
AHORA NOS TOCA A NOSOTROS
Ahora sí que nos toca a nosotros, a los ciudadanos comunes y corrientes. Debemos asumir nuestra responsabilidad. Porque ya se ha liberado la situación general, gracias a la vacunación masiva de la población, en un proceso acelerado y muy exitoso.
Las autoridades han hecho su pega, con aciertos y desaciertos, como toda obra humana. Y ahora ha terminado el Estado de Emergencia Sanitaria, con lo cual se termina el toque de queda. Entramos en la nueva dinámica de vida que las circunstancias nos han dado. Es decir, debemos asumir nuestra forma de vivir de manera distinta, con diferentes hábitos y costumbres, adaptada a la realidad que nos ha impuesto un virus desconocido que nos atacó violentamente.
Con la declaratoria de término del Estado de Emergencia en Chile, las autoridades nos están diciendo que la situación de la pandemia ha experimentado un cambio radical. Y esto ha sido por efecto del proceso vacunatorio, el cual ha sobrepasado con creces el efecto rebaño propuesto por los expertos la mundiales en salud. Debemos destacar lo ocurrido en Ñuble, donde se ha superado el 95% de su población vacunada con las dos dosis. Incluso, ya son numerosos los casos que han recibido una tercera dosis de refuerzo.
Las cifras son muy positivas y la situación mejora día a día. Los centros hospitalarios ya no viven con el nivel de urgencias que estuvo a punto de colapsar el sistema estrepitosamente. Debemos reconocer, sin embargo, que sigue habiendo contagios, pero las cantidades son más bajas y con efectos mucho menos violentos que antes.
De todas maneras, no nos debe cegar el optimismo exagerado. Hay que mantenerse muy firmes en la alerta, porque el virus sigue en la calle. Las vacunas han dado resultados muy positivos, pero sigue habiendo gente negacionista que no quiere reconocerlo. Todos debemos vacunarnos, no sólo por el bien de cada cual, sino también por los demás.
Repito que ahora nos toca a nosotros asumir todas las responsabilidades. Nos hemos ganado el nivel de libertad deseado. Llega la hora de defenderla, de mantenerla. Entonces surge la nueva forma de vivir, de asumir nuestras propias responsabilidades y de ser solidarios sociales. Debemos cuidarnos, mantener las normas elementales de protección, evitar contagiarnos y contagiar a los demás.
Como lo he dicho infinidad de veces, es la hora de la responsabilidad social y de la solidaridad más amplia y generosa. Debemos proteger a nuestros seres queridos, pero también a nuestros vecinos, a nuestros amigos. Además, debemos mirar con ojos de generosidad humana a otros lugares del planeta, donde no tienen los recursos suficientes como para comprar las vacunas que lleven tranquilidad vital a sus habitantes. Hay lugares donde el virus continua azotando a poblaciones enteras. Debemos ser solidarios con ellos. Por humanidad y por la propia Humanidad. Si hay algún país donde el virus se mantenga activo, el mundo entero seguirá estando en riesgo de volver a sufrir las consecuencias de un virus que estamos recién conociendo.
Así es. Necesitamos practicar ahora la responsabilidad social y solidaria. Es una obligación moral y ética de cada uno de nosotros, porque en ello nos va la vida.
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