
Retrogusto amargo
Ya va quedando poca uva en los viñedos de nuestro valle. Nuevamente los precios no fueron los mejores, algunos compradores pagaron lo digno para que esto funcione y se mantenga en pie el patrimonio vitivinícola y este hermoso y verdadero museo nacional abierto. Mientras los menos pagan precios estimulantes, las mayorías siguen pagando precios que dejan pensando melancólicamente a los productores en la próxima temporada.
Ya la mayoría de los viñateros se encuentra en la cosecha de uvas tintas, específicamente en cepaje Cinsault, que, dicho sea de paso, nuestro Valle del Itata aporta con el 92% de la producción nacional de esta variedad. Cultivar con gran potencial aromático, taninos armónicos que dan redondez al vino y cremosidad ligera bien lograda en fermentaciones malolácticas completas y sanas.
¿Que nos queda? Un gusto amargo para varios, donde en muchos casos no se alcanzaron ni a cubrir los costos básicos de producción. Donde muchos tenían la esperanza de que este sería un gran año lleno de conciencia y ética.
Van pasando los días y las hojas necróticas con ganas de tocar el suelo van cayendo para descansar por el tiempo necesario hasta su descomposición orgánica. Esto es Itata señores, una cultura propia de nuestro sector donde ningún otro valle vitivinícola se nos compara.
Ya va quedando poco, pero nunca y jamás se agotarán las fuerzas para seguir luchando por lo que tanto nos apasiona y destaca ¡Salud!

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