
Sin embargo, una vez controlado el contagio, comenzó a realizarse un proceso de vuelta a una nueva normalidad, mediante fases que la población debía asumir. La gente comenzó a confiarse y a no respetar las medidas de seguridad recomendadas por los expertos. De ahí entonces que se esté viviendo momentos preocupantes de rebrote del contagio del Covid-19. El virus está latente, está ahí, en la calle, y no debemos bajar la guardia por ningún motivo.
Pero, también hay un segundo aspecto de la preocupación mundial. Es el hambre en sectores desprotegidos, muy vulnerables. Creo que el hambre es una de las demostraciones más duras de la inequidad. Y que eso, no sólo ocurre en Chile, sino que también en países considerados desarrollados. Lo importante de todo esto es que los que tienen poder para disminuir esa brecha social que avergüenza, prioricen la vida, la solidaridad y el humanismo.
Sean cuales sean las razones, los casos de extrema pobreza debemos enfrentarlos entre todos, con un sistema de convivencia más justo, más igualitario, con menos individualismo y con la corrupción erradicada.
Aquellos que tienen alguna cuota de poder, deben orientarla hacia la atención a los más desvalidos. En Chile existe muchísima gente que vive al día, que pisa el terreno de los informales. Es decir, gente que no tiene previsión, que no tiene atención sanitaria, que no tiene condiciones dignas de vida.
Las Municipalidades son las primeras que deben actuar y hacerlo con mayor rapidez y efectividad, porque es el poder administrativo más cercano a los ciudadanos. Por lo tanto, debe destinar la mayor cantidad de recursos posibles a atender a los que nada tienen.
En estos tiempos de pandemia, donde la medida más eficaz para parar la ola de contagios es la del confinamiento en las casas, es importante ayudar a los que nada tienen para que no salgan de sus viviendas. Con ello se les preserva la vida y se evitan los contagios.
Desde la perspectiva del Gobierno, que maneja los recursos de la nación, es obligación humana y ética hacer lo mismo, pero con mayor duración en el tiempo. Aquí las prioridades pasan por defender la vida de la gente, en primerísimo lugar. Porque, si se trata de combatir la pandemia y mantener la actividad económica al mismo tiempo, iremos directo al fracaso, a la insensibilidad social. El dinero se puede recuperar, la vida no.
Los países que hoy están saliendo gradualmente de la pandemia, con los cuidados y respeto que el virus merece, no trepidaron en paralizar toda actividad. Los expertos señalizaron los lugares de mayores riesgos y las autoridades eliminaron las aglomeraciones. O sea, no tuvieron reparos en paralizar sus respectivos países. Y, una vez en la buena senda de control del virus, ahora retoman las actividades ante la nueva realidad, conscientes de que habrá pérdidas económicas y laborales, y que una nueva forma de convivencia surge de la tragedia.
Para eliminar el hambre, desarrollar la solidaridad social. Desde arriba, con un sistema social, económico y político nuevo, que sea amplio, generoso y equitativo. Y desde la base social, con responsabilidad y solidaridad, ayudándonos mutuamente en la emergencia. Las ollas comunes que proliferan por barriadas campesinas y poblaciones empobrecidas, demuestran que la gente ya ha asumido su papel y que surge potente una conciencia social de nuevo cuño.
Fuente de figura:
https://agraria.pe/noticias/pandemia-de-hambre-podria-matar-mas-que-el-coronavirus-21383
Ojo, Prudencia, están habiendo muchos rebrotes en el mundo entero.
Si señor, claro está la primera preocupación en el mundo, claro está, si hubiera humanidad e inteligencia real, debiera ser El Hambre y la Pobreza, no el crecimiento ni la acumulación de riquezas.
Clarito, ni en Europa ni en ningún lugar del mundo estamos ajenos a un rebrote de esta maldita pandemia.
Gracias Miguel Angel, sus crónicas son imperdibles.